La ciudad se expande hacia el cielo. De hecho, desde diciembre de 2015 a julio de este año, la dirección de Obras Particulares de la Municipalidad de Junín computó –según un informe obtenido en exclusiva por Democracia- veintidós edificios de viviendas multifamiliares de más de 400 metros cuadrados, con un total de 20.343 metros cuadrados que ya están construidos, pese a que la mayoría no fueron finalizados.
Daniel Di Palma, presidente del Colegio de Martilleros de Junín, afirmó a este diario que muchos de estos edificios se hicieron como inversión, con ventas de la modalidad conocida como “a pozo”, con propietarios que, o bien deciden vender el departamento, o quedarse a vivir.
“El edificio que se remató recientemente, de calle General Paz, tiene 4600 metros cuadrados, Portal del Sol tiene unos 6500 metros cuadrados, la realidad es que faltan edificios grandes que estén en construcción. La cifra de 20 mil metros cuadrados no grafica una industria funcionando, la realidad es que está muy parada la toma de decisiones de grandes emprendimientos, principalmente por la inflación y la falta de confianza”.
Y el martillero agregó: “El mercado financiero atenta contra el mercado inmobiliario”.
No obstante ello, el profesional celebró que se hagan nuevos edificios y dijo que toda construcción contribuye al sector. “En Junín hay un mercado para departamentos nuevos, con garaje, para matrimonios grandes que venden la casa o profesionales, que el año pasado pudieron acceder a un crédito y sumarlo a los ahorros”, afirmó.
Eduardo Diotti, secretario general de la Uocra Seccional Junín, afirmó a Democracia que estas construcciones “generan mano de obra, pero contratan a muy pocos obreros. Hay edificios que están siendo pintados por dos pintores y hay proyectos parados por la inestabilidad de la economía, porque de repente es más seguro invertir en bonos o plazos fijo que en ladrillos”.
En esta línea, Diotti afirmó que tiene 1500 currículums en el gremio de trabajadores desempleados. “Lo que hace falta es un barrio de viviendas populares, en el cual se construyan 400 viviendas, y esto dé trabajo a 1600 obreros”, consideró.
Una rica historia
En Junín, la historia de los edificios en altura comenzó tempranamente en 1935. Ese año marcaría un antes y un después en la arquitectura bonaerense con la inauguración del edificio Conde, en la esquina de Rivadavia y Francia. Con sus ocho plantas, la construcción es el primer “rascacielos” con estructura de hormigón levantado en la provincia. Fue construido por Domingo Toppazzini con la dirección técnica del ingeniero Enrique Dell'Acqua.
La innovación arquitectónica fue tan grande que durante un cuarto de siglo fue el único edificio en altura de Junín y sólo unas pocas ciudades como La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca tuvieron construcciones similares en ese período.
Recién a principios de la década de 1960 comenzaron a concretarse nuevos proyectos de edificios. Uno de los más representativos de esa época es el de Rivadavia y Winter, frente a la Terminal de Ómnibus. Posee diez niveles de departamentos con una característica fachada de venecitas azules sobre una amplia planta baja vidriada con entrepiso.
Otras construcciones en altura que marcaron la época y se inauguraron a fines de la década de 1960 son la torre de la Unión Ferroviaria, en la Av. San Martín entre Quintana y Cabrera, y el edificio Sáenz Peña, en la esquina de la calle homónima y Remedios de Escalada. Este último se conoció popularmente como “Casa Boo” por la galería comercial de su planta baja, y consta de un imponente volumen en forma de doble H en un lote de 20 por 40 metros.
Para 1970 existían en Junín sólo ocho edificios de siete o más plantas, ubicados todos en un sector del centro de la ciudad de cinco por ocho cuadras. Ese año se creó el Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi), organismo estatal que debía contrarrestar el déficit habitacional construyendo casas en complejos de viviendas y edificios de tipo monoblock. En Junín, el Fonavi se manejó con ambas modalidades. En particular, se edificaron cuatro monoblocks en dos manzanas ubicadas entre las calles Sáenz Peña, Vuelta de Obligado, Rivadavia y Dulbecco.
A principios de la década de 1980 se desarrolló un proyecto que cambiaría la fisonomía del centro de Junín y que marcaría otro hito arquitectónico. Se trataba del edificio Junín I, que se construiría entre 1981 y 1983 en la esquina de Roque Sáenz Peña y Remedios Escalada. El proyecto y la dirección estuvieron a cargo del ingeniero José Palmentieri y de los arquitectos Hugo Milanese, Enrique Maggi y Fidel Sánchez. Se plantearon dos volúmenes diferentes: el sector inferior es un bloque del tamaño del lote y de tres niveles de altura, sobre el que se ubica el volumen superior, constituido por la torre de departamentos. Con sus 19 niveles, se convirtió en uno de los edificios más altos de la provincia, sólo superado por algunas torres del Gran Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. En sus 30 años de vida sólo se construyeron edificios más altos en algunas ciudades costeras: Villa Gesell, Pinamar, Necochea y Miramar. Hoy en día el Junín I se mantiene como la torre más alta del interior bonaerense, fuera de la costa.
Tras la construcción de siete de las nueve torres de Foetra en 1985, junto al antiguo predio de los almacenes ferroviarios, la edificación en altura en nuestra ciudad sería prácticamente nula por los siguientes 25 años. La gran excepción fue la Torre San Martín, inaugurada en paralelo a la Fuente del Milenio en la Avenida San Martín y Sáenz Peña, a fines de la década de 1990.
La situación cambió hacia 2010, cuando comenzaron a desarrollarse numerosos proyectos y a reflotarse otros que habían estado aletargados. En 2013 había en construcción veinte edificios de más de siete plantas: todo un récord que cambió el panorama urbano o skyline de la ciudad. La cantidad de edificios del centro de Junín se duplicó en apenas tres años, pasando de veinte a cuarenta.
Actualmente la ciudad posee más de cincuenta edificios de al menos siete plantas, de los cuales el 71% se encuentra en la zona céntrica.
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