Silvia Nani destaca que los chicos de los barrios vulnerables “están comiendo muy bien” en los comedores escolares.
EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD

Más de 1700 juninenses son asistidos en merenderos y con bolsones de comida

En Gobierno de Junín entrega mensualmente más de mil paquetes con comestibles, artículos de higiene personal y limpieza doméstica. Por otra parte, hay más de veinte comedores comunitarios en barrios de la ciudad en donde se alimentan no menos de 700 niños.

Cuando la economía aprieta, los primeros en sufrirla son los sectores más vulnerables de la sociedad. Y para paliar carencias, hay distintas estrategias que ayudan a asistir a los que más lo necesitan. Las hay promovidas por el Estado, y también están las que surgen de la solidaridad de los ciudadanos que creen que deben hacer algo para mejorarle la realidad a sus vecinos.
De esta manera, los comedores comunitarios se erigen como espacios que contienen y dan un plato de comida o una merienda al menos una vez por semana para los chicos –aunque no solamente– de los barrios más postergados. En la actualidad, hay más de veinte merenderos que funcionan en diferentes sectores de la ciudad, de acuerdo a lo que pudo relevar este medio.
Por otra parte, está la ayuda estatal. Si bien hay alguna colaboración con estos comedores, lo cierto es que en Junín este apoyo se da en casos específicos. Lo que sí hace el municipio es ejecutar diferentes programas, como la entrega de bolsones de comida o el programa “Un vaso de leche por día”, mediante el cual se asiste a más de mil juninenses que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Igualmente debe destacarse la ayuda que también se brinda en los comedores escolares, a través del Servicio Alimentario Escolar, de lo cual se informa por separado (ver páginas 4/5).

Comedores y merenderos
Un relevamiento hecho por Democracia da cuenta de que en Junín hay más de veinte comedores comunitarios y merenderos en diferentes sectores de la ciudad.
Entre ellos, está “Los Totoreros”, ubicado en la zona del Boliche Amarillo, un comedor en el que se da almuerzo y merienda a entre 35 y 40 chicos los sábados y domingos.
En el merendero “Apapachar” del barrio Capilla de Loreto más de 30 niños reciben su merienda los fines de semana y los días sin clases.
“Los Peques”, en Camino del Resero y Dr. Possio, es un comedor que brinda la merienda a unos 30 chicos tres veces por semana y se da almuerzo los fines de semana.
En Marrul y Payán abrió “Rincón de Luz”, en donde unos 33 chicos almuerzan los fines de semana.
Al merendero “Rayito de Sol”, ubicado en Los Almendros, también asisten casi una treintena de niños.
La Red Solidaria Milagros abrió el merendero “Tía Mona”, ubicado en la calle Horacio J. de la Cámara 130 del barrio Nuestra Señora de la Merced. Allí concurren los sábados entre 25 y 35 chicos.
“Los Dragoncitos” es uno de los merenderos más antiguos de Junín. Ubicado en Ricardo Rojas y Etchepare, allí concurre un promedio de 40 chicos por día a tomar su merienda.
Otro de los comedores “históricos” de Junín es “Hermana Concepción”, que funciona gracias al trabajo de la asociación A Tiempo. Ubicado en Camino del Resero y República, numerosos chicos de la zona norte de la ciudad concurren a desayunar, merendar, almorzar los fines de semana y hacer numerosas actividades. Allí funciona la Casita del Saber, dan apoyo escolar, y tienen atención médica y odontológica.
Por su parte, “Narigueta” es un comedor que atiende una extensa población. Funciona en Larrory 1220 y allí dan de comer a unos 80 chicos y 15 madres todos los sábados al mediodía.
En el comedor “La Favela”, ubicado en Intendente de la Sota y José Hernández, se les da la merienda a unos 45 chicos y los sábados almuerzan en el lugar alrededor de 60 niños y algunas madres.
En su inmueble de Los Naranjos casi esquina Garibaldi, el “Centro Comunitario Amcipa” de Villa del Parque recibe entre 30 y 50 chicos todos los días hábiles a partir de las 17. Allí, se les da apoyo escolar, tienen actividades recreativas y toman la merienda.
También está “Frutillitas”, un comedor comunitario ubicado en Trabajadores Argentinos 1372. Allí hay más de treinta chicos anotados para almorzar de lunes a viernes.
“Los Bombitos” son cuatro merenderos en los que trabaja el Movimiento Evita de Junín. Están ubicados en Rioja 1480 del barrio Petit France, en Chávez y Colombia, en Comandante Seguí y las vías (ambos en el barrio La Celeste), y en Colombia 977, barrio San Francisco de Asís.
“Esperanza de Cambio” está instalado en Avenida República 1333, y allí todos los sábados se da un almuerzo al que suelen concurrir más de 40 personas.
El merendero “El Milagro”, de Comandante Seguí 530, atiende a 25 o 30 chicos  que meriendan una vez por semana y almuerzan los sábados
La ONG “Mamá Luz de Esperanza”, que se encarga de ayudar a madres solas y sus hijos, todos los días le da de comer a unos 15 o 20 chicos con sus mamás.
“Casa Calcuta” es un emprendimiento de exalumnos de la Escuela Hogar Belgrano mediante el cual, todos los sábados dan el almuerzo a 20 o 30 chicos del barrio San Martín. Los jóvenes cocinan la comida en la escuela y se juntan con los niños en la plaza de San Lorenzo y Almafuerte adonde les organizan juegos y actividades recreativas, para luego comer al aire libre en la misma plaza.
Finalmente, en Sargento Cabral y Arquímedes hay un espacio conocido como El Comedor de Lala, donde también concurren niños a comer.

Bolsones mensuales
Desde la Secretaría de Desarrollo Social no asisten a estos merenderos. En la dependencia explican a este diario que hay, esencialmente, dos razones por las que la política de la oficina es la de no promocionar estos establecimientos: en primer lugar, “porque en los comedores escolares los chicos se están alimentando muy bien y lo hacen de lunes a viernes”; y en segundo término porque, en general, se ve que “el fin de semana se abre un comedor en un garaje y van los hijos, los nietos y los sobrinos del dueño del lugar”.
“Conocemos algunos que están trabajando seriamente, hemos hecho un relevamiento y con esos sí estamos viendo cómo les favorecemos el programa ‘Un vaso de leche por día’, que significa que a todos los chicos les corresponde su leche”, señala Silvia Nani, subsecretaria de Desarrollo Social del municipio.
Respecto de otros merenderos, Nani profundiza: “A veces nos mandan algún pedido y nosotros les solicitamos una nómina con los chicos que asisten a ese lugar y es en eso donde hacen agua. Hay una cierta informalidad. A veces nos dicen que las madres los mandan, que los chicos están desatendidos, y en esos casos, entonces, el problema es otro, no la comida, y habrá que trabajarlo por otros canales”.
Como política de estado, la Secretaría de Desarrollo Social colabora con estos emprendimientos siempre y cuando se pueda obtener un registro que permita hacer un seguimiento y un control, y, además, que esté a cargo de una ONG o entidad de bien público: “Nosotros tenemos que tener esa información porque, cuando se cruzan los datos, muchas veces se ve que son las mismas madres que envían a sus chicos y se ve un cierto descuido de esos niños, entonces pretendemos es trabajar con ellas”.
Respecto a la asistencia que se brinda desde el municipio, Nani destaca que “hay mil familias vulnerables que reciben un bolsón de comida por mes”. Esos paquetes incluyen, además de los alimentos, artículos de higiene personal y de limpieza doméstica
En este marco, sosteniendo que es suficiente la asistencia del estado a través de los comedores escolares y la entrega de bolsones, consideran que “al menos el sábado y el domingo, los chicos deberían estar en la casa: promovemos que estén en la familia”.

Preocupación
Pablo Rodríguez, uno de los voluntarios de la agrupación solidaria Don Ito, asegura que “en algunos comedores ha aumentado la cantidad de asistentes y en otros se mantiene”, para luego ampliar: “Se incrementó bastante en Los Peques, que es uno de los que recibe más ayuda y está muy visible, lo mismo que Rayito de Sol, que está en la zona de Los Almendros, porque implementaron una suerte de colonia de verano en la Laguna y eso hizo que se acercaran más niños, y en Nueva Esperanza también se sumó más gente, pero más adultos que niños”.
Según su análisis, “la demanda de chicos para comer es mayor”, y asegura que reciben mensajes que les indican que lo que reciben en los bolsones entregados por el municipio “no les alcanza”.
Por su parte, Luciano Polo ex secretario de Bienestar Social y referente en esta materia en el Frente Renovador, coincide en que “hay una gran cantidad de chicos y ahora se están sumando muchos adultos mayores a los comedores”. Según dice, donde más se ve esto es en La Favela.
“Ninguno de los comedores baja de 25 a 30 chicos –añade Polo–, pero en algunos van muchos más, a La Favela van más de 50 pibes y la gente grande, en Narigueta tienen que dar de comer en dos turnos, así que es mucha la gente que asiste a estos lugares”.