Todos los domingos cerca de 40 personas fanáticas de los fierros se reúnen en un hotel juninense a tomar el café de la mañana y a dialogar sobre esta pasión de los autos clásicos y antiguos.
Se trata del Club de Vehículos Históricos de Junín que, desde hace más de 20 años, mantiene viva la tradición del gusto por los automóviles que marcaron un momento o hicieron historia alrededor del mundo.
En diálogo con Democracia, el presidente, Bruno Alderisi desde su taller dijo: “Yo soy el presidente pero en realidad somos todos presidentes, cadetes y secretarios. Es más que nada un grupo de amigos en el que alguien tiene que presidirlo”.
“Este auto es mi vida”
“En la década de 1970, con la familia teníamos tres autos DKW y con uno de ellos me fui a vivir a la Rioja donde empecé a trabajar en un periódico. Cómo será que lo llevo tan incorporado conmigo que después viajábamos por trabajo a Catamarca todos los días en ese auto. Imaginate el porqué me gusta tanto este modelo”, exclamó Alderisi.
“Este que tengo acá en el taller es de origen alemán modelo 1961, lo compré en 2003 y se fabricaron hasta 1969. En un momento el mecánico Souto lo transformó con 3 bovinas y 3 platinos, ya que antes caminaba con una sola. Lo ideal es mantenerlo original”, aseguró.
“Este auto es mi vida, hice muchas cosas, como correr grandes premios y hoy no lo puedo hacer porque las inscripciones del Automóvil Club son muy elevadas. Prefiero salir con los amigos y ahora nos estamos preparando para ir a Montevideo, al igual que hace dos años que fuimos a La Rioja a visitar a amigos”, explicó.
“Salimos como los dioses porque no quiero que nadie me joda, por ejemplo por la falta de matafuego, o por los cinturones, ya que tengo todo. Cuando llevé a verificarlo me entraron a buscar excusas de faltantes de elementos”, informó.
“Al Ingeniero le dije que me traiga la ficha del DKW y no la tenía, por lo que ya no es problema mío. Le dije que se fijara si en la ficha de 1961 venía con baliza, y si tiene espejos en los costados. Después de una hora me lo verificaron”.
“Ahora, en la actualidad tengo tres, nuevamente al igual que en 1970, de los cuales uno lo estoy restaurando y uno de color amarillo que está en el taller de mi hermano”, comentó.
Isard 300 y 700
“El Isard 300 es un auto modelo 60 que ya lo llevé dos veces a Autoclásica, una muestra en San Isidro, donde me lo quieren sacar de las manos porque en el país quedan cuatro o cinco, ya que en la época de Menem fueron desguazados para meter autos nuevos al mercado. Mientras viva yo, no lo voy a vender”, aseguró Alderisi.
“Yo andaba con la valija visitando un cliente en Carmen de Areco y el pibe dijo de hacer un mandado. Le dije de ir en mi auto y me llevó en ‘esto’. Era la década de 1980 y el pibe subía a la vereda, bajaba, andaba arriba de las plazas y yo le dije: ‘¡Loco!’. Y me contestó: ‘No pasa nada’. A todo esto le pregunté de quién era el auto y me dijo que era del papá, a lo que le respondí: ‘El día que lo venda decile a tu papá que yo se lo quiero comprar’. Así fue que en 1983 se lo compré. Es de origen alemán y lo llaman el popular Gogo Móvil”, recordó.
“Además tengo uno más grande que es el modelo 700”, reveló.
De Carlo 700 y Fiat 1600
“Yo ahora le digo a todo el mundo que no es de Carlos sino de Bruno. Siempre quise tener uno y había un cliente, Don Quinto Animendi, que lo tenía debajo de una planta y le pedía que me lo vendiera, pero me expresaba que era recuerdo de su mamá y papá. Un día fui a Ascensión y lo compré. Es modelo 1963”, confirmó Alderisi.
“Después tengo una coupé Fiat 1600 que en este momento la está armando el amigo Cacalo y es la primera que llegó a Junín. Además tengo una pick up Chevrolet Apache y supe tener un Rambler que lo vendí”, concluyó.
“La chatita de mi abuelito”
Por su parte, otro integrante del Club, Miguel Clemente expresó su fanatismo y comentó el porqué de sus autos: “Nací en Ascensión y de chico, junto a mis padres no teníamos auto, entonces tenía esa necesidad y era como que me faltaba algo. Mi abuelito, Fidel Fenoglio poseía una chatita Rugby modelo 1928 con ruedas de rayos de madera con faroles grandes en la cual salíamos a pasear por el pueblo”.
“A mí eso me quedó muy grabado y cuando cumplí 18 años, ya trabajando, me pude comprar mi primer vehículo antiguo que era una Chevrolet 28 que hasta el día de hoy la sigo teniendo. Después conseguí el Ford A que era de un señor de Viamonte que lo trajo a Junín. Se restauró todo desde el chasis, motor, caja, pintura, tapizado y capota, que no fue fácil, ya que tardé cerca de 8 años en armarlo. Es un modelo de cuatro puertas doble Phaeton convertible con techo de lona”, explicó.
“Ahora pude conseguir una camioneta Rugby que la quiero recrear a como la tenía mi abuelo en Ascensión. Esta marca pertenecía a la Durant Motor Company y al país no entraron la misma cantidad que los Ford A”, aseguró.
“Esto es una pasión, armamos un club en Junín hace 20 años que participan entre 35 y 40 personas. Todos los años participamos de una exhibición que se hace en el Hipódromo de San Isidro, Autoclásica, una de las muestras más importantes de Sudamérica con 2 mil vehículos participantes de colección, entre clásicos, antiguos y vintage”, informó.
“También tengo un Ford T de 1926 con rayos de madera que fue de la familia Castellazzi que lo compraron cero kilómetro y estuvo mucho tiempo en el campo. Lo conservo en su estado original”, subrayó.
“Empiezo un auto y lo termino”
En paralelo, el coleccionista Gustavo Terribile indicó: “Me gustan los autos, empecé con uno y después seguí comprando. Ahora estoy de vuelta y comencé a vender porque los tiempos no dan para usarlos. Ahora compro puntualmente lo que me puede llegar a gustar y ya no tenemos más ganas de restaurar”.
“Los costos son por ahí elevados, pero cuando yo empiezo un auto, lo hago para terminarlo y no para dar vueltas. Entonces tenés que disponer de un dinero que no podés estar escatimándole. Por ejemplo yo traje una Ford 46 medio restaurada y le hice todo el interior porque lo demás lo tenía lindo”, afirmó.
“Tengo una coupé Torino 380 modelo 69 toda original, un Ford Falcon 64 con 50 mil kilómetros de fábrica, una coupé Ford 46 también original y un Chevrolet 40 que lo publiqué para vender, porque si bien está excepcional, hay que restaurarlo y ya no tengo más ganas, ya que hace 15 años que lo tengo”, aseguró.
“La coupé Torino que tengo es una de las primeras que salieron y fueron a Nürburgring, por lo que tiene un valor agregado, homologada para correr con el Automóvil Club. Es un vehículo bastante buscado y anda perfecto, corrimos varios Gran Premio y fuimos 6 años seguidos a Uruguay”, recordó.
“Con el Falcon, que lo tengo hace 15 años, hice tres Gran Premio hasta Salta, armé el Torino y lo guardé. Todos los autos míos están usables. Por su parte, la coupé Ford hace 18 años que la tengo y la he llevado varias veces a Autoclásica, donde nuestro Club tiene un stand en San Isidro”, dijo Terribile.
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