Dos escruches producidos con 24 horas de diferencia, generaron preocupación entre los vecinos del barrio Las Lilas que, según dicen, ya venían sufriendo hechos delictivos, aunque de menor escala y consecuencias.
“No es la primera vez que se da esta modalidad de robo en este barrio, ya en otras ocasiones muchos vecinos han tenido este problema y parece que ahora recrudece esta situación”, señala el presidente de la sociedad de fomento, Gastón Bisio, quien recuerda, además, que ya en el verano de 2016 sufrieron “una ola de robos”.
El dirigente barrial explica que, en uno de estos dos últimos casos, los vecinos vieron que los asaltantes escaparon a pie, “algo que llama la atención, porque quiere decir que no son robos comando ni nada por el estilo, sino que son ladrones que roban lo que les interesa y se van caminando, así que se supone que no se pueden ir muy lejos, sin ningún vehículo y con un televisor o una computadora en las manos”.
Hace no mucho tiempo, en el barrio lindero Los Almendros se erigió un destacamento del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), una obra que –se suponía– iba a traer tranquilidad a los lugareños: “Eso fue un aporte que hizo cada vecino para que se concrete la obra de construcción de la base del GAD que, si bien está presente en el barrio, no hace patrullajes. Los que recorren nuestra zona son los móviles de la Cuadrícula 1 y nosotros los vemos, pero no alcanza. En la zona céntrica uno se tropieza con los policías en la calle mientras que acá tenemos un patrullero cada tanto. No pedimos un agente en cada esquina, pero al menos que sea más efectivo el control, porque tenemos problemas y pedimos soluciones”.
Bisio agrega que el próximo paso es hacer una reunión entre vecinos para luego reclamar a las autoridades: “Nos preguntamos hasta cuándo nos van a seguir robando. No estamos reclamando nada que no corresponda a lo que pagamos por la Tasa de Seguridad como en el dinero que pusimos para la construcción de la base del GAD. Es una preocupación que tenemos y queremos alguna respuesta”.
Rotonda
Otro de los reclamos que llevan años reiterando los vecinos de Las Lilas es el del emplazamiento de una rotonda en la intersección del Camino al Balneario y la calle Lonegro.
Inclusive, los fomentistas creyeron oportuno que se aprovechara la obra de pavimentación del Camino al Parque Natural Laguna de Gómez para hacer efectiva su demanda.
“La pedimos en varias oportunidades, junto con otras obras –comenta Bisio–, y no tuvimos respuesta de ningún tipo, ni sí ni no. Ahora presentamos un pedido de informes en el Concejo Deliberante para que nos digan cuál es la obra que están haciendo en la calle Las Gallaretas, si pertenece al proyecto que nosotros solicitamos de la rotonda o es solamente un asfalto para el acceso al barrio privado Costaverde porque, si fuese así, no beneficiaría a la mayoría del barrio, sino a un sector que es privado”.
Infraestructura
El barrio Las Lilas se extiende por un kilómetro y medio a ambas márgenes del Camino al Parque Natural Laguna de Gómez. Sus límites son: la Ruta 7, la calle Moreno y su continuación, Los Teros, Los Manzanos y el Río Salado.
Se estima que menos del 20 por ciento de los pobladores de esta zona cuentan con agua y cloacas. “Venimos solicitando desde hace años que nos empiecen a tratar como una zona urbana y no como un sector de quintas porque ya prácticamente no hay lotes baldíos y hay muchísimas casas de vivienda permanente, y allí necesitamos los servicios tanto como en la ciudad. Lo que sí pedimos en cinco notas diferentes, es la reconstrucción de los ocho moderadores de velocidad que se habían hecho sobre las calles Los Teros y Los Jilgueros, que son las alternativas al Camino al Balneario. La última vez que lo reclamamos fue antes de empezar la temporada, y casi llegando al mes de marzo no tuvimos novedades. Los autos transitan a velocidades similares a las que levantan en el pavimento”.
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