Lenta pero incesantemente, en el último tiempo la agenda feminista viene ganando terreno en el debate nacional. Y el ápice de esta escalada se advirtió la semana pasada, cuando reconocidas militantes de este movimiento fueron invitadas al programa Intrusos. Con la presencia de la politóloga Florencia Freijo, la abogada y periodista Julia Mengolini, la guionista y comediante Malena Pichot, la actriz Virginia Godoy (conocida como Srta. Bimbo) y la periodista Luciana Peker –todas referentes feministas– las demandas por la igualdad de género se apoderaron de la televisión abierta en pleno prime time chimentero.
Mientras tanto, en Junín, ese debate todavía es mucho más incipiente. No obstante, existen varios grupos que, enrolados en la defensa de los principios feministas, buscan visibilizar la problemática.
Belabanda Tambora, Almendra y Manada Feminista son tres de estas agrupaciones. Hay más, y con diversas características, como el Frente de Mujeres de Junín, Malajunta y el colectivo Ágora. Pero fueron miembros de las tres primeras las que se juntaron, a partir de una convocatoria de Democracia, para analizar y debatir qué lugar ocupa el feminismo en nuestra ciudad y cómo militan por sus postulados.
Lo diferente
Muchas veces se ve a una minoría como “el diferente”, porque sale de “lo normal”. Y en ocasiones pasa eso con las feministas.
“Hay mucho mito y falta de información, por eso se genera cierto rechazo al feminismo y lo pone en la vereda de enfrente, pero es por desconocimiento –afirma Paula Moral, de Belabanda–, no hay una guerra contra los hombres, sino un proceso, una construcción para mejorar la humanidad. El feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas, y a eso yo le agregaría toda la diversidad de géneros declarados que hay hoy”.
Su compañera Débora Vigna sostiene que “las feministas tienen otra escucha”, para luego ampliar: “Les creemos a las mujeres cuando dicen algo. Podemos ver la decisión de una mujer de abortar, de no ser madre, o en qué condiciones tener un hijo. Y si sufrió una situación de abuso, no nos importa el largo de su pollera. Por eso creo que tenemos otra escucha, que no juzgamos a la mujer”.
Mariela Díaz, también de Belabanda, cree que la feminista tiene “el tiempo para escuchar a otras mujeres, es un tiempo que no todo el mundo te da”. Según su opinión, “cuando una mujer lo necesita, sabe que habrá una feminista dispuesta a escucharla”.
Por su parte, Juli Miranda, de Manada Feminista, asevera que hay “un sistema absolutamente patriarcal que todo el tiempo está licuando el concepto de feminismo”. Y ahonda: “Es lo que está pasando con el espacio que se le da en Intrusos, porque por un lado está buenísimo que el feminismo llegue a la tele, la gente hable de esto y tenga visibilidad, pero por otro, hay que estar muy alerta para que el capitalismo no haga lo que hace siempre, que es tomar eso que se desborda de ‘lo normal’ para después licuarlo y normalizarlo”.
Para Sole Otero, en tanto, las feministas se nombran como tal “como un posicionamiento político ante el sistema y la sociedad”. Miembro de Almendra Feminista, Sole remarca que no le trajo obstáculos reivindicarse como feminista: “Todo lo contrario. Por ahí nos critican o en las redes sociales nos cuestionan por algunas intervenciones que hacemos, pero la mayoría de la gente que se acerca o nos escribe lo hace para pedirnos una mano, para que podamos trabajar en tender redes”.
Reivindicaciones
Al momento de pensar en sus reivindicaciones, hay coincidencia. “La libertad de decidir”, dice Paula. “La igualdad de derechos y de accesos”, señala Mariela. “La libertad sobre los cuerpos”, agrega Juli. Ante esto, Marta Breme, de Belabanda, puntualiza: “El año pasado se realizaron 93 vasectomías y 13 mil ligaduras de trompas, ¿por qué la mujer es siempre la que pone el cuerpo para la anticoncepción?”
“Se reivindica la libertad que, como concepto, es colectivo –profundiza Juli–, yo no puedo sentirme libre si hay alguien que no lo es. Un hombre es libre de sacarse una remera en la playa y yo no, eso no es una libertad que tiene el hombre, es un privilegio. En un concepto amplio, hablamos de las libertades colectivas e individuales, que van desde el cuerpo, el deseo y las maternidades o no maternidades, hasta las orientaciones sexuales y las identidades”.
Para Mariela, “se trata de salir de la heteronormatividad”. Y Débora ejemplifica: “Todavía hay mujeres que no pueden acceder a puestos importantes por el solo hecho de ser mujer”.
En Junín
Respecto de la situación en nuestra ciudad, Marta remarca que “acá no hay un observatorio de violencia que nos permita saber cuál es la situación”. No obstante, por su trabajo en la ONG Las Manitos en el Bolsillo, señala que “hay violencia machista, social, laboral”, y que “en lo que va de 2018 ya hubo 19 casos extremos de violencia de género”. También observan “mucho abuso sexual infantil, y acoso callejero”.
Algunas de las activistas trabajan en el sistema educativo y allí se ve que “la escuela es una institución que perpetúa el sistema patriarcal porque hay poca conciencia, aún cuando es un trabajo mayoritariamente de mujeres”, dice Mariela.
“La escuela, como institución, es un reflejo de la sociedad”, opina Sole, docente, y añade: “No todas los niñas y niños tienen la misma realidad que nuestras hijas e hijos, quienes escuchan que tratamos de desactivar los insultos patriarcales, donde también les toca vivir con otros formatos familiares, y nosotras en las instituciones hacemos los aportes que podemos, tratando de educar no solamente a niñas y niños sino también a colegas, y lo mismo hacemos cuando vamos a la verdulería, con nuestras propias familias, amigos, o quien sea. Ser feminista es un trabajo constante con todas las personas con las que nos relacionamos”.
Para Juli, también docente, en las instituciones educativas falta mucho por recorrer: “Generalmente las trabajadoras de la educación naturalizan un montón de cuestiones. Hace dos o tres años se hicieron capacitaciones sobre la Ley de Educación Sexual Integral y las capacitadoras sabían menos que los que concurrimos a formarnos. Por otro lado, en las escuelas no se nombran otras orientaciones sexuales, educamos a nuestros alumnos y alumnas suponiendo que todos son heterosexuales. Yo trabajé en privado y estatal, y nunca vi un cuento en donde los personajes sean gays o lesbianas. Cambiar eso implica, para quienes trabajamos en las escuelas, poner el cuerpo y tener un montón de charlas con la jerarquía de las instituciones”.
Acciones
Las estrategias de visibilización de los grupos feministas incluyen las acciones más diversas: intervenciones públicas, marchas, talleres, festivales, charlas, conferencias y capacitaciones.
“Nosotros hacemos payafeministas donde planteamos cuestiones de género y los estereotipos del cuerpo, y las devoluciones de los chicos son muy importantes”, dice Débora.
Marta tiene el programa feminista Aquelarre, que se emite los jueves a las 19 por Radio Belgrano. Y Manada cuenta con una biblioteca feminista, ubicada en Rioja 9.
“También replicamos la agenda feminista nacional e internacional”, agrega Sole.
Las marchas #NiUnaMenos del 3 de junio, y el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres del 25 de noviembre son citas impostergables en las que las feministas ganan la calle.
En cuanto a los próximos eventos, el 2 de marzo habrá una charla de Marcelo Romano (especialista en el trabajo con hombres que ejercen violencia de género), el 7 de marzo se realizarán actividades por el Día de la Visibilidad Lésbica, y para el 8 de marzo –Día de la Mujer– convocan a adherirse al paro de mujeres que se desarrollará en todo el mundo.
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