DANZAS FOLCLÓRICAS

Daniela Gómez fue distinguida como bailarina en el Pre Cosquín 2018

Ella y su pareja, Luis Benavídez, quien la acompaña tanto en la danza como en la vida, cumplieron una destacada labor en el renombrado festival cordobés, cuya final se hizo en el presente mes, en la ciudad de Cosquín.

Daniela Gómez es una bailarina de danzas folclóricas radicada en Junín hace algunos años, que ha sido distinguida en la Final del Pre Cosquín 2018, donde recibió una mención especial por su arte.
En diálogo con Democracia, Daniela explicó cómo fueron las instancias previas del certamen y qué significa para ella tamaña distinción, que si bien no le permite subir al escenario mayor del Cosquín es un importante impulso para seguir junto a su pareja, Luis Benavídez, en el camino de la danza.
“Participamos el 10 de enero último en la etapa de semifinales, donde presentamos dos propuestas coreográficas. En nuestro caso, competimos con ocho sedes y dos clasificamos a la final. Ya en la final estuvimos con once parejas de todo el país (Cosquín tiene más de 50 sedes) y dieron premios a los ganadores de cada rubro y se hicieron menciones especiales. Ahí es cuando recibí una mención especial como mejor bailarina”, explicó Daniela.
“Yo esperaba oír el nombre de la pareja, pero no fue así. De todas formas lo considero un premio a la pareja porque participé en un rubro que no es individual sino de pareja. Considero que en este caso, es la pareja la que se lució, es importante el trabajo de ambos. El crecimiento de ambos lo vivimos día a día, trabajamos todo el tiempo a la par, tratando de mejorarnos”, manifestó.
Cabe mencionar que Daniela Gómez, oriunda de San Nicolás, empezó a los 8 años a bailar danzas folclóricas, hasta los 15, y luego fue incorporando clases de danzas españolas. A los 16 volvió al folclore y nunca más lo dejó de bailar. Actualmente, a los 31 años de edad, continua con su pareja, el juninense Luis Benavídez, abrazando la danza folclórica, desde hace ocho años, siempre juntos.
“Nos dedicamos a la danza folclórica estilizada, empezamos a incorporar otras técnicas, también jazz, contemporáneo pero folclore es lo que siempre hice desde los 8 años”, sostuvo la bailarina.
Ella y su pareja llevan adelante una escuela, llamada Pago del Potroso, con la cual se dedican a la danza recreativa, para gente adulta, y también niños.
“Nos trasladamos por la zona pero no como ballet que participa en competencias. Los que nos presentamos en competencias somos nosotros dos. Damos seminarios, capacitaciones, funcionamos más como escuela que como ballet”, aclaró.
Este enero, si bien no participaron de las noches de Cosquín 2018, valoran lo logrado en el Pre Cosquín. “Esto nos da una energía importante para empezar el año, trabajando. Hace seis años que estamos yendo al Pre Cosquín y cuatro consecutivos a la final, por eso es un premio e impulso para seguir, puesto que estamos en el camino correcto. Ahora, a proyectar todo lo que va a ser este 2018, a descansar unos días después de tanto trabajo”, manifestó.
Es así que en febrero-marzo, la pareja de Daniela Gómez y Luis Benavídez retomarán el dictado de clases particulares, ya que ahora hay mucha gente de vacaciones pero en marzo se retoma la actividad.
“Luis ya está confirmado para el Polideportivo ‘Beto Mesa’, desde hace cinco años. Eso se suma a las clases particulares que damos y a las peñas que siempre hacemos desde hace cuatro años. La escuela Pago del Potroso no tiene lugar fijo, las clases se dan en el salón de Rosana Crocinelli, pero también nos llaman de Lincoln, del Municipio, de escuelas, también trabajamos en General Arenales y Vedia. Eso aparte de la competencia, por lo cual solemos viajar a Santa Fe, Rosario, etc.”, explicó.

La danza en Junín
A la pregunta acerca de qué piensa de la danza folclórica en Junín, Daniela opinó: “Junín es una ciudad muy folclórica. Estoy viviendo acá hace cinco años. Llegué cuando estaba como tranquilo el tema, comenzaron los primeros callejeros de Seguidores del Atardecer, ellos fueron pioneros en la difusión de la danza folclórica. Gracias a ellos, nosotros empezamos a dar clases y en general se empezaron a llenar de gente los lugares donde se aprendía danza folclórica, ya que necesitaban aprender para poder bailar en los callejeros”.
“La gente que participa de la danza folclórica, generalmente es muy cálida, se prende en las peñas, los festivales y eso nos pone muy contentos. Nosotros transitamos otras ciudades y no se ve lo que observamos en Junín”, dijo Daniela.
La entrevistada opinó que esta danza que se ve en las calles de Junín, en los festivales, es recreativa. “La gente sale a bailar porque le gusta, disfruta. Y vemos que siempre estamos los mismos en todos lados: en las peñas, en los festivales. Desde nuestro lado, tratamos de aportar para difundir y para que la gente aprenda a bailar. Ojalá que esto continúe y no sea solamente una moda”, concluyó.

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