Aunque se lo enmarca como un hobby, la radioafición es una pasión más que una afición y su campo de desempeño ha servido muchas veces para colaborar en distintos ámbitos y situaciones, de manera colaborativa, con la intención primordial de la comunicación.
Durante mucho tiempo los radioaficionados colaboraron con Defensa Civil, en situaciones donde era requerida ayuda y los sistemas de telecomunicaciones eran precarios o simplemente habían colapsado.
En nuestra ciudad, el Club de Radioaficionados tiene 80 socios, pero apenas rondan los 20 quienens están activos.
“La radioafición es un hobby parecido a la pesca porque no nos podemos comunicar cuando queremos sino cuando podemos”, cuenta Osvaldo Puertas, presidente de la entidad que funciona en Siria 465.
“Lo interesante de esto es que llegado el caso de que haya una emergencia muy grande y los sistemas de comunicaciones colapsen, nosotros estamos. En caso de emergencias, de terremotos, se rompen las antenas, se cae todo, pero el radioaficionado toma un equipo, una batería, dos alambres y hace una antena. En el medio del campo con unos pedazos de huesos que son aisladores y unos pedazos de alambre hacemos una antena”, explica Puertas, quien como todo radioaficionado posee los conocimientos como para desarrollar la actividad, para lo que es obligatorio obtener una licencia.
“El radioaficionado tiene conocimientos prácticos como para hacer algo rápido. Y en caso de catástrofe o emergencia se puede contactar. Hoy, a partir de los celulares la cosa mermó mucho. Yo digo que antes había radioaficionados y radionecesitados. Llegamos a ser más de 40.000 y hoy estamos en alrededor de 16000. Se achicaron porque los radionecesitados pasaron a usar celulares”.
Para requerir medicamentos, incluso para búsqueda de personas, desde mucho tiempo atrás, los radioaficionados “trataban de pasar la noticia rápido y dar una solución”.
Código internacional
“Nos manejamos con el código Q internacional especificado, conformado por una serie de palabras en donde la primera letra es la que identifica. El código es el número de licencia y es como un documento. No hay en el mundo nadie que pueda tener el mismo”.
Puertas asegura que, según la ley “pertenecemos a Defensa Civil. Hemos intentado con todos los intendentes pero pareciera que en Junín no tiene un lugar”.
Puertas tuvo alguna vez una interesantes tarea: el puesto de observador del aire durante la Guerra de Malvinas.
“Lo hacía desde Junín, en un día y horario específico. Observaba todos los aviones que pasaban y los informaba a una central por radio. Era como un radar humano. Para eso estamos los radioaficionados”, explica.
"Siempre hay alguien”
Osvaldo Puertas insiste en comparar a la Radioafición con lo que se da en la pesca.
“Siempre hay alguien. No te vas a encontrar con quien vos querés pero en determinados pedacitos de banda, se hacen habitué. Así como cuando vas a pescar y te encontrás con los que van siempre a pescar al mismo lugar, a la misma hora”.
Según explica, “hay infinidad de bandas. Comenzamos con 80 metros, 40, 20, 15. Las bandas se determinan por la frecuencia de la trasmisión, la longitud de onda que sale de la velocidad de la onda electromagnética divida a la frecuencia, esa es la longitud de onda”.
A medida que sube la frecuencia es más fácil comunicar a larga distancia pero es más difícil obtener comunicados diarios.
“La propagación depende mucho de la actividad del sol. Cuando transmitimos nuestras ondas rebotan en la ionósfera, según el sol las dos capas se ionizan más o menos y rebota más o menos”.
Repetidora
Hay infinidades de modelos de equipos con los que según indica Puertas, “podemos comunicarnos a través de la repetidora, es decir que recibe en una frecuencia y retransmite, entonces con algunos equipos se puede tener distintos alcances”.
La repetidora estuvo instalada en el Molino San Ignacio mucho tiempo, pero con la presencia de numerosas FM y antenas de celulares, según Puertas “se generó una contaminación electromagnética muy grande y no funcionaba bien. Ahora la repetidora está en los cuarteles y anda de maravillas”.
Radio Club Argentino Teodoro Belloq fue el primero en obtener una licencia como Radioaficionado en 1913 e instaló en Capital Federal una estación radiotelegráfica.
El 21 de octubre de 1921, un grupo de radioaficionados funda el Radio Club Argentino, que automáticamente se convirtió en el tercero del mundo, luego de Inglaterra y de Estados Unidos.
Cursos
En el mes de marzo se dictarán cursos de radioaficionado, de reglamento y técnica. Para más consultas, los interesados pueden visitar la página de Facebook “Radio Club Junín”.
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