Una herramienta para trabajar en el completamiento de la trama urbana es el banco de tierras. Así lo cree el arquitecto Federico Alzari: “El gobierno podría incentivar a los propietarios de tierras ociosas a que se hagan loteos tentándolos con la plusvalía, es decir, aumentando el valor a un suelo improductivo. Entonces, se podría dotar esos espacios de servicios e infraestructura y por el costo de esas obras el Municipio se quedaría –como contrapartida– con algunos de esos terrenos que saldrían de ese loteo, y así conformar un banco de tierras que ayude también a regular el mercado. Pensemos en el Procrear, que generó una demanda de lotes que la ciudad no tenía, por eso la gente empezó a comprar en zonas de quintas para aprovechar ese crédito que ya tenía otorgado. Si hubiese habido lotes en la ciudad, muchos hubieran decidido instalarse en el casco urbano”.
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