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TRABAJABAN MÁS DE 50 EMPLEADOS

Los vestigios de la fábrica La Elvira hoy, a más de 100 años de su fundación

Fue creada por Ciriaco Morea y Antonio Mendizábal en la estancia ubicada detrás de la Laguna El Carpincho. La manteca fue el único producto que se comercializó hasta la década de 1960 cuando comenzaron a producir leche en sachet, quesos, yogures y dulces.

A comienzos del siglo XX Ciriaco Morea y Antonio Mendizábal inauguraron la emblemática fábrica de manteca en “La Elvira”, estancia ubicada detrás de la Laguna El Carpincho.
Situada a pocos kilómetros del casco urbano de Junín, comenzaron a producir con más de 50 empleados en la planta, una gran estructura que ya no se puede apreciar porque fue demolida. Sólo queda la chimenea de la planta de elaboración.
En 1914 y con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, La Elvira fue una de las principales fábricas exportadoras de manteca a Inglaterra en un contexto de cinco tambos propios que generaban la leche en ese sector del partido de Junín.
Además llegó a ser una de las mayores productoras de la provincia de Buenos Aires y la empresa marplatense de alfajores Havanna usaban el famoso dulce de leche “Mendi” fabricado en Junín.

“Vos no sabés lo que era. Trabajaban 50 personas al pie de las vacas, ya que tenían los tambos al lado de la producción”, exclamó José Luis Mendizábal en diálogo con Democracia.
 “En realidad la relación de lo que fue ‘Mendizábal Hermanos’ es indirecta con los fundadores de la fábrica, ya que los fundadores fueron Ciriaco Morea y Antonio Mendizábal quien fue primo de mi abuelo”, aseguró. 
“Por 1885 llegó mi abuelo (Leoncio) y mi abuela a Junín, quienes años más tarde fueron los tamberos de lo que era la fábrica La Elvira. Los hijos (Juan Cruz que le decían Manuel, Eugenio, Leoncio y Eusebio) siguieron con la actividad agropecuaria años más tarde”, aclaró.
“De las cinco estancias que tenían, la mayoría poseían tambos y mandaban la leche a la fábrica, que en esa época era solamente de manteca con una importante venta a nivel nacional e internacional”, expresó.

“Por 1885 llegó mi abuelo (Leoncio) y abuela a Junín quienes años más tarde fueron los tamberos de La Elvira"

Compran La Elvira
Con más de 40 años trabajando en la elaboración de manteca, Antonio Mendizábal se retiró de la sociedad, al igual que la familia Morea quienes vendieron sus partes a la firma “Mendizábal Hermanos”.
En la década del 1950 “Eusebio Mendizábal (mi tío), quien era un poco el líder entre los cuatro hermanos, comenzó siendo empleado administrativo, manejaba los cinco establecimientos de Morea y Mendizábal y por la década de 1960 junto a su hermano Leoncio (mi padre) y la viuda de Juan Cruz compraron La Elvira”, comentó José Luis.
Por esos años se empezó a desarrollar una actividad con una mayor línea de producción y comenzaron a elaborar leche en sachet y quesos que se vendían el territorio de la provincia de Buenos Aires.
Cabe destacar que durante esos años se incorporaron nuevas tecnologías que permitió crecer en relación a la cantidad de productos para ofrecer en el mercado.
“El yogur y dulce de leche también comenzaron a producirse y de alguna manera fue emblemático porque la empresa de alfajores Havanna utilizaba el dulce ‘Mendi’”, expresó Mendizábal.

Los últimos años
“El desarrollo productivo, con 30 o 40 mil litros de leche, no era tan importante, y Angerlac había tomado mucho impulso, ya que estaba desarrollando una planta muy importante con más ventajas edilicias, ya que había muchos socios que participaban”, aclaró.
“A fines de la década de 1970 apareció La Serenísima como gran empresa líder nacional con una fortaleza en los volúmenes de producción. Si las pequeñas plantas trabajaban con 30 mil litros, La Serenísima trabajaba entre 1 y 2 millones de litros”, aseguró Mendizábal.
“En realidad, a economía escala era muy difícil competir los precios al productor y cuando empiezan a desaparecer los más chicos, los grandes no mueven mucho los precios”, subrayó.
La Fábrica cerró sus puertas en 1982. “Una lástima porque fue una empresa líder en su momento, pero cumplió un ciclo”, concluyó.

"Fue emblemático porque la empresa de alfajores Havanna utilizaba el dulce de leche ‘Mendi’”

Hoy
En la actualidad en el campo de “La Elvira” siguen existiendo dos tambos de los seis que quedan activos en  Junín. Además se trabajaba en la agricultura y ganadería.
La casa del personal sigue en pie, la planta principal de producción fue demolida y sólo se puede apreciar una vieja chimenea de ladrillos de la antigua fábrica.
“Gucho Sayes es un trabajador que tiene más de 80 años, sigue manejando el tambo y se crio ahí”, subrayó.
“En el casco de La Elvira quedaron las hijas de Eusebio, nosotros nos quedamos en el campo de Agustina  y la parte de Manuel Mendizábal es un campo en Alem. Esos eran los terrenos que tenían junto con la empresa y la fábrica”, finalizó José Luis.

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