None
"Es un cerro al que le tenía ganas desde hace tiempo y es la cuarta montaña más alta de América", exclamó Pedernera.
TRAVESÍAS EN LA NATURALEZA

Belén Pedernera hizo cumbre en el Cerro Mercedario, en suelo sanjuanino

Además de ser ingeniera industrial, la juninense se encuentra en Buenos Aires estudiando la tecnicatura para guía de montaña. “Esta salida de altura fue evaluativa para aprobar el segundo año. Me gustaría volver a vivir a un lugar donde haya montañas”, dijo a Democracia.

Radicada en Buenos Aires trabajando como ingeniera industrial en una empresa distribuidora de gas, Belén Pedernera no pierde el sueño de volver a vivir en las montañas.
Tal es así que hace dos años, la juninense se encuentra estudiando en Capital Federal la tecnicatura para ser guía de montaña, una de sus principales motivaciones. 
La salida y escalada al Cerro Mercedario, ubicado en la provincia de San Juan, fue una evaluación de 6730 metros de altura para aprobar el segundo año de la carrera en el marco de una travesía que inició el 3 de enero y que duró 13 días.
“Nosotros, además de las cursadas teóricas tenemos salidas a la montaña”, explicó Pedernera en diálogo con Democracia. Y continuó: “Es un cerro al que le tenía ganas desde hace tiempo y es la cuarta montaña más alta de América. Es una expedición similar a lo que es el Aconcagua (6960 metros) que lleva muchos días”. 
“Lo que tiene en particular esta montaña es que la logística es más complicada porque no hay gente, ya que no es comercial como puede ser el Aconcagua donde hay empresas y más ofertas de servicios. Hay que hacer aproximación en camionetas 4x4 porque el cerro está muy metido adentro de la Cordillera de los Andes”, agregó.
“La complejidad en general de estas montañas está dada por la altura, ya que el cuerpo funciona muy distinto al nivel del mar que a 7 mil metros de altura”, explicó.
“Todas las montañas de altura se suben de la misma manera, progresivamente para aclimatar. Generalmente se hacen días de porteos que es llevar equipos y comida a un campamento más alto, permanecer ese día en altura y volver abajo para dormir, lo que le permite al cuerpo adaptarse”, indicó.

“Conserva la esencia del montañismo”
“A mí me encantó, no conocía esa provincia y sinceramente el paisaje es hermoso. Fuimos un grupo bastante númeroso, aproximadamente 26 personas. Fue lindo en el sentido de que a mí me gusta ese tipo de montañas donde no hay gente y que conserva la esencia del montañismo”, sostuvo.
“Nosotros con dos compañeros más llegamos un poco más tarde que el resto del grupo por cuestiones laborales por lo que tuvimos que acelerar un par de días”, expresó.
“La expedición duró doce días y el descenso sólo nos llevó un día más. Lo que lleva tiempo es el ascenso por el tema de la altura, ya que hay que ir aclimatando y subiendo progresivamente, al igual que con la carga”, subrayó.

“Elementos”
Consultada sobre los insumos y provisiones, la montañista juninense aseguró que los “elementos de grupo; se lleva la carpa; grampones y piquetas para los sectores de hielo y nieve que se encuentran más arriba; calentadores y toda la parte para cocinar y la comida. Por eso es que se hace muy pesada la carga por lo que hay que ir subiendo el equipo a los campamentos de altura, ya que no se puede subir todo de una vez”, afirmó.
“El equipo personal es el abrigo que se usa como sistema de capas que se dice las tres pieles y botas dobles o triples también por el frío”, subrayó.

Los campamentos
Entre los refugios donde se hacen las paradas estratégicas en la subida al Cerro Mercedario se encuentran Laguna Blanca (3000 msnm); Piedras Coloradas (3600 msnm); Cuesta Blanca (4100 msnm); Pirca de Indios (5125 msnm); La Hollada (5800 msnm); Cumbre (6730 msnm).

El futuro
“Yo viví seis años en Mendoza y me gustaría volver a vivir a un lugar donde haya montañas obviamente. Por ahora estoy viajando bastante seguido con el tema de la carrera”, expresó.
“Este año que voy a seguir en Capital siguiendo con otros proyectos de montaña con mis compañeros para hacer cuando se pueda”, concluyó.

2009
El 13 de enero de ese año la juninense Belén Pedernera había hecho cumbre por segundo año consecutivo en el Aconcagua y festejó su cumpleaños número 21 en pleno ascenso a la montaña, el 6 de enero.
La joven, que ha demostrado un excelente entrenamiento para este tipo de expediciones, a partir de que escala durante el año distintos cerros mendocinos, había sido la cuarta vez que realizaba una travesía de este tipo, y tras la cumbre alcanzada en 2008, en 2009 volvió a repetir la hazaña.

2011
En enero de ese año, Pedernera y un guía español debieron ser rescatados de ese mismo pico montañoso tras seis días de permanecer varados y perdidos.
Tras al agotamiento físico y mental que significó ese mal momento, había declarado que en seis días comieron “apenas dos veces” y que debieron “racionar la poca comida” para sobrevivir. 
En una entrevista de ese tiempo, Pedernera reveló que se dieron cuenta que estaban perdidos cuando llegaron a la quebrada y notaron que “no había salida posible”.
“Ahí ya sabíamos que en dos días nos iban a empezar a buscar, entonces racionamos la poca comida que teníamos”, comentó. 
Y añadió: “Comimos apenas dos veces en seis días. Fideos liofilizados y caldos con agua y barro. Esa misma agua tomábamos, no había otra”.
“Experimenté cosas que me hicieron aprender a tomar decisiones en la altura. Claro que voy a volver a hacerlo, esta es mi pasión. No sé si en el Aconcagua o en algún otro cerro. En todo caso, si vuelvo al Aconcagua no sería una revancha para mí. La montaña siempre es la que termina decidiendo”, sostuvo.

COMENTARIOS