PARADIGMAS DE LA EDUCACIÓN

Los nuevos maestros varones que replantean el rol docente tradicional

En un mundo superpoblado de “seños” mujeres, los hombres también proponen una nueva impronta al trabajo cotidiano con los chicos en el aula. Los mismos desafíos, las mismas estrategias y sobre todo, el mismo amor por la vocación.

Son pocos, pero podría decirse que bastantes. Aportan una mirada diferente al rol docente y los mismos alumnos se paran de otro modo frente a ellos.
Son maestros de primaria que eligieron, por vocación, transitar juntos la vida escolar de muchos chicos argentinos y con su trabajo cotidiano intentan derribar prejuicios, los mismos que muchas veces en otros ámbitos laborales padecen las mujeres. 
Sin dudas que la presencia de un docente varón en el aula de hoy ayuda a replantear el rol docente desde lo más tradicional.
Aunque no hay estadísticas oficiales, se conoce que lentamente crece hacia un mayor número de varones maestros, al menos respecto de décadas anteriores. 
Juan Manuel, Elio y  Manuel, son tres maestros que buscan desde sus lugares ofrecer un cambio a ese rol que hoy atraviesa nuevos paradigmas.

“Acostumbrados  a una mujer en el aula, la presencia de un varón les interesa, los intriga.

Elección de vida
“Me anoté para ver cómo era y me quedé”, dice Juan Manuel Medina a sus 39 años y como docente de 5º y 6º de la Escuela Nº2, sobre la elección de su profesión, que en un principio sería profesorado de matemática. 
“No me arrepiento, me encanta la docencia y lo disfruto mucho”, asegura.
Para Elio Suárez, maestro de los mismos niveles en el Colegio Padre Respuela, la cuestión comenzó bastante antes.
“Lo mío por la docencia es pura vocación, yo desde muy chico me crié en el campo, de chiquito jugaba a ser maestro”, cuenta y rememora a sus 38 años, que su papá trabajaba en un peladero de pollo y con los cajones que traía solía armar un pupitre que llenaba de cuadernos, o que escribía sobre chapas o paredes.
Manuel Franco, con 31 años, es maestro en la Escuela 48 María Elena Walsh y la docencia en su vida no llegó fácil, de hecho asegura que por tener padres docentes se negó en su adolescencia a seguir los mismos pasos.
“Una de las razones por la cual me decidí por la educación de los niños fue la posibilidad de acceder a la didáctica de múltiples disciplinas y tener una formación más rica en tal sentido”, cuenta Manuel. Y para él, efectivamente lo fue.
“La posibilidad de entrar en contacto con los enfoques de cada área hace que la carrera del profesorado de educación primaria sea de las más interesantes por tener una mirada multidisciplinaria y abarcaría del fenómeno educativo”, cuenta.

"Es un lugar muy reconfortante y debería haber más varones maestros en las escuelas primarias”.

Mundo de la docencia
Preponderantemente femenino, el mundo de la docencia plantea desafíos hoy que sobrepasan la cuestión de género.
Para Juan José, resulta normal: “no veo ninguna dificultad. Algunos consideran que la presencia del varón en el grado es distinta pero yo lo veo normal”.
Elio asegura que se siente querido, “estar en un grupo de mujeres me hace sentir mimado. Yo soy el único varón y tengo una experiencia muy linda”, asegura respecto de sus compañeras y colegas.
Hay quienes como Manuel, consideran que de alguna forma, “ser docente varón es un hecho que otorga cierta  ventaja, porque vivimos en un mundo donde la autoridad patriarcal está muy marcada y lejos de naturalizar las diferencias de género creo que la figura masculina genera una presencia en el aula, diferente. En mi caso, que amo el futbol, los deportes, los vídeo juegos y algunos dibujos animados es más fácil generar un vínculo con los alumnos  como los varones, que suelen ser los más bravos”.
Juan José toma con humor el hecho de que a veces los chicos lo llamen “seño” porque entiende que es normal esa confusión ante la costumbre de que las “seño”, son casi siempre, mujeres.
“Como varón hay mucha afinidad con los chicos, es una linda experiencia. Trabajo muy bien con los grupos que me han tocado y por eso sigo eligiendo la profesión”.
Para Elio, como varón, hay un condimento que tiene que ver con el interés y la intriga. 
“A los chicos les gusta ver a un maestro varón porque siempre estuvieron acostumbrados  a una  mujer en el aula entonces  la presencia de un varón, les interesa, los intriga. En mi caso, con los chicos somos muy compañeros, con mucho respeto. Y desde mi parte enseño con mucha alegría, eso es muy importante”, remarca.
“Enseño a través del juego, de la diversión con ellos. Creo que es la manera de llegar y de que ellos se enganchen. Hoy que está todo tan desvirtuado. Ellos necesitan otra forma de enseñar siempre dentro de los límites, pero necesitan también aprender con alegría”.
Manuel confiesa que “quizás por momentos uno se siente medio extraño trabajando en primaria porque es un lugar  históricamente habitado por mujeres, donde los varones están por lo general asociados a las horas especiales pero a pesar de eso es un lugar muy reconfortante y debería haber más varones maestros en las escuelas primarias”.

"Algunos consideran que la presencia del varón en el grado es distinta pero yo lo veo normal” .

Buscar estrategias
Como docentes, más allá del género está la impronta que cada uno decide ponerle a su paso por la docencia. Incluso más allá de lo prescripto en el diseño.
“Me gusta trabajar con herramientas tecnológicas, proyector, computadora, pizarra digital si está disponible. Siempre acotado al diseño curricular uno busca las formas y estrategias”, cuenta Juan José.
En esa búsqueda de estrategias, Elio resalta la importancia de pensar en la diversidad de alumnos que componen el aula.
“En un curso de 32 alumnos, hay 32 realidades”, enfatiza. “Y a veces tenés que buscar distintas estrategias para cada uno de los chicos porque no todos trabajan igual. Incluso  a veces hay chicos que están integrados y hay que trabajar de otra forma”.
Manuel agrega que “es muy importante saber cuáles son los consumos culturales y tecnológicos de nuestros alumnos, reducir al mínimo la brecha que existe entre ambos en relación a todos los medios modeladores de subjetividad de las nuevas generaciones - redes sociales, gustos musicales, publicidades, video juegos”.
Pero Manuel aclara que “la idea no es parecerse a ellos ni querer entrar en su onda. Sí conocer sus gustos para usar esa información para dar mejores clases, más interesantes y motivadoras, porque lo que nunca debemos perder como eje en la educación es el concepto del deseo como motor del aprendizaje”. 
Elio dice que hay que animarse. “Tiene que haber más varones en las aulas. Es una profesión hermosa. No fácil, pero hermosa”.

Maestros jardineros
Si  los docentes de educación primaria aún son escasos, entonces en el área de jardín de infantes, la realidad no sorprende: aseguran que son menos  del 5% en el país, pero que en algunos distritos como Buenos Aires, se triplicaron los inscriptos para la carrera de maestro jardinero.
Alrededor de 70 docentes varones trabajan en educación inicial de la provincia de Buenos Aires mientras que las mujeres suman casi 20.000.