En una recorrida por Democracia en búsca de hechos relevantes en el ámbitos local se han encontrado casos de bebes recién nacidos en el cual la madre le informa al varón de su supuesto hijo.
Los abuelos son quienes generalmente aportan el dinero del estudio y dicen: “Si es el hijo de mi hijo no hay ningún problema en reconocerlo y empezamos a ayudar en la criaanza”, explicaron.
Están las personas grandes de 50 años que dicen: “Se murió este hombre, los vecinos me informaron que era mi papá y quiero saber si es o no realmente”.
Existen quienes tienen al padre vivo que los han criado durante cuarenta años y sospechan que no es el biológico y se hacen los análisis.
Por otro lado, ante la duda, no se animan a realizarse el estudio de ADN por miedo a no ser y luchan entre su incertidumbre por no saber enfrentar a la realidad que le tocaría y siguen esperando el momento adecuado.
Es necesario aclarar que estas situaciones y los análisis de ADN te permiten dilucidar estas cuestiones tan íntimas tras descubrir la historia de supuestos padres.
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