Uno de los reclamos históricos de los residentes del barrio El Picaflor pasa por el deterioro general que presentan las veredas y del adoquinado de las calles, que se levantan sistemáticamente producto del crecimiento de las raíces de los añejos árboles del lugar.
Y son las veredas del ex Hospital San José las que se encuentran prácticamente destruidas.
“Venimos insistiendo en el arreglo de esas veredas, es un peligro latente. Hay plantas que han levantado muchas baldosas, están todas flojas, y nosotros planteamos que ese lugar podría ser arreglado y utilizado para que la gente haga caminatas o actividades físicas como se hace en otros sectores de la ciudad”, explica el presidente de la sociedad de fomento, Jorge Libonatti.
Allí se advierte que están las baldosas levantadas, faltan muchas de ellas o están rotas, mucha gente tira su basura ahí por lo que la suciedad es evidente, y las raíces rompen veredas y cordones. Años de desatención hicieron que el problema ya sea muy profundo, dado que desde el ámbito municipal afirman que el arreglo le corresponde al Poder Judicial, y viceversa.
“Esto yo lo planteé al intendente y al jefe de Talleres –cuenta Libonatti–, y me dijeron que el próximo año van a empezar a fabricar baldosones que serían aplicables acá. Ojalá que se pueda concretar”.
Más allá de las eventuales responsabilidades de las autoridades comunales o judiciales sobre este tema, desde la sociedad de fomento también remarcan que hay una conducta desaprensiva por parte de la gente: “Queremos que quede limpio porque el vecino tampoco colabora y al ver tanta desidia, tiran la basura ahí”.
Los fomentistas solicitaron que el arreglo de esta vereda sea incluido en el proyecto de presupuesto para el año próximo, pero esto no sucedió.
Alumbrado
Al ser un barrio céntrico, El Picaflor cuenta con todos los servicios básicos cubiertos. En ese contexto, el alumbrado público no es un inconveniente, salvo que no se realice la poda correctamente, ya que en ese caso los frondosos árboles tapan las farolas.
No obstante, los vecinos y fomentistas solicitaron un recambio de luminaria para mejorar el alumbrado en la zona. Libonatti señala que habló este tema con el secretario de Obras públicas, Diego Frittayón, quien le pidió que lo trate con otro funcionario, a quien le mandó mensajes que nunca fueron respondidos. “Creo que es una mala educación de un funcionario, me parece que eso habla mal de él y debería corregirse. Así que los vecinos y la comisión seguimos esperando que nos digan cuándo se va a hacer”, se lamenta el dirigente barrial.
Tránsito y seguridad
El tránsito es uno de los asuntos que preocupa a los residentes de este vecindario. Es por ello que desde la sociedad de fomento se solicitó la colocación de semáforos en dos esquinas claves: Arias y Quintana, y Arias y Sarmiento.
El primero de estos pedidos “está más avanzado”, mientras que el de la esquina de Sarmiento, no saben si será viable. “Nos dijeron que ya había uno en las intersecciones con Italia y con Borges, pero nosotros seguimos insistiendo con eso”, señalan en la entidad barrial.
Con todo, Libonatti cree que, en materia de tránsito, “el trabajo que se está haciendo es correcto”, aunque insisten en el pedido de semaforización en Arias “porque es lo que hace que el conductor deba frenar”.
Por otra parte, en cuanto a la inseguridad, el dirigente fomentista reconoce que “El Picaflor no es una isla”, y que se han producido “algunos hechos”.
No obstante, aclara que ven con buenos ojos que en las fuerzas de seguridad hayan decidido sumar recorridos de dos bicipolicías por zonas que antes no alcanzaban. “Eso lo habíamos pedido hace un tiempo y ahora nos dieron una respuesta, y están trabajando bien”, concluye Libonatti.
COMENTARIOS