Iván Guajardo estudió bibliotecología en el Instituto de Formación Técnica y Docente Nº 8 de La Plata, carrera que ejerce en la Biblioteca Braille y Parlante “Eduardo Larrory”, que funciona en la Biblioteca Municipal Bernardino Rivadavia, donde trabaja desde 2001 con usuarios de Junín y la zona.
Hace varios años se presta un servicio a Los Toldos, Chacabuco y al partido Leandro N. Alem donde “tenemos bastante presencia y constancia porque estoy dando una asistencia técnica a la escuela secundaria y a unos adultos mayores ciegos de El Dorado y Vedia”, explicó Guajardo en diálogo con Democracia.
“La biblioteca cuenta con material de libros parlantes que han sido confeccionados por lectores voluntarios en su momento”, continuó. Y aclaró: “Si bien hoy tienen menor salida esos materiales, es porque tenemos acceso desde las redes e internet a libros virtuales por lo que vamos utilizando otros soportes”.
“Escuchamos libros desde la computadora, Youtube o libros digitalizados que están pasados a texto y con un lector de pantalla los podemos escuchar desde cualquier dispositivo que permita reproducir archivos”, informó.
Otro servicio que prestan desde la Biblioteca Braille y Parlante “Eduardo Larrory”, es la ayuda a personas ciegas adultos mayores en relación a la orientación y movilidad. “Además hay orientaciones en informática y siempre hablando de herramientas adaptadas como computadores con lectores de pantallas que se llaman JAWS que funcionan en Windows; hay una alternativa que se llama NVDA”, remarcó el bibliotecario.
Se trata de dos opciones de lectores de pantalla que “utilizamos los ciegos para poder interactuar con una computadora convencional de escritorio o notebook. Además este sistema lo tenemos en los teléfonos celulares y tablets que lleva el nombre de TalkBack”, subrayó.
A la biblioteca llegan usuarios no videntes con los interrogantes de cómo usar el celular, la tablet o si tienen posibilidades de usar esta tecnología. “En esos casos le brindamos la información”, expresó.
“Un rol social”
Continuando con la entrevista, Guajardo aclaró que “la biblioteca tiene un rol social muy fuerte porque nos ocupamos primero de las necesidades básicas que tienen las personas con discapacidad visual tratando de que nos comenten qué les pasa y qué están sintiendo. Muchas veces en segundo plano está la parte bibliotecológica”.
Iván Guajardo adquirió su ceguera a los cinco años de edad, mientras asistía al Jardín Nº 909. Luego se inició en el sistema braille, que lo acompañó durante su etapa en la escuela primaria, secundaria y casi toda la terciaria para luego incursionar en las nuevas tecnologías que hoy se encuentran en la Biblioteca Bernardino Rivadavia.
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