La elección de la institución educativa a la que los padres deciden enviar a sus hijos no resulta una cuestión menor y hasta suele traer aparejado algún dolor de cabeza cuando el jardín o la escuela deseaba no resulta accesible o la espera de vacantes se vuelve eterna.
Lo cierto es que el sistema de ingreso en las instituciones públicas y privadas se da generalmente en primera instancia a los hermanos de alumnos y luego se abre al público en general. También se da el factor de cercanía por la cual se aceptan primero alumnos que viven en el barrio, dentro del radio de la institución.
Mucha demanda, pocas vacantes
Durante este mes de noviembre comienzan algunas inscripciones en distintas instituciones y como cada año, los cupos resultan escasos ante la exagerada demanda, sobre todo en las instituciones privadas.
Desde las instituciones públicas destacan que no existe una problemática de cupos y que las escuelas inscriben perfectamente.
Sin embargo, existen escuelas públicas –los casos en nuestra ciudad de la escuela Nº2 y Nº24- que en los últimos años se convirtieron en las más requeridas, conjuntamente con muchas de las instituciones privadas, donde se concentran la mayoría de los pedidos de ingreso.
En muchos casos, según la regulación de cada institución, se prioriza no solo a hermanos sino a hijos de personal e incluso se realizan sorteos en el caso de vacantes disponibles.
Junín cuenta con 36 establecimientos educativos de nivel primario ubicados estratégicamente en diferentes barrios y localidades que conforman el mapa del distrito; la matrícula del nivel se halla conformada con 6500 alumnos en la gestión pública.
La mayoría de las escuelas cuentan con matrícula genuina que es el resultado de los procesos de articulación con los Jardines de Infantes próximos a cada una de ellas.
Emilse Marini, Jefa Distrital de Educación de Junín explicó que, “si bien parecería que hay una gran demanda por algunas escuelas en particular, el análisis distrital nos da cuenta que los alumnos ingresantes continúan sus trayectorias educativas en las escuelas de su barrio o en aquellas en que ya están concurriendo sus hermanos”.
Según Marini, “muchas veces aparece una sobredemanda en algunas escuelas en particular debido a la inexistencia de vacantes ya que suelen ser ocupadas por niños que cuentan con vacantes por hermanos que concurren a dichas escuelas obturando de esta manera la posibilidad de ingreso a otros niños”.
Realidad o mito
Ante la visible sobrecarga en la demanda de ingreso en las instituciones privadas que se da en la supuesta búsqueda de calidad educativa, una cuestión que merece otra discusión, que permita dilucidar cuánto existe de realidad y cuánto de imaginario social, las escuelas públicas trabajan en su revinculación con el barrio y la comunidad donde se erijen.
En ese sentido, Emilse Marini destacó: “Estamos trabajando fuertemente en que las familias pongan en valor a las instituciones educativas de su barrio ya que todas las escuelas trabajan generando proyectos educativos innovadores, creativos y de calidad, involucrando a las familias y a los niños en situaciones de real aprendizaje”.
Por ello asegura: “me parece importante salir de la lógica de escuelas más destacadas que otras, para pensar que cada una genera propuestas acordes a las realidades institucionales y sociales que la atraviesan. Sabemos que cada escuela tiene su propia impronta, su propio modo de gestionarse, lo que las transforman en diferentes, pero todas siguen los lineamientos de la política educativa y del nivel primario”.
Cada escuela trabaja con su comunidad barrial, con las instituciones intermedias siendo un espacio educativo abierto a la participación y al trabajo compartido.
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