Inmobiliaria Verónica Montero, ubicada en Quintana 222, es una de las casas del rubro atendidas por martilleros y corredores públicos de nuestra ciudad.
Desde hace dos años esta inmobiliaria está a cargo de Verónica Montero, quien en realidad estaba desde mucho antes trabajando, cuando la empresa era de Walter García, su suegro.
En diálogo con Democracia, Montero explicó que García la instó a estudiar la carrera para que ella diera continuidad a la inmobiliaria. “Estudié de grande, después que tuve a mis hijas. A los 30 me puse a estudiar, ahora tengo 42. Trabajé 17 años con Walter García. Es decir si bien es una inmobiliaria joven desde que está a mi nombre, yo tengo 19 años de experiencia porque trabajé varios años con él”, manifestó.
Respecto a su actividad, la entrevistada dijo: “Nosotros hacemos administraciones, ventas de casas, departamentos, etc., alquileres, emprendimientos, tasaciones, ventas con crédito”.
Créditos inmobiliarios
Montero sostuvo que hay muchas consultas para créditos pero el inconveniente se da porque ya no quedan casas para vender a los clientes que tienen crédito porque se les solicita varios requisitos para cumplir.
“Si uno va por la calle ve muchos carteles de venta, pero la mayoría son casas que han heredado de abuelos o de padres, y que tienen que hacer sucesiones. En general, esas casas no están aptas para crédito porque necesitan que esté escriturada a nombre del dueño de la casa. Parece ser que lo que había para crédito ya se vendió, queda muy poquitito. A su vez, el gobierno sigue dando créditos pero no hay más mercado, lamentablemente”, explicó la martillera y corredora pública.
Consultas
Verónica Montero dijo que en los últimos 15 días habían recibido muchos llamados de gente sin crédito, pero queriendo comprar casas. “Algo pasó, no sé si la gente se animó a comprar algo o la que tenía plata guardadita la sacó, pero hubo muchos llamados de gente para comprar sin crédito”, dijo.
Ante la pregunta si hay casas en condiciones, la entrevistada dijo que sí, aunque no para créditos.
“Puede ser que el inmueble esté en condiciones para la venta. Normalmente cuando se hace una sucesión se deja preparado el bien para hacer un Tracto abreviado, que significa que está lista para escriturar y escritura el que la compra, de lo contrario, el dueño para escriturar tiene que gastar mucha plata para venderla y volver a escriturar otra vez, es una doble escritura la que hay que hacer cuando son sucesiones y el Banco requiere escrituración”, explicó.
“Cuando hay un tracto para escriturar no quiere decir que la casa no esté en condiciones de venderse. En estos casos –reiteró Montero- se hace la sucesión y cuando llega al momento de escriturar, la escritura el que la compra. Pero el Banco no te permite eso, tiene que estar escriturada a nombre del dueño, y a su vez normalmente son varios dueños. Por ejemplo: fallece la mamá y son tres hermanos, entonces tiene que haber una escritura a nombre de tres personas. Esto significa una erogación de dinero importante y la gente no anda con plata, como para decir bueno, ´ hago la escritura’. Si fuera poco dinero uno puede pensar que lo puede recuperar en la venta, pero no se recupera generalmente, porque la gente que compra también está ajustada, tiene crédito y está con los pesos contados”.
A la pregunta si esto provocaba un aumento de precios de las viviendas, Verónica Montero opinó que “no es tan así puesto que el Banco tiene sus tasadores y un parámetro de precios. “El vendedor no puede pedir cualquier precio porque sabe que la casa no lo vale. Siempre se especula con subir un poco pero es un porcentaje muy chiquito”, manifestó la entrevistada.
Alquileres
Respecto a los alquileres, Verónica dijo que hay mucha actividad en este rubro.
“Se alquila mucho porque al no poder comprar, la gente sigue alquilando. Se alquilan las casas, los departamentos, los locales incluso, fíjese que en Roque Sáenz Peña no hay locales vacíos”, apuntó.
En lo que hace a los precios de los alquileres, la entrevistada dijo que no había habido tanto aumento como el año pasado, cuando se renovaban con un incremento del 30% anual, en cambio este año se estaban renovando con un 25% más, teniendo en cuenta la inflación estimada. “Los precios de los alquileres subieron, pero este año lo hicieron en un 25 por ciento, y el año pasado en un 30 %. Es decir subieron un 5% menos que el año pasado”, aclaró.
Verónica Montero dijo que faltaban casas y departamentos para alquilar, porque había mucha demanda.
“Faltan casas grandes. Se han hecho muchos emprendimientos de edificios o departamentos en dos torres, pero son todos chiquitos, de un dormitorio. De esos sí, ya está saturado el mercado, pero departamento de dos o tres dormitorios no hay para alquilar”.
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