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El Consejo Superior aprobó por unanimidad la creación de la Escuela de Educación Secundaria de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires.
CÓMO ES EL PROYECTO DE LA UNIVERSIDAD PARA LA EDUCACIÓN MEDIA

El Secundario de la Unnoba tendrá doble jornada y actividades los sábados

No se trabajará por materias, sino por proyectos. Las aulas corresponderán a cada disciplina y los estudiantes se trasladarán de una a otra. Las clases las darán docentes universitarios. El ingreso será por sorteo y la matrícula es de 60 alumnos por año. Está previsto que la institución les provea a los alumnos la vestimenta y tres comidas diarias.

El martes 19 de septiembre el Consejo Superior de la Unnoba aprobó por unanimidad la creación de la Escuela de Educación Secundaria de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, que funcionará en nuestra ciudad.
Desde entonces, y luego de que las autoridades universitarias anunciaran que es probable que arranque en 2018, se puede advertir una gran expectativa de la comunidad sobre esta iniciativa y son muchas las especulaciones sobre cómo será su funcionamiento.
Si bien el proyecto definitivo será presentado a fin de octubre y su ejecución dependerá de la aprobación de determinados pasos administrativos en Nación y Provincia, la idea se viene trabajando desde hace dos años en la Universidad y el bosquejo final, al que tuvo acceso Democracia, está muy avanzado.
Entre las peculiaridades de esta propuesta se destacan, entre otras,na, la intención de completar 220 días de clases, en jornadas de ocho horas incluyendo actividades los sábados a la maña con docentes propios de la Universidad y trabajando en proyectos integrales, más que por materias.

Ingreso
El interés de la comunidad juninense por la apertura de la secundaria de la Unnoba se tradujo, en los últimos días, en las numerosas consultas sobre cómo se resolverá el ingreso a la escuela.
Si bien está decidido que sea por sorteo, todavía resta definir de qué manera se hará, ya que las autoridades universitarias buscan que el ingreso sea una muestra, lo más aproximada posible, de la realidad socioeconómica y cultural de la ciudad. En diálogo con Democracia, el rector de la Unnoba, Guillermo Tamarit, señala que una de las ideas que están trabajando “es la de que ingresen dos alumnos de cada una de las 24 escuelas primarias públicas de Junín, lo que da cierta garantía porque son muy distintas y están todas”. Entonces, más allá de que se anoten, por ejemplo, veinte chicos de una escuela y tres de otra, se sortearán dos lugares para los que provengan de cada una de ellas, independientemente de la cantidad. De esta manera quedarían cubiertas 48 de las 60 vacantes que tendrá el colegio cada año.
“De todas maneras, queremos liberar un cupo que sea al azar, porque también hay que ver qué va a pasar con las privadas, ya que estamos trabajando con el número para que sea representativo”, especifica Tamarit, quien también considera que “la única manera que se justifica que la universidad tenga una escuela es que pueda transferir la experiencia, lo que supone, en principio, que reciba los mismos alumnos que el promedio de las escuelas”.
Del mismo modo, se descarta por completo la posibilidad de que haya examen de ingreso u otro tipo de mecanismo que no sea el sorteo.

Los docentes
Otro de los puntos clave del proyecto del secundario de la Unnoba es que los docentes serán, en su gran mayoría, de la universidad.
En el ámbito de las carreras de grado la Unnoba tiene una fórmula de trabajo que es por departamentos, “entonces, si en Ingeniería se requiere dar Matemáticas, se le pide al departamento de Ciencias Básicas, desde donde se establecen las horas que esa carrera requiere”, grafica Tamarit, quien agrega que en la escuela se trabajará de una manera similar: “El secundario va a establecer una serie de actividades disciplinares, no por materias, y se requerirá los docentes al departamento correspondiente. Si está el docente, en lugar de dar clases en la universidad, lo hará en el secundario. Y si no está el docente, se harán convocatorias como hemos hecho y como hacemos normalmente en una carrera”.
En la universidad no hay, en general, docentes de una materia, sino que son equipos. De hecho, las cátedras se concursan por equipos. Y la idea es replicar este modelo en el secundario. Tamarit sostiene que “nadie podría decir ‘el docente anterior no le dio tal tema’, porque no son individualidades que se hacen cargo de los contenidos y las metodologías dentro de la disciplina, sino que todos son integrantes de un equipo”.
Además, la idea es que cada equipo haga un relevamiento a lo largo de toda la trayectoria del alumno, porque el grupo decente de cada disciplina va a ser el mismo desde primero hasta sexto año.

Trabajo por proyectos
La novedad más relevante en el diseño del proyecto del secundario de la Unnoba es, tal vez, la modalidad que se busca implementar, en donde no se dividirá la currícula en asignaturas clásicas como en la escuela media tradicional, sino que se trabajará por proyectos.
“No se va a trabajar en materias –puntualiza Tamarit– sino en áreas a partir de proyectos, con una actividad muy dinámica y que, naturalmente, requiere de un compromiso distinto del alumno respecto al que implica sentarse en el aula a escuchar a un profesor”.
En tal sentido, el rector de la Unnoba recupera un ejemplo que dio el propio ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, sobre lo que implica el trabajo por proyectos: “Si hay que dar contenidos de matemáticas, de economía, de sociedad, de geografía, se puede tomar, por ejemplo, a la Unión Europea, cada docente va a ir trabajando distintos aspectos y los alumnos van a desarrollar un proyecto. Esto implica que ya la formulación forma parte de la evaluación, que podría ser, cuál fue el comportamiento del Producto Bruto Interno a partir de la organización de la Unión. Entonces, se ofrecen los contenidos –como siempre– pero la resolución pasa por tomar todas las dimensiones y explicar los procesos. Hay muchas aristas que, por supuesto, son conducidas por los docentes, pero esto permite relevar cómo se incorporan los conocimientos y qué uso hace el alumno de ellos”.
Esto no excluye que también se tomen los exámenes tradicionales de la escuela media.

Las aulas
En este contexto, se considera que será muy importante el rol de los tutores, “que no será solamente el del preceptor que organiza la fila y pasa lista, sino que tendrá que ver con armonizar estos procesos”, agrega Tamarit.
Es que los alumnos van a ir a las materias, dado que no habrá aulas por cada curso, sino que los espacios corresponderán a las disciplinas. De esta manera, el curso podrá concurrir en un mismo día al laboratorio de bilogía, a la sala de informática, o al aula de matemáticas. Además, están proyectados espacios comunes para desarrollar los proyectos. “La metáfora es que el alumno va al conocimiento, va a buscar contenidos, y eso también tiene que ver con la modalidad, con la metodología”, añade Tamarit.

Jornadas
La universidad propone una institución media con 220 días de clases en doble jornada, lo que Tamarit califica como algo que podría ser “lamentablemente revolucionario”, puesto que nunca se alcanzaron los 180 días de clases que exige la ley.
Por tal motivo, los 220 días son un norte ineludible para este secundario. Para ello, se propondrán actividades para los sábados por la mañana. Estas serán opcionales, pero los estudiantes deberán cumplir con un porcentaje de ellas, que no van a tener que ver con las clásicas de contenido.
Las autoridades de la Unnoba consideran que la escuela no puede ser vivida como un rito burocrático que se ejerce de lunes a viernes en un determinado horario, sino que propician que sea un lugar de encuentro, como dice Tamarit: “El sábado podrá haber actividades con la familia que permitan vivir la escuela desde otra perspectiva, y podría ser una muestra de ciencia, deportes, una huerta, o lo que fuere. Es importante saber que ese espacio lo tenemos”.

Otra scaracterísticas
Al ser este un secundario de doble jornada, habrá un comedor en el propio establecimiento. Por el momento se está analizando la posibilidad de implementar, en un principio, un sistema de viandas con el comedor universitario. La idea es que los estudiantes reciban, en ese tiempo, tres comidas: desayuno, almuerzo y merienda. Sobre este tema, horarios y dietas hay nutricionistas trabajando.
Por otra parte, la escuela proveerá la vestimenta que los alumnos utilizarán para las distintas actividades. “Hay mucho trabajo hecho por la competencia respecto de este tema, por las zapatillas, por los jeans, y si bien no vamos a tener un uniforme, sí queremos que tengan todos la misma ropa”, explica Tamarit.
En tal sentido, en la Unnoba consideran que se va a buscar igualar a los jóvenes como una forma de entender “que la actividad educativa es una responsabilidad, no es un desfile de modas”. Y creen que esta “es una forma de educarlos en la igualdad”.

De cara al futuro
Para el rector de la Unnoba, resulta “sorprendente” que este proyecto tenga tanta visibilidad por proponer 220 días de clases de ocho horas. “Es un dato que nos muestra que estamos en un problema evidente, parece una novedad lo que debería ser normal”, añade.
En ese marco, con este secundario se propone contribuir, ya no solo al debate en torno a la educación, sino involucrándose en el tema con una iniciativa que, además de dejar un testimonio, pueda transferir esta experiencia: “El aporte no va a ser inmediato, va a necesitar su tiempo para poder consolidarse. Nosotros también asumimos el desafío que supone entrar en una modalidad que tiene muchísimos problemas, y ante eso ofrecemos nuestras alternativas”.

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