Gaspar García, el juninense que le cocina al Presidente de la Nación
Con solo 23 años se convirtió en jefe de cocina de la sede del Gobierno nacional, donde diariamente sirven a 600 comensales, aparte de ministros y el propio Mauricio Macri. A los 9 años ya había aprendido a hacer asados. La historia de “Pachu”.
A los 9 años, gracias a las enseñanzas de su papá, Gaspar García, “Pachu”, ya había aprendido a hacer asados. Con gran interés por la gastronomía, a los once años hizo su primer curso de cocina y a los 12 otro, en el Iga, en nuestra ciudad hasta que al finalizar sus estudios secundarios –en el Colegio Marianista-, a los 18 se fue a Buenos Aires a estudiar Licenciatura en Gastronomía en la UADE, que tenía covenio con el IAG –Instituto Argentino de Gastronomía, donde cumplió tres años para luego emprender viajes a Estados Unidos y Colombia, donde adquirió las experiencias que el rubro exige.
Amante de las pastas –son su comida preferida y disfruta de cocinarlas-, este joven juninense se abre camino hoy como jefe de cocina de la Casa Rosada y con apenas 23 años promete ir por más.
La gran propuesta
Al regresar a Argentina, luego de sus viajes, con la experiencia lograda a cuestas, Gaspar decidió enviar un currículum a Tarquino, el restaurante que era propiedad del actual Chef de Casa Rosada, Dante Liporace y que estuvo entre los cincuenta mejores de Latino América. “Empecé ahí una pasantía de tres meses y me la renovaron por otros tres meses hasta terminar el contrato”, cuenta Pachu sobre lo que aún estaba por venir.
“Luego me fui nuevamente de viaje hasta que me llamó el chef, justo para el cambio de gobierno, en diciembre de 2015, enero de 2016 y me dijo que quería contar con mi presencia para la cocina de la Rosada”.
Pachu fue designado jefe de cocina, sin dudas el mayor proyecto de sus cortos 23 años y en el que pone todas sus energías de lunes a viernes, alimentando a 600 personas en el comedor de la Casa Rosada y a 40 en la cocina presidencial.
Cocinar para el Presidente
“Es un ambiente totalmente diferente”, adelanta Pachu, no solo por lo que significa ser parte del equipo que cocina para el presidente Mauricio Macri sino además por la diferencia en la forma de trabajo que implica tamaña tarea.
“Claramente cocinar en la Rosada tiene otros tiempos. Dependés mucho del tiempo de los ministros y del presidente. A veces tenés un evento para las 13 pero se puede dar que lo adelantan y entonces siempre estás con cambios”, cuenta Gaspar.
“En la cocina de Casa Rosada somos alrededor de veinte personas y está divida en dos partes, el comedor, en el que se da de comer a 600 personas, para lo que trabajamos todos los días, y para lo cual se arma una carta que se cambia cada tres meses”, explica detenidamente Pachu.
“Luego está la cocina de presidencia, donde se da de comer a entre 40 y 50 personas entre ministros e invitados, o reuniones que se llevan a cabo, más la presencia del presidente”.
En eventos especiales, como la visita del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se suele realizar un catering especial. Un menú de eventos cuenta con cinco platos diferentes.
Sopa de tomate, la preferida de Macri
“El presidente se cuida mucho, el año pasado tuvo unos problemas de salud y colaboró el Dr. Cormillot, con la alimentación, porque tuvo que cuidarse un poco en cuanto a condimentos y demás. Las ensaladas y las carnes salen sazonadas y por eso más que nada”, detalla Pachu al ser consultado sobre las comidas que elige el presidente.
“Generalmente no utiliza mucho la carta. Come ensaladas, pollo y le gusta mucho la sopa de tomate y el gazpacho. Está muy contento con el tipo de cocina que se está haciendo ahora por lo menos da el visto bueno, incluso come con las hijas a veces”.
Obama y el puré de limón
Según cuenta Gaspar, Obama quedó encantado con un puré de limón que se realizó en el menú que le cocinaron en su visita a la Argentina y el propio chef de la Casa Blanca se acercó a la cocina a dialogar con el staff y pedir la receta, algo que para Gaspar significó una gran experiencia.
“A Obama le cocinamos varias cosas, entre ellas, lomo con chimichurri, langostinos con guacamole, salmón con puré de limón, y le gustó tanto el puré que pidió la receta. Un punto muy bueno”, se enorgullece Pachu.
Forjando experiencia para los sueños que vienen
Consultado sobre algún pasado familiar ligado a la gastronomía que hubiera sembrado en él esa pasión, Pachu asegura que no existe y de hecho bromea, asegurando que tal vez como su mamá no cocinaba demasiado él tuvo que hacerlo en la familia.
Sin dudas hoy ostenta un puesto más que importante que no solo le supone un desafío sino que seguramente abrirá más puertas en su carrera.
“Es el cargo más importante que tuve y así empecé a tener noción de cómo manejar cocineros, porque antes yo estaba a la par de ellos”, explica .“Tuve experiencia en Estados Unidos, en cadenas de hoteles, pero esto es diferente”.
Sobre sus proyectos y planes futuros, Pachu asegura que su cabeza hoy, está puesta en su trabajo.
“La verdad, estoy con la cabeza puesta acá, dando lo mejor en la Rosada por lo que es y lo que simboliza”.
Su gusto e interés por la cultura asiática tal vez lo lleve nuevamente a viajar, tal vez a soñar con tener su propio restaurante pero asegura que no piensa en eso ahora. Y no es para menos. Hoy es momento de seguir creciendo, aprendiendo y sobre todo de disfrutar del desafío laboral que supone ser el jefe de cocina de la Casa Rosada.