Gonzalo Trigueros tiene 24 años, nació en Junín, pero vive en Estados Unidos desde el año 2000, actualmente en Nueva York. Es actor profesional y forma parte del elenco de Blindspot, una obra en repertorio español, que acaba de ganar el premio HOLA! por ser excepcional en el país.
Gonzalo trabajó en distintos espacios de carácter internacional, incluyendo una telenovela en Filipinas, fue la voz de Stella Artois en Centro América y otras partes de Sud América. También protagonizó la película Such a funny life, que aún no ha sido estrenada.
En diálogo con Democracia, Gonzalo habló de su recuerdo de la ciudad de Junín, su vida en el exterior y de todos los proyectos que están por venir.
- ¿Cómo fueron los primeros años en Estados Unidos en cuánto a la adaptación, el idioma, la escuela, los amigos?
- Nos fuimos a Miami en abril del 2000. Yo tenía 8 años, los primeros años fueron de cambios muy grandes: nueva ciudad, colegio, idioma, cultura.
Me acuerdo que cuando entré al colegio me habían puesto en un programa que se llamaba English as a Second Language, es decir, un aula para los chicos que no hablábamos inglés. Ibas al colegio normal pero cuando llegabas te separaban del resto de la clase, lo cual en cierto modo no ayudó para adaptarse rápido porque estábamos aislados. Cuando llegué de Argentina solo sabía decir tres palabras en Inglés: Hello (hola), cat (gato), y red (rojo). Por suerte yo me puedo adaptar bastante rápido y tengo facilidad para el idioma por lo que en menos de seis meses me reintegraron con el resto del grupo. Creo que lo que ayudó mucho en esos primeros años fue que tanto con mis hermanos como con mis padres siempre estuvimos muy unidos. Obvio que fue duro porque uno extraña y toda la familia estaba en Argentina. La cultura es muy diferente.
- ¿Qué qué recuerdos conservás de la ciudad de Junín?
- Mis recuerdos se remontan a los veranos, cuando iba con mis hermanos a la casa de mis abuelos y nos repartíamos entre Arenales, Arribeños y Junín. Por supuesto que he regresado y me encanta caminar por Sáenz Peña y tomar un café allí… un clásico. A la Laguna de Gómez hace mucho que no voy.
- ¿Cuándo te diste cuenta de que te interesaba el teatro?
- A mí siempre me gustó hacer que la gente se ría. Me encantaba imaginarme que era un soldado, un valiente caballero, o una tortuga ninja, dependiendo del día. Siempre tuve una imaginación muy activa. Cuando recién llegamos a Estados Unidos, estaban ensayando para una obra del Rey León en el teatro y algo dentro de mí dijo: “tengo que hacer eso”. Fui a hablar con la maestra y de alguna manera me hice entender que yo quería ser parte de esa obra. Nunca llegué a estar en ese elenco porque… ¡creo que nunca entendí que tenía que ir a las reuniones!
- ¿Cómo comenzaste a formarte en la actuación?
- Yo me formé dentro del teatro. En la primaria me metía en cuanta obra o función podía. Me acuerdo que en la cafetería hacía que mis amigos jueguen “Whose line is it anyway?”, un programa de improvisación en Estados Unidos por el cual han pasados talentos como Robin Williams y Wayne Brady. En la secundaria también siempre fui parte del teatro y lo balanceaba con el equipo de fútbol y los estudios. Yo ya tenía muy claro lo que quería hacer. Cuando terminé la secundaria, fui a una audición para el American Musical Dramatic Academy y quedé. Ahí es donde me entrenaron y formaron con clases de vocalización, Shakespeare, actuación para teatro y cine, acentos, baile y combate con espadas, entre otras cosas. Divertido.Una vez que egresé empecé a trabajar y, por suerte, no he parado. Y bueno, el resto, como dicen, es historia…y la sigo escribiendo.
“Mis recuerdos se remontan a los veranos, cuando iba con mis hermanos a la casa de mis abuelos y nos repartíamos entre Arenales, Arribeños y Junín”.
-¿Qué te gusta hacer además de actuar? ¿Cómo es un día de tu vida?
-Como buen argentino soy amante del fútbol, los asados y la compañía de mis amigos. Esas cosas nunca pueden faltar. Las artes marciales me encantan, soy practicante de Brazilian Jiu-Jitsu y shoot-boxing. Me encanta la música y el baile, me gusta practicar yoga y un sistema de movimiento que se llama "Animal Flow". Mi día verdaderamente depende del trabajo: si estoy filmando cambia bastante. Últimamente me despierto a las 6, me gusta tomarme una media hora para mí. Medito y desayuno huevos, avena y alguna tostada o un batido de proteína. Luego, voy a audiciones o clases, hago mi entrenamiento de fútbol, artes marciales o pesas, como algo y salgo para el teatro. Cuando estoy ahí me preparo y luego función. Y, de ahí, a casa o salgo a tomar algo con el elenco.
- ¿Qué costumbres argentinas conservás y cada cuanto venís al país?
- Por suerte, cuando llegamos, mis padres decidieron mantener las costumbres argentinas. He mantenido la forma de hablar, el trato con la gente y la música.
Me gustaría volver más seguido pero a veces, por el trabajo, se hace difícil. La ú ltima vez que fui fue para las fiestas del año 2015.
-La interpretación es la base de tu trabajo. En este sentido, ¿sentís que te entorpece ser bilingüe?
-No, para nada. Es más, a mí me ayuda mucho. Primero porque puedo trabajar en los dos mercados y segundo que, al ser argentino, puedo darle colores e interpretaciones diferentes a lo que están acostumbrados. A veces no funciona pero la mayoría del tiempo es refrescante ver algo desde otra perspectiva.
- ¿Cuáles son los próximos proyectos y dónde podemos verlos?
- La película que protagonizo Such a funny life está en sus últimos pasos de post-producción y me imagino que va a verse en el circuito de los festivales pero están hablando de distribución con diferentes canales como Netflix, Amazon, Hulu, etcétera.
-¿Pensaste en volver a la Argentina? En tal caso, ¿qué te gustaría hacer?
-Si esa oportunidad se abre, me encantaría volver. Uno nunca sabe. Pero si vuelvo me gustaría trabajar con lo mejor que tiene para ofrecer nuestro país. Me encantaría colaborar con Juan José Campanella o Ricardo Darín.
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