Soledad Pastorutti es una artista que, desde hace poco más de 20 años, se introdujo de la mano de su padre en el mundo del folclore y, desde entonces, con su buena energía y el incomparable timbre de voz, ha logrado mantener un nivel de popularidad que la distingue en la Argentina y en otros países del mundo.
Con el correr del tiempo, su búsqueda en el género ha ido cambiando: la imagen y el vestuario ya no remiten a La Sole que revoleaba el poncho, pero, aunque adaptado a los tiempos que corren, siempre mantuvo el sello que define a la música que la interpela desde siempre: el folclore.
-¿Cuáles son tus expectativas con esta nueva visita a Junín en el marco del Festival de Folclore “Cultura Campo”?
-Yo casi soy como local en la zona, cada vez que voy la expectativa siempre es muy buena porque tengo seguidores allí desde hace muchos años, incluso, ellos se enteran antes que yo cuando voy para allá y me avisan a mí –cuenta Soledad a Democracia entre risas-. Me dicen “así que venís a Junín, vas a cantar con nosotros”. Soy feliz de cantarle a la gente del campo, vengo de una zona del país muy identificada con esto, con el paisaje del campo.
-¿Creés que al público del interior tu música lo interpela de manera más profunda?
-Yo creo que para el público del interior es como más natural el folclore, por una cuestión de que, en la mayoría de sus letras, intenta describir el paisaje típico del interior del país. También hay un folclore más urbano, que tal vez hoy por hoy está más identificado con otro género como el hip hop o el rap, ese tipo de música se ha adueñado un poco más lo que ocurre en la ciudad y el folclore tiene más que ver con el interior. De todos modos, en las grandes ciudades también me apoyan mucho y se identifican con mi música. Soy una artista que hace folclore desde hace muchos años pero que también ha sabido aggiornarse con los tiempos y eso, varias generaciones en distintos lugares, lo disfrutan.
-¿De qué manera ha ido variando tu búsqueda en estos 21 años de carrera?
-Estéticamente ha habido muchos cambios, hoy Soledad no es la que veíamos hace muchos años atrás, desde el vestuario y desde la pantalla. Por un lado eso, por otro lado siento que en cuanto a lo artístico traté de adquirir más experiencia vocal y más técnica. Musicalmente he ido cambiando, en el show del fin de semana pasado del Gran Rex se despidió la primera guitarra, que hace años que me acompaña. Los cambios son muchísimos, de ahora en más, para mí no se trata de olvidar el folclore o las raíces, pero tratar de adaptarlo a los tiempos que estamos viviendo y de que mucha gente se sienta identificada con mi género. El folclore representa a la gente en general, así que estoy en esa búsqueda, en ese camino. Las ideas son muchas, cuál es la que mejor me queda no lo sé, estamos trabajando en eso y probablemente para el año que viene haya disco.
-Con lo bueno y con lo malo, ¿cómo te sienta la popularidad?
-La popularidad no es algo que yo haya buscado conscientemente, lo agradezco muchísimo porque eso hace que mi profesión pueda ser muy amplia, que haga que mucha gente pueda vivir de esto, aunque suene fea la expresión, esto es como una empresa. Siento que la popularidad es el cariño de mucha gente que elige tu música y se identifica con lo que hacés. Me parece positivo. Las cosas malas tienen que ver con que uno no puede decidir ser popular un día sí y otro no, no lo podés manejar, estás arriba del escenario y sos popular, y estás comprando en el supermercado y también lo sos. Quizás uno quisiera tener una vida un poco más tranquila, pero uno tiene que acostumbrarse a que esto no es para toda la vida, es una circunstancia, lo más importante no está en el éxito o en la popularidad.
Soy feliz de cantarle a la gente del campo, vengo de una zona del país muy identificada con esto
Hacer música ya es una decisión maravillosa, hacerlo para 10 o para 200.000 personas no solo depende de lo que hagas
-¿Qué les dirías a los chicos músicos interesados en el folclore?
-A los chicos que recién se inician les diría que si lo eligen, y hacen lo que les gusta, ahí está el éxito. A veces se confunde el concepto de éxito, uno pretende ser exitoso llegando a la gran masa de gente y, primero, no solo depende de uno mismo, hay muchos factores. Y tampoco sé si es tan fácil de lograr o si es lo que les va a hacer feliz. Hacer música ya es una decisión maravillosa, hacerlo para 10 o para 200.000 personas no solo depende de lo que hagas. Uno tiene que empezar el camino pensando siempre en que lo mejor es hacer lo que uno siente y lo que le gusta. Si a eso se le suma que la gente se engancha, mejor todavía, pero puede no pasar.
-En tu caso la presencia de tu papá fue clave, ¿creés que es indispensable el apoyo de la familia?
-Yo me inicié en otra época, en su momento no era tan común dedicarse a esta profesión, por suerte mi papá siempre tuvo una visión bastante amplia y hasta clara. Él estaba más seguro que yo de que yo podía ser artista. Está bien tener el apoyo de la familia, el apoyo de alguien, pero el conocimiento propio es lo fundamental. Si uno no está convencido no va a convencer a nadie, ni siquiera a sus padres. Muchos empiezan a hacer música pensando que es como jugar a la quiniela, que algún día la podés ganar y te salvás para toda la vida, pero esto es un trabajo, una profesión como cualquier otra y se trata de sostenerla en el tiempo, con todos los resultados posibles: ganando, empatando y perdiendo.
-¿Cuáles son los proyectos para lo que resta del año y para el 2018?
-En lo que resta del año vamos a seguir con la agenda abierta, con festivales por todo el país. Ahora estamos recién llegados de una gira por Estados Unidos y Ecuador. Lo más importante, para destacar, es que el 15 de octubre hago el show final, con esta gira, en Arequito, en mi pueblo, están todos invitados. Y también estoy trabajando en lo que va a ser mi próximo disco que todavía no puedo definirlo exactamente, van a ser meses de mucho trabajo interno, de ese trabajo que no se ve, para que el año que viene podamos salir al escenario con algo nuevo y con ganas de seguir generando cosas y caminando hacia adelante.
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