El ajuste económico se refleja en diferentes situaciones sociales. Una de ellas se puede palpar en los barrios más postergados de la ciudad, en donde se advierte un incremento en la cantidad de comedores comunitarios y merenderos.
En lo que va del 2017, en Junín inauguraron al menos nueve establecimientos de este tipo, según pudo confirmar Democracia, a un promedio de más de uno por mes.
De acuerdo a un relevamiento realizado por este medio, hay no menos de 24 comedores y merenderos que, en conjunto, dan de comer a casi mil chicos.
Y esta es solo una parte de este tema si se tiene en cuenta que hay, además, muchos clubes que dan una copa de leche a los chicos que allí concurren, además de los miles que comen o meriendan en las escuelas.
Entre las zonas más desfavorecidas, la que cuenta con mayor cantidad de merenderos es el noroeste de la ciudad, en especial en los barrios La Celeste, Almirante Brown y las inmediaciones de Progreso.
Los más nuevos
Como quedó dicho, nueve merenderos y comedores abrieron este año.
Uno de ellos es “Los Totoreros”. Ubicado en la zona del Boliche Amarillo, es un comedor en el que se da almuerzo y merienda a 35, 40 chicos aproximadamente, los sábados y domingos, así como los feriados u otros días sin clases.
En el merendero “Apapachar” del barrio Capilla de Loreto (Ricardo Rojas y Juan B. Justo) 37 pibes reciben su merienda los fines de semana y los días sin clases. Además, los responsables de este emprendimiento trabajan en un proyecto para dar de cenar tres veces por semana.
En el comedor “Los Peques”, de Camino del Resero y Dr. Possio, en el barrio 8 de Agosto, se brinda la merienda a unos 30 chicos, tres veces por semana, y se da almuerzo los fines de semana. También empezaron a ofrecer cenas.
“Miles de Sonrisas” es un comedor que está en el barrio La Vaca, más específicamente en la calle Rusailh, entre Del Valle Iberlucea y Camino del Resero, donde 29 chicos meriendan los lunes, miércoles y viernes, y cenan los martes y jueves.
Otro de los nuevos merenderos es “Ternura”, que funciona en la sede de la sociedad de fomento del barrio Nuestra Señora de la Merced, en Malvinas Argentinas y Soldado Guerrieri. Ahí concurren 40 chicos todos los sábados a recibir su merienda. Además, en la entidad fomentista hay escuela de fútbol dos veces por semana y a los que asisten se les da una merienda.
Al merendero “Rayito de Sol”, ubicado en Francia al 1100 en el barrio Eusebio Marcilla, asisten unos 15 chicos a los que se les da una merienda los sábados.
En Paraguay al 1700, barrio Almirante Brown, se encuentra el comedor “Nueva Esperanza”, donde 35 pibes reciben almuerzo y merienda los fines de semana.
La Red Solidaria Milagros también abrió un merendero hace pocos meses. Se trata de “Tía Mona”, ubicado en la calle Horacio J. de la Cámara 130 del barrio Nuestra Señora de la Merced. Allí concurren los sábados entre 25 y 35 chicos de este vecindario como de otros cercanos: Los Almendros o Las Marías. Los asistentes reciben una merienda, que a veces se refuerza con arroz con leche o panqueques. La idea de Marina Montauti, promotora de esta iniciativa, es la de transformar el lugar en un comedor.
Finalmente, hay un merendero más que abrió hace dos meses, aproximadamente, ubicado en Paraguay 1240, en el barrio Almirante Brown, en el que unos 12 a 15 chicos meriendan una vez por semana y almuerzan los sábados.
Los más antiguos
Hay otros comedores que vienen funcionando desde hace más tiempo y crecieron en tamaño y asistencia.
Es probable que “Los Dragoncitos” sea uno de los merenderos más antiguos de Junín. De hecho, el mes pasado cumplió diez años desde su fundación. Ubicado en Ricardo Rojas y Etchepare, es una referencia del barrio Fortín Federación ya que no hay otras instituciones en este sector periférico de la ciudad. “Lo único que los representa es el merendero”, resume Sol Trujillo, trabajadora social que colabora con la institución. A “Los Dragoncitos” concurren un promedio de 40 chicos por día (aunque pueden ser más), de lunes a viernes, a tomar su merienda. Además, se da apoyo escolar y funciona un roperito.
Otro de los comedores “históricos” de la ciudad es “Hermana Concepción”, que funciona gracias al trabajo de la asociación A Tiempo. Ubicado en Camino del Resero y República, todos los días desayunan unos 20 chicos y meriendan otros 60. Hace algún tiempo que no se está dando el almuerzo que solía hacerse los sábados porque están construyendo un jardín maternal. Además, funciona la Casita del Saber, dan apoyo escolar, y tienen atención médica y odontológica.
Por su parte, “Nariguetas” es un comedor que fue inaugurado hace poco más de un año y atiende una extensa población. En Larrory 1220 funciona este lugar en el que se les da de comer a unos 80 chicos y 15 madres todos los sábados al mediodía y los miércoles en la cena. “Normalmente hacemos comida de más y se llevan en un tupper a sus casas”, cuenta Margarita, una de las responsables de esta iniciativa junto a Daniel. Y cuando consiguen leche u otro tipo de mercadería, preparan la merienda para los chicos. Asimismo, consiguieron un vehículo que pasa a buscar a los chicos para ir al comedor y luego los llevan de regreso a sus casas.
En el comedor “La Favela”, ubicado en Intendente de la Sota y José Hernández, frente al Cementerio del Oeste, se organizan actividades deportivas y recreativas y se da apoyo escolar los días miércoles; y, en ese marco, se les da la merienda a unos 45 chicos. En tanto, los sábados almuerzan en el lugar alrededor de 60 niños y algunas madres.
En su inmueble de Los Naranjos casi esquina Garibaldi, el “Centro Comunitario Amcipa” de Villa del Parque recibe entre 30 y 50 chicos todos los días hábiles a partir de las 17. Una vez allí, se les da apoyo escolar, tienen actividades recreativas y también toman la merienda. Los pibes van por sus medios, pero a la vuelta los responsables del centro los llevan en vehículos de regreso a sus casas. También en Villa del Parque, los sábados a la mañana dan desayuno a chicos y madres en la Capilla del Espíritu Santo
También está “Frutillitas”, un comedor ubicado en Trabajadores Argentinos 1372, barrio Ricardo Rojas. Allí hay 32 chicos anotados para almorzar de lunes a viernes. Los días que hay clases suelen ir entre 18 y 20, pero cuando no tienen, van todos. Ana Solís, la responsable del lugar, dice a Democracia que se le hace difícil recibir ayuda y donaciones porque “ahora abrieron muchos comedores y cuesta más conseguir cosas”. Uno de las dificultades más grande pasa por la calefacción del lugar, que le insume cuatro garrafas por mes.
Más lugares
“Los Bombitos” son cuatro merenderos en los que trabaja el Movimiento Evita de Junín. En uno de ellos, ubicado en Rioja 1480 del barrio Petit France, unos 50 chicos meriendan tres veces por semana. Además, hay dos en La Celeste, en Chávez y Colombia y en Comandante Seguí y las vías, que diariamente reciben 40 chicos cada uno para merendar. Otros 40 pibes van todos los días a tomar la merienda al cuarto Bombito, de Colombia 977, en San Francisco de Asís.
“Esperanza de Cambio” está instalado en Avenida República 1333, barrio Norte, y allí todos los sábados concurren entre 45 y 60 chicos a recibir su almuerzo. Además, los martes se da apoyo escolar, adonde asisten unos quince pibes que también tienen una merienda.
El merendero “El Milagro”, de la calle Comandante Seguí 530 (San Francisco de Asís) atiende a 25 o 30 chicos –dependiendo el día– que meriendan una vez por semana y almuerzan los sábados al mediodía.
La ONG “Mamá Luz de Esperanza”, que se encarga de ayudar a madres solas y sus hijos, todos los días le da desayuno, almuerzo y merienda a unos 15 o 20 chicos con sus mamás.
“Casa Calcuta” es un emprendimiento de exalumnos de la Escuela Hogar Belgrano mediante el cual, todos los sábados dan almuerzo a 20 o 30 chicos del barrio San Martín. Los jóvenes cocinan la comida en la escuela y se juntan con los niños en la plaza de San Lorenzo y Almafuerte adonde les organizan juegos y actividades recreativas, para luego comer al aire libre en unos tablones y bancos que instalan en la misma plaza. Cuando llueve se hace la comida y se reparte en las casas de los habitantes concurrentes.
Otro caso es el de María Celeste Quiroga, que todos los sábados, desde las 16 a las 18 abre las puertas de su humilde casa de Batilana 574 –en La Celeste– para preparar la merienda a más de 30 niños del barrio.
Punto de vista
Pablo Rodríguez, uno de los voluntarios de la agrupación solidaria Don Ito, afirma que en las recorridas barriales que hacen con sus compañeros advierten que “hay mucha necesidad y, ante esto, hay vecinos que se organizan, y abren merenderos para atender a los chicos”.
“Lo que vemos que se está dando con mayor frecuencia –agrega Rodríguez– es que se busca implementar el plato caliente a la noche, porque los chicos meriendan cuando salen de la escuela pero no se sabe si cenan. Esa es una buena iniciativa”.
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