DE JUNÍN A LA PLATA

Adolescente juninense ganó un concurso nacional de piano de Fundación Catedral

Se trata de una competencia en la que participan pianistas de distintos puntos del país. Él, solo con 14 años, pudo ganar el primer premio tras interpretar temas de Chopin, Schubert y Alberto Williams.

Lautaro García aprendió a tocar el piano hace solo tres años, cuando tenía 11 años. Desde entonces, no paró en esta actividad que lo apasiona y recientemente ganó un concurso nacional de piano organizado por la Fundación Catedral de La Plata.
Juzgado por pianistas reconocidos del país, resultó ser ganador, en su categoría, tras interpretar obras magistrales de Chopin, Schubert y Alberto Williams.
En esta oportunidad pudo elegir el repertorio y las obras que ejecutó son: La fantasía impromptu Op.66 N°4, de Chopin, el Impromptu Op.90 N°2, de Schubert, la Polonaise Op.40 N° 1 de Chopin y tres obras cortas de Alberto Williams. Nada más y nada menos.

Por tutorial
Su descubrimiento musical se dio un poco por azar, impulsado por Alcira, su abuela materna. “Si aprendes a tocar 'Para Elisa', te doy 500 pesos”, le dijo su abuela. Y él aprendió: lo hizo por tutorial, usando su pequeña computadora Conectar  que le habían dado en el colegio y tocando el piano de una de sus hermanas.
Desde entonces hubo un antes y después en su vida adolescente. Sus padres,  Judita Manello y Edgardo García, lo apoyaron en su nueva pasión: el piano. El maestro Armando Alvarez  y Lisandra Rodríguez, concertista cubana por entonces radicada en Junín, como así también la profesora Alicia Peña le enseñaron a abrirse camino en la música.
“Estudié con Alvarez uno o dos meses, después fue con Lisandra Rodríguez y cuando Lisandra se fue a África, continué estudiando con Alicia Peña, unos cinco o seis meses aproximadamente. Luego fui a  Buenos Aires, para aprender en forma particular con Antonio Formaro”, dijo Lautaro al ser entrevistado por Democracia.
Recién este año, a los 14 años, empezó a tomar clases regulares en el Conservatorio de Música de Junín. “Es que antes - cuenta su padre- se le complicaba por la escuela y el tema de las inasistencias”.  

Entre el piano y el secundario
No fue fácil estudiar, puesto que las actividades le insumían mucho tiempo, salía a las 8 y volvía a las 22 a su casa. Iba al Colegio San José, tomaba clases de piano,  además de viajar una vez por semana a Capital.
Era mucho sacrificio, de modo que este año decidió estudiar el secundario (3° año) on line y luego rendir las materias en junio (las cuatrimestrales), y en noviembre (los finales). Así, al no tener carga horaria, cuenta con más tiempo para dedicarse al piano.
 Su mamá dijo que todo esto significó un reacomodamiento importante en la propia familia. Lautaro tiene tres hermanas, todas mayores y más grandes que él.
“Todas las cosas se fueron dando. Cuando él empezó a tocar el piano su hermana menor tenía 17 años. Ahora los viajes se hacen más tranquilos, porque sus hermanas son mayores, cada una tiene su casa y una de ellas estudia derecho en Buenos Aires”, dijo Judita.
“Así es más cómodo, tengo más tiempo – explicó Lautaro-. Antes capaz que no estaba en mi casa en todo el día porque iba a gimnasia a la mañana, luego a la escuela y después al conservatorio. Salía a las 8 y llegaba a las 22”.
“Como iba a Buenos Aires a estudiar, tenía pocos días para faltar, podía quedar libre. Ahora con este programa on line, solo tiene que abrir la computadora y trabajar. Y si tiene que ir a Buenos Aires y quedarse dos días, nos quedamos con él y puede estudiar”, acotó Edgardo, el papá.
Los gustos musicales de Lautaro no son comunes a la mayoría de los adolescentes: Beethoven, Chopin, Liszt,  Haendel y Bach son sus preferidos, y si de música actual se trata, le gusta el tango orquestal.
En su vida adolescente, pocos de sus amigos o conocidos coinciden en sus gustos musicales, pero el hecho de ir al Conservatorio le permite compartir y hablar de música.
Es así que Lautaro García, a los 14 años, consiguió organizar su vida gracias al apoyo de su familia, y también de los profesores y compañeros que eventualmente lo acompañan en su quehacer musical.

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