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Las conexiones ilegales, un flagelo que se repite. La imagen fue capturada ayer en un barrio de Junín.
INVESTIGACIÓN DE DEMOCRACIA

Crece la preocupación en Junín por la cantidad de hogares colgados de la luz

El consumo desmedido y la falta de inversiones para ampliar la capacidad de la red eléctrica local, sumados a las conexiones ilegales componen un cuadro de situación que implica serios riesgos para la población. El robo de electricidad está penado con prisión.

En paralelo al consumo desmedido y la falta de inversión de las empresas prestatarias del servicio de energía eléctrica –en Junín hace décadas que se debería haber ampliada la capacidad instalada y el cableado-, crece otro fenómeno, aún más peligroso: cada vez más familias juninenses se “cuelgan” de la luz. 
Esta situación, que si bien no es nueva, en el último tiempo parece haberse agravado, provoca un serio riesgo no solo para estos hogares que tienen conexiones clandestinas, sino para toda la red eléctrica. 
De hecho, prácticamente a diario ocurren desperfectos en transformadores o en cables como consecuencia de la sobretensión, y en muchos casos tienen que intervenir los bomberos y personal de Defensa Civil para controlar la situación. 

Un delito penal 
Pese a que el fenómeno se viene extendiendo y hay amplias zonas de la ciudad con enlaces ilegales, lo cierto es que el hurto o el robo de electricidad, como así también la defraudación por manipulación de instrumentos de medición, son delitos que se castigan con penas de prisión de hasta seis años.
Personal de la Empresa Distribuidora de Energía Norte (EDEN) viene denunciando esta situación a las autoridades de seguridad, pues aseguran que cada vez que quieren intervenir en los barrios para regularizar la situación sufren ataques, no solo verbales, sino también con armas de fuego. Una situación que también vienen denunciando varios periodistas locales, que son atacados cuando quieren ingresar a algunos barrios de la periferia.  

Baja tensión
Por el lado de los usuarios, que abonan todos los meses la boleta correspondiente -que este año viene llegando con aumentos que castigan el bolsillo de los juninenses-, advierten que por esta situación irregular, de sobrecalentamiento del tendido eléctrico, tienen baja tensión en sus hogares. Por ejemplo, en una zona donde existe una “fase” para diez hogares, hay otros diez domicilios más conectados ilegalmente, lo que genera una caída de la tensión.
Según pudo saber Democracia, hay “especialistas” que ofrecen en algunos sectores el servicio de conectarse ilegalmente a la red eléctrica por un monto que oscila los 400 pesos. 

Máximo consumo, en invierno
Si bien el verano es una estación del año que demanda mucha electricidad, se puede decir que con la llegada del frío, el consumo es igual o mayor. Esto se debe a la falta de servicio de gas natural que, como bien se sabe, no abarca a todos los hogares, dejando a varios barrios marginados. 
Dicho de otro modo, la falta de gas hace que los hogares tengan que consumir más “luz” porque se calefaccionan con artefactos eléctricos. A esto hay que sumarle, en el caso de los que están colgados ilegalmente, el uso desmedido de electricidad ya que no pagan por el servicio.

Incendios en las instalaciones 
Como viene ocurriendo en los últimos meses, además de la baja tensión que hay en Junín, el alto consumo provoca que cables, transformadores y medidores de luz se sobrecalienten y se incendien.
Un hecho reciente ocurrió ayer, a las 19, en la intersección de las calles Libertad y Paso, donde un transformador de media a baja tensión tuvo que ser intervenido por personal de EDEN. Media hora más tarde cayó un cable de media tensión en la cinta asfáltica de calle Cichero al 300. 
Pero estos son solo dos casos de muchos otros siniestros que ocurren prácticamente a diario y ponen en riesgo a la población. El último incendio en una precaria vivienda situada en Alberdi y las vías del ferrocarril se generó a partir de que estaban colgados de la luz y esto complicó el trabajo de los bomberos, que no podían extinguir el fuego y arriesgaron sus vidas. 

Emergencia energética
Se trata, con todo, de un problema estructural. Por eso el Gobierno nacional declaró la emergencia energética hasta el 31 de diciembre de este año e inició en 2015 la implementación de actualizaciones tarifarias que permitirían normalizar la situación de la energía eléctrica y del gas natural, mejorar la calidad del servicio, incentivar las inversiones y  reducir los subsidios.
En esta línea, la nueva Tarifa Social apunta a cuidar a los sectores más vulnerables de todo el país otorgándoles el beneficio de acceder a los servicios con precios acordes a su situación de vulnerabilidad. Con respecto a este tema, expertos han indicado que “hay que darles mejores y más servicio a los barrios olvidados, marginados y abandonados por la gestión”.

Inversiones que aún no llegan
La empresa subdistribuidora de energía EDEN, en conjunto con la Municipalidad de Junín, prometió en febrero último una serie de obras para la ciudad por 150 millones de pesos. El proyecto iba abarcar remodelaciones de cables subterráneos y una nueva estación transformadora que permita dar una mejor calidad de energía. Sin embargo, según pudo averiguar este diario, de fuentes irrefutables, las inversiones anunciadas aún están lejos de materializarse.
“Está todo atado con alambre”, reveló a este diario un especialista que conoce el estado actual de la red eléctrica.

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