“Recordar que el periodismo es, ante todo, un acto de servicio. Es ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro”. Así definió el oficio de periodista Tomás Eloy Martínez.
Hoy, en un nuevo Día del Periodista y vale resaltar que ese “ser otro” requiere de tanto coraje como de libertad. El periodismo es el oficio de la libertad. Y del servicio.
Entre las numerosas vocaciones que el hombre ha desarrollado en la sociedad moderna, el oficio de periodista es uno de los que demanda una actitud de servicio permanente a la comunidad, por cuanto quienes desempeñan la tarea se convierten en intermediarios y transmisores de los diversos aspectos de la realidad que son de interés público.
Desde ya, tamaña responsabilidad necesita también de un compromiso acorde de parte de quienes se desempeñan en la actividad.
El 7 de junio
En nuestro país se eligió el 7 de junio como el Día del Periodista porque en esa fecha, pero hacia 1810, apenas días después de finalizada la Revolución de Mayo, Mariano Moreno fundó La Gazeta de Buenos Ayres.
El semanario constituyó una experiencia pionera en el periodismo de nuestra etapa independiente.
La publicación dejó de imprimirse en 1821, pero desde su primer número marcó un camino que aún hoy es un ejemplo a seguir.
Por caso, en su primera página abogaba por la libertad de prensa al afirmar: “Felices tiempos aquellos en que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”.
Formaron parte de la Gazeta notables redactores.
Entre ellos vale destacar, además del propio fundador, a Manuel Belgrano, el Deán Funes, Monteagudo, Pazos Silva, Juan José Castelli y Julián Álvarez.
Mariano Moreno
Mariano Moreno, además de periodista y escritor, fue un destacado jurisconsulto y estadista que cumplió un importante papel en el gobierno que siguió a la Revolución de Mayo, lo cual le valió títulos tales como “el alma de la revolución”.
No se sabe con exactitud cuándo, pero sí dónde nació Moreno. Fue en Buenos Aires, donde vivía su padre Manuel, funcionario español del gobierno del virreinato, y su joven madre Ana María Valle.
De niño, en la escuela ya se destacaba por su inteligencia poco común.
Luego estudió en la Universidad de Chuquisaca (hoy Sucre, Bolivia), donde tomó para sí las ideas de la Ilustración y acunó el deseo de ver a la Argentina progresar a tono con los lineamientos indicados por Adam Smith y Rousseau.
Regresó a Buenos Aires en 1805 y pronto se comprometió con escritos y asuntos de interés público, alineándose con el grupo conducido por Martín de Alzaga.
Años después jugó un papel fundamental en el movimiento que exigió al virrey que llamase a un Cabildo Abierto y que luego peleó por el establecimiento de una junta elegida por el propio Cabildo en representación del pueblo.
En el gobierno de la Primera Junta, Mariano Moreno fue nombrado secretario, con responsabilidad en asuntos políticos y militares.
Mantuvo ese cargo durante siete meses, en los que llevó a cabo sus objetivos: mantener todo el virreinato leal al gobierno patrio en Buenos Aires; establecer una economía sana y libre; elaborar una constitución que pudiera establecer legalmente instituciones para preservar las libertades personales, políticas y económicas de una nueva sociedad.
Entre sus múltiples logros, además de fundar La Gazeta de Buenos Ayres, estableció una oficina de censos y una escuela militar; planificó la formación de una biblioteca pública nacional; reabrió Maldonado, Ensenada y Patagones (Río Negro) como puertos, liberando el comercio y las explotaciones mineras de las antiguas restricciones.
Camino a la libertad
Pero aquel logro que se conmemora hoy es sin duda trascendente por lo que todavía significa, al haber abierto el camino a la libertad de pensamiento y de expresión.
Es de desear que aquel valor al que llamaba Moreno desde el primer número de su periódico sea siempre defendido y comprendido.
En el Día del Periodista, puede expresarse que “la sociedad mantiene a la libertad de prensa entre sus más inclaudicables valores”.
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