-Este año la cifra de ingresantes a la Universidad experimentó un fuerte incremento, ¿a qué lo atribuye?
-Este año se profundizó una tendencia de los últimos tres ingresos, con un crecimiento de 400 alumnos, que es una cifra muy importante y también valoramos en qué carreras se han producido los principales incrementos, que van confirmando una estrategia que todavía tendrá mucho por recorrer.
Particularmente en las carreras prioritarias (Genética, Diseño, Informática, Ingeniería) empezamos a tener números más razonables de acuerdo a la expectativa institucional -no necesariamente a la de los estudiantes- pero con acciones que hay que ir profundizando porque va a tener mucho que ver con toda la región, que tiene que encontrarse con sus profesionales de acá a 10 o 20 años.
-¿La Unnoba empieza a ser una primera opción en la Región al momento de elegir cursar estudios superiores?
-En Genética, por ejemplo, hay dos en el país, y la otra está en Misiones, por lo que naturalmente tenemos una convocatoria particular en la medida que es conocida nuestra oferta y toda la región va encontrando en la Unnoba la primera opción porque, salvo que haya una vocación muy fuerte de los chicos en carreras que nosotros no ofrecemos, estamos con un alto porcentaje de alumnos, no solo de Junín y Pergamino, sino de toda la región. No es nada sorprendente pero es una buena noticia que pase lo que tiene que pasar.
-Si la proyección se mantiene, esta mayor afluencia de alumnos ¿puede generar un crecimiento importante y la apertura de nuevas carreras?
-Hay un menú de cuestiones que atender y además hay un momento también de la educación superior en la Argentina que hay que atender. Nosotros estamos trabajando a partir de políticas que establece la Secretaría de Políticas Universitarias en reconocimientos de tramos de carreras de otras universidades, entonces lo que nosotros vamos a poder hacer es incorporarnos e incorporar a nuestros alumnos a una dinámica distinta, donde no habrá que hacer necesariamente toda la carrera en la misma universidad. Hay que cambiar un poco el formato que tenemos y ver qué es lo que viene para los universitarios; las alternativas para terminar una carrera se van a ampliar y no necesariamente en la misma universidad.
-¿Con títulos intermedios?
-Con títulos intermedios o, por ejemplo, nosotros tenemos una base muy importante en biología, matemáticas, ingenierías e informática, pero no tenemos todas las terminalidades de esas áreas. Entonces si alguien quisiera empezar en la Unnoba y continuar en Córdoba, en unos años esto va a ser posible. La idea es que los alumnos no tengan que migrar, que aquí se pueda hacer una base. Y lo mismo digo de otras universidades, de hecho el convenio que estamos discutiendo con el rector de Córdoba tiene que ver, por ejemplo, con el reconocimiento de genética y que alumnos cordobeses puedan terminar en la Unnoba una carrera que no está ofreciendo como la ofrecemos nosotros.
Hay que pensar en otra dinámica y siempre nosotros llamamos la atención sobre la cuestión de que el aumento de la matrícula no sea en detrimento de la oferta laboral, ya que muchas veces pasa que cuando no hay trabajo los chicos se vuelcan a estudiar; no parece ser el caso. En la región no hay en estos momentos problemas laborales que expliquen este movimiento. La movilidad y la dinámica de la formación va a ser uno de los temas y ampliar la oferta va a ser otra de las grandes líneas para trabajar.
-Cuando uno analiza lo que ocurre en países desarrollados con la educación, encuentra que tienen un elevado porcentaje de universitarios, superior en muchos casos del 60 por ciento. ¿Cree que, en efecto, tener más universitarios mejora las condiciones de vida de un país?
-Yo creo que en la región lo estamos viendo, pero en una sociedad desarrollada uno de los parámetros es que más del 60 por ciento de la mano de obra sean técnicos o universitarios y nosotros vemos cómo Junín, para tener una medida, toma rápidamente a todos los graduados de la Unnoba porque dan con un perfil de calidad, de lo que es su respuesta laboral. Esto naturalmente mejora las posibilidades del desarrollo, entonces por un lado tenés que mejorar los recursos humanos, y se sabe que los universitarios son los consumidores más sofisticados del mercado, o sea que demandan cultura, buenos bienes y servicios, vuelven a invertir sus ganancias en sus ciudades, entonces comienza a desarrollarse un ciclo virtuoso que la educación universitaria promueve en algún sentido y es una estrategia que colabora. Podemos ir viéndolo en Junín y en la región porque alrededor de la universidad se generan estas ofertas.
-¿Qué análisis hace del conflicto docente?
-Yo no estoy en condiciones de evaluar la demanda de un sindicato. Además todos asumimos que los sueldos de los docentes son bajos. No hay una discusión en torno a la justicia o no del reclamo, en todo caso hay una discusión sobre la metodología del reclamo y como observador de la cuestión no puedo negar que el contenido principal, sin dudas, es el tema salarial. También me parece que hay una toma de posición política con respecto a muchos de los sindicalistas y que lo que no debiera es desnaturalizarse la cuestión. Mantenernos en el cauce de la discusión del tema docente, de la educación, porque lamentablemente lo que nosotros vamos viendo es que más allá de los niveles de inversión, que durante el kirchnerismo aumentaron particularmente, no hemos resuelto ni los paros ni la calidad educativa. Me parece que hay que encontrar un espacio donde podamos discutir esto, porque si no cada marzo entramos en un conflicto que inhibe el resto de las discusiones. Creo que tenemos problemas salariales, de calidad, de aprendizaje y un rol docente que no está jerarquizado en la sociedad y lamentablemente esto adquiere una luminosidad con el conflicto por el dinero, pero es algo que tenemos que discutir profundamente y durante todo el año.
-¿No perdió una oportunidad el Gobierno al no haber dado la discusión por la calidad educativa en el inicio de la gestión?
-Yo siempre recuerdo que el presidente Néstor Kirchner, no bien asumió, su primera acción fue levantar un paro docente en el año 2003 y todos los gobiernos tratan de inaugurar su gestión poniendo un acento en la educación. En el gobierno de Macri, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, habla de poner el primer paso o el primer grano de arena de una revolución educativa y por eso yo insisto en que todo eso va a ser una tarea constante y de una enorme paciencia, porque lo que yo creo que está en discusión es si la educación sigue siendo un proyecto colectivo para los argentinos o si cada uno de nosotros va resolver el problema con respecto a sus hijos de manera individual. Todos los chicos de la educación privada tuvieron clases y los chicos de la educación pública y las villas, no.
Esto nos está pasando a todos, más allá de dónde nos toque estar, por eso no discuto la justicia del reclamo, pero no para sacarlo de la escena, sino para ponerlo en escena. Por supuesto que hay distintos niveles de responsabilidad y la primera es del Gobierno. Están fuera de discusión los roles que cada uno tenemos y que debemos asumir.
-¿El salario está vinculado al problema de la calidad educativa?
-La experiencia es que hemos tenido salarios de hambre literalmente en 2000-2001 y hubo prestación docente. De ninguna manera uno puede negar la relación entre el salario y el resto de las funciones, pero también hay un testimonio de docentes que han dado clases en situaciones extremas. Muchos de ellos hoy lo hacen en condiciones que son increíbles para los universitarios. Lo que digo es que no debemos abandonar los roles que tenemos cada uno. Muy concretamente la Gobernadora plantea que esto es una cuestión electoral, muy bien, y si así fuera, ¿no tenemos que discutir el salario docente y la calidad educativa?
-¿Ve una salida rápida al conflicto docente?
-Al margen del conflicto, después ponen en tensión a los padres con los docentes, esta dinámica la conocemos: la primera semana el Gobierno tiene culpa de todo y la segunda vamos a ver el nombre de la maestra que tiene que tener nuestro hijo. Hoy lamentablemente no hay una dinámica que permita resolver el conflicto, entonces insisto en que tendríamos que pensar más allá del conflicto salarial si la educación sigue siendo un proyecto colectivo o si esto ya lo hemos privatizado inconscientemente y entonces cada uno desarrolla su propia estrategia. El drama de esa situación es que los que menos recursos tienen no tienen ninguna otra estrategia que la educación pública y por ellos tenemos que sentarnos a discutir y resolver este problema.
-¿Coincide en que el ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich, armó el mejor presupuesto para las universidades de las últimas décadas?
-Yo creo que es muy buen presupuesto y nunca alcanza. Los universitarios somos como la gente del campo, pero sin dudas más allá de la broma es muy buen presupuesto y nos permite trazar un horizonte para todo el año, sin problemas, más allá de la discusión paritaria.
-¿Cuál es el objetivo de la Unnoba para este año?
-La Unnoba tiene planteado muy fuertemente el tema de la calidad, por esto que charlábamos de la cantidad de alumnos, de la infraestructura, la docencia que tenemos y los niveles de investigación que ya tenemos en marcha. Lo que viene ahora es consolidar este paso de esta primera universidad ya asentada y dotarla de mucha calidad y que en todos los niveles tanto la gestión administrativa como la docencia, la investigación y el propio rendimiento de los alumnos encuentre mejores herramientas para sumar calidad a la actividad universitaria que desarrollamos, porque creo que es lo que va a distinguir a las universitarios en el futuro, entonces nosotros tenemos un proyecto que es muy adecuado para plantearse estos desafíos, estamos en una región excepcional de la Argentina, por sus ingresos, su dinámica y su nivel cultural, así que podemos plantearnos objetivos de estas características.
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