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EL CAOS EN EL TRÁNSITO TAMBIÉN TIENE CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

La atención de accidentados le cuesta al hospital al menos $ 10 millones anuales

En 2016 el HIGA intervino en 958 siniestros viales. En el 70% hubo motos involucradas. Un herido leve implica $ 2.000 para la institución. Si permanece en observación 48 horas, con estudios de rutina, se incrementa a $ 7.000. Una persona en Terapia Intensiva insume unos $ 10.000 por día.

De todos los accidentes de tránsito ocurridos el año pasado, 958 terminaron con al menos una persona atendida en el Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Abraham Piñeyro”, lo que demuestra la incidencia que tiene el caos vehicular de la ciudad en el sistema de salud y el funcionamiento del centro sanitario más importante de la ciudad.
Más allá de las consecuencias sanitarias y sociales de esta situación, el tema incluye una arista económica cuyos indicadores señalan que el HIGA debe erogar cifras millonarias para la atención de víctimas de accidentes.
En ese marco, la doctora Alicia Ramallo, directora ejecutiva del hospital, señala a Democracia que “es costosísimo” el gasto que hace la institución en este tema. “La gente no dimensiona lo que implica esto, si un paciente que se traumatizó tuviera que pagarle al hospital por la atención recibida le resultaría muy difícil, si no imposible”, agrega.

Cuánto se gasta
Las autoridades hospitalarias remarcan que calcular los gastos exactos por los siniestros viales “es relativo”, ya que “depende del tipo de accidente”.
No obstante, dan algunas pautas como para tomar dimensión de lo que esto significa dentro del presupuesto hospitalario, que solamente el año pasado superó los 60 millones de pesos en todo concepto, sin tener en cuenta los salarios.
Cualquier herido leve por un accidente que ingrese por la Emergencia ya le cuesta al HIGA 2.000 pesos, “con alguna placa que se le haga más algún otro estudio básico, si no tiene nada grave”, comenta Ramallo.
Si las consecuencias para el accidentado son algo mayores, por ejemplo, con un traumatismo de cráneo o pérdida de conocimiento, ya hay que hacerle al paciente una tomografía, una evaluación de un neurólogo, tenerlo en observación 48 horas, y eso es, por lo menos, $ 7.000.
No obstante, hay que tener en cuenta que no menos del diez por ciento de los que ingresan luego de un choque –en un cálculo muy conservador– deben ser derivados al área de Terapia Intensiva, donde suelen estar alrededor de una semana, lo que insume un costo de entre $ 10.000 y $ 12.000 por día. La doctora Ramallo explica que “si es un paciente que tiene un traumatismo grave se deben hacer tomografías seriadas, con los insumos que eso implica (antibióticos, líquidos para estabilizar, respirador, medicamentos), más el personal que lo atiende y demás, entonces, una persona que debe permanecer diez días de terapia, implica un gasto de más de cien mil pesos”.
Esto se incrementa aún más si hay que hacer una intervención quirúrgica, donde los valores pueden ser muy elevados. La operación más simple –como una exploración abdominal– tiene un costo de $ 3.500, pero también hay intervenciones por quebraduras, colocación de clavos y placas, y hasta neurocirugías de alta complejidad, cuyo valor se expresa en cifras de cinco ceros.
En base a estos números, el hospital atendió el año pasado, como mínimo, mil personas producto de los accidentes de tránsito en Junín.
Haciendo un cálculo muy prudente, se puede establecer que el 10 por ciento de ellos pasó por la Terapia Intensiva. Con un promedio de cinco días de permanencia en el área, a $ 10.000 de gasto por día, sólo en ese rubro se erogaron cinco millones de pesos.
Siempre con números moderados, se puede estimar que a otro 10% se le debió realizar estudios importantes y mantenerlos en observación, aunque sin llegar a la Terapia Intensiva, lo que implican otros $ 600.000.
Y por el 80% restante, que pasó solamente por la Emergencia, se debieron desembolsar $ 1.600.000. Lo que da un total de $ 7.300.000 en un año.
Si a eso se le suman las operaciones, la rehabilitación posterior y los derivados de otras localidades, se puede afirmar que el gasto anual en la atención de accidentados en el HIGA es de, al menos, diez millones de pesos.
“Y esto –agrega Ramallo– es una cuenta que no incluye honorarios médicos, porque los profesionales del hospital cobran un sueldo independientemente del trabajo que hagan y la cantidad de pacientes que atiendan”.
Además, están los gastos de hotelería, lavandería, mantenimiento, comida. “Si se tuviera que cobrar a un paciente después de un accidente por todo lo que se le brindó, tal vez éste debería abonar 150.000 pesos”, puntualiza la directora del centro de salud.
Hay que tener en cuenta que todos los accidentados en la vía pública son llevados al hospital. Si el paciente pide ser trasladado a una institución privada, se hace, pero siempre es el HIGA el que lo atiende en las primeras horas, que son las más críticas y también las que insumen mayores gastos, porque hay que hacerse los estudios, laboratorios, además de las primeras curaciones.
Ramallo señala que “también suelen venir derivados de otras localidades correspondientes a la Región III, y hasta del sur de Santa Fe, sur de Córdoba y La Pampa”.

Cantidad de accidentes
De acuerdo a las estadísticas de la Dirección del hospital, en 2016 intervinieron en 958 accidentes, lo que da un promedio de 80 por mes.
Lo llamativo es que solamente en el mes de enero de este año se atendieron 129 siniestros, lo que muestra un incremento considerable. Esto termina siendo más alarmante aun porque ya 2016 había sufrido una suba respecto de 2015, por lo que la situación tiende a ser cada vez más grave.
Algunas semanas atrás, el titular de Intermed, Hugo Greco, señaló a este medio que la cantidad de accidentes se mantenía estable, pero lo que se advertía es una mayor gravedad en las consecuencias de los mismos. Esto podría explicar por qué crece la atención de accidentados en el hospital.
Otra singularidad de las estadísticas hospitalarias es la fuerte incidencia de las motos en los choques. Según los registros, en el 70% de ellos interviene un ciclomotor.

Consecuencias
Por su parte, la licenciada Cecilia Benedetti, directora asociada del hospital, remarca otro aspecto a tener en cuenta sobre las derivaciones de los accidentes de tránsito: “A veces están acá un largo tiempo en recuperación, y varios quedan con invalidez. Muchos tienen oficios o trabajos independientes, y al quedarse sin trabajar, no entra dinero a la casa, entonces, mientras se recuperan, la familia se encuentra con el doble problema de tener que cuidar y acompañar a un accidentado, y de no tener ingresos, porque el herido es el que lleva la plata todos los días. Y a veces no termina ahí, porque están los que quedan con discapacidades, y en muchos casos la pareja los termina dejando por la falta de dinero. Entonces esas también son consecuencias de los accidentes”.
A partir de estas circunstancias, cuando es necesario desde el área de Salud Mental se contiene psicológicamente al accidentado y a su familia, y el municipio los ayuda con la provisión de alimentos o algunos artículos de primera necesidad. Y si la consecuencia es severa, se tramita una pensión no contributiva. “Esto genera un deterioro familiar impresionante”, agrega Benedetti, que es licenciada en Trabajo Social.
En esos casos más graves la rehabilitación es otro punto a considerar. Ramallo cuenta que “hay gente que ha estado más de un año” antes de que se le diera el alta.
Y ese proceso se realiza en el hospital, en donde intervienen numerosas áreas, como Traumatología, Clínica, Cirugía, Kinesiología, Salud Mental y Servicio Social, entre otras.<

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