HACE AÑOS QUE PIDEN UN ORDENAMIENTO DE LOS CAMIONES

El Molino: “El barrio tiene el flagelo del tránsito”

Los vehículos de gran porte pasan por arterias que no deberían, dificultan la circulación y rompen el asfalto. También hace falta señalización que indique la prohibición. Además, solicitan un semáforo en Ameghino y Javier Muñiz, más presencia policial los fines de semana y una reconversión parcial del alumbrado público.

Hace muchos años que los vecinos del barrio El Molino reclaman por los inconvenientes que les genera el paso constante de camiones por calles que no están habilitadas para el tránsito pesado.
“Cuando hay época de cosecha, hay camiones que, en lugar de entrar por Alberdi, lo hacen por Uruguay”, explica el presidente de la sociedad de fomento, José Correa.
Estos problemas se vieron incrementados luego de que se reasfaltara un importante sector de este barrio, puesto que los vehículos de gran porte están rompiendo el pavimento que fue pagado por los vecinos.
“Los vecinos se quejan con justa razón”, agrega Correa.
Lo cierto es que los fomentistas solicitan que, al menos, se instale cartelería que indique la prohibición del tránsito pesado por Ramón Hernández y por Uruguay. Este pedido –entre otros– fue presentado al propio intendente, Pablo Petrecca, en una reunión que mantuvieron la semana pasada.
“Todavía no hemos visto nada –señala Correa– pero nos dijeron que van a trabajar con el Automóvil Club Argentino sobre el tema vial. Ojalá que este año podamos ver alguna solución”.
 

Semáforo
Así como el presidente de la sociedad de fomento destaca que este sector delimitado por las vías del Ferrocarril, Rivadavia, Lilliedal, Ameghino, Bolívar y Chile cuenta con todos los servicios básicos, también insiste en que “el barrio tiene el flagelo del tránsito”.
Uno de los puntos críticos en este sentido es la intersección de Javier Muñiz y Ameghino, donde los lugareños solicitan la instalación de un semáforo.
“Eso el intendente lo sabía porque lo habíamos tratado en una oportunidad que él nos visitó como concejal, en 2014, y lo volvimos a plantear”, explica Correa, para luego ahondar: “Ojalá tengamos una respuesta sobre eso. En esa zona hay un supermercado, están las escuelas así que en algunas horas clave es una locura cruzar Javier Muñiz. Y cuando comiencen las clases eso se va a potenciar más aún”.

Seguridad
El alumbrado público se extiende a lo largo de todo el barrio El Molino. Sin embargo, los fomentistas consideran necesario hacer un recambio de luminarias.
“Hay algunos sectores –comenta Correa– en los que tenemos farolas colgantes, en las calles Paraguay y Chile, entre Edison y las vías del Ferrocarril. Por eso planteamos la posibilidad de realizar una reconversión lumínica en esa zona. Nos escucharon y esperamos que se pueda lograr. Hay vecinos que reclaman porque la luz del colgante no es tan potente y eso resulta un problema por si hay alguien que quera andar robando por esa zona”.
En referencia, precisamente, a la inseguridad, el dirigente barrial asevera que la realidad de este sector no escapa a lo que ocurre en toda la ciudad y, por consiguiente, algunos hechos suceden en esta zona.
Asimismo, destaca que “la Policía Local camina las calles, los patrullajes de la Comisaría Primera se ven, y eso es importante” para los residentes.
No obstante, consideran necesario que los rondines de la Policía Local también circulen los fines de semana –algo que hoy no sucede nosotros– porque es cuando más se necesita porque “hay más movimiento”.

Escuela
Otro de los temas de preocupación para los residentes de El Molino es lo que sucede con la Escuela N° 19, un emblema de este barrio.
Es que en el edificio de la centenaria institución hay techos que se llueven, problemas de humedad, pizarrones que habría que arreglar y otras cuestiones de mantenimiento.
Por tal motivo, desde la sociedad de fomento se hizo un pedido formal en la reunión con el jefe comunal desarrollada días pasados.
“El intendente nos dijo que hay dinero disponible del Fondo Educativo, así que no queremos que la Escuela 19 quede excluida”, enfatiza Correa.
Ahora los directivos del colegio deben ponerse en contacto con los consejeros escolares para gestionar las obras.

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