CONFITERÍA Y CAFETERÍA

Nueva propuesta de El Mortero, en la tradicional esquina de Rivadavia y Alem

“Arrancamos desde cero y fuimos creciendo, con sacrificio y dedicación, haciendo las cosas bien, ofreciendo productos de calidad. La clientela nos fue conociendo y hoy trabajamos muy bien”, afirmó -en diálogo con Democracia- Juan Carlos Aliano, propietario de la cadena de panaderías.

La panadería El Mortero abrió una nueva sucursal, en este caso de confitería y cafetería, el jueves último, en la tradicional esquina de Rivadavia y Alem (donde antes funcionaba La Genovesa), sumando así su tercer local en la ciudad y ofreciendo variedades de pan, facturas, alfajores, tortas y masas para poder sentarse a disfrutar de un desayuno o merienda muy especial.
En una entrevista con Democracia, Juan Carlos Aliano, dueño de El Mortero, en relación a los comienzos de la panadería explicó: “Arrancamos hace ocho años en Almafuerte y Francia, con facturas, y ahora tenemos de todo. Hace unos siete meses se compró La Esperanza, donde está mi hijo, y ahora compramos la de Alem y Rivadavia. También tenemos la sucursal de Rivadavia 783, que ya la abrimos hace una semana”.
“Arrancamos desde cero y fuimos creciendo, con sacrificio y dedicación, haciendo las cosas bien, ofreciendo productos de calidad. La clientela nos fue conociendo y hoy trabajamos muy bien”, expresó.

La nueva sucursal
En relación a la apertura del último local, contó: “Nosotros andábamos buscando un lugar ya hace un tiempo, porque queríamos una esquina tradicional y con esta nueva sucursal estamos poniendo todas las fichas acá. Tenemos muchas expectativas y creo que lo vamos a hacer funcionar bien. Nos va a llevar un año y medio para que funcione como uno quiere”.

Bombonería
“Tenemos los planes de abrir una bombonería, y compramos máquinas de todo lo que es alfajorería, alfajores de regalo de 6 y 12. Pensamos que para Pascuas abrimos, ya que tenemos que esperar que el tiempo afloje un poco, que ceda el calor”, comentó.
En referencia a tener que manejar tres locales, explicó: “No es fácil manejar muchos locales, lo que pasa que nosotros somos una familia. Tengo a mi señora, Pablo, que es mi hijo, Juan José y Carla. Pablo está en La Esperanza, Juan José está en El Mortero, en frente del Sanatorio Junín y Carla está en este último local que abrimos y yo ando en la fabricación”.
“Tenemos muy buena gente trabajando con nosotros, que tiran todos para un solo lado y somos prácticamente una familia, lo que es algo muy positivo y te da mucha tranquilidad que las cosas se están haciendo bien. Todos se preocupan para que salga todo bien y esto funcione, lo que te da una tranquilidad para seguir creciendo”, afirmó.
“Proyectos y trabajo tenemos un montón y no nos podemos quejar en ese sentido, siempre estamos innovando para tener más cosas, así que en ese sentido no tenemos problema”, celebró.

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