Acierta el ministro Aguad cuando afirma que la UCR tiene una oportunidad única de reconciliarse con la sociedad. Como lo destaca una nota periodística de reciente data, el responsable y titular del Ministerio de Comunicaciones de la Nación fue uno de los principales impulsores de la coalición que llevó a Mauricio Macri a la Presidencia.
Más adelante Aguad augura –optimista- un largo período de convergencia en el espacio (Cambiemos) y de consolidación en el tiempo.
También es cierto el importante aporte radical de legisladores, ministros, gobiernos municipales y provinciales, equipos, etc.
Todo ello será posible si desde PRO existe una auténtica y honesta convicción de consolidar el espacio.
Sin embargo, no se visualiza con la deseada nitidez, desde los círculos más encumbrados y sensibles del poder, una adecuada y proporcionada devolución hacia el centenario partido y la Coalición Cívica (excepto respecto de Lilita Carrió).
No está mal que el Presidente se apoye en aquellos hombres de su máxima confianza pero ello no debe constituirse en una secta o elite, o al menos preocuparse para que no se consolide esa imagen que hoy se está trasmitiendo. Sería una buena forma de diferenciarse de sus predecesores camporistas.
Tampoco deberían olvidar, cual hubiera sido -o sería- el resultado sin la UCR y la Coalición Cívica.
Con la presencia de Sanz, Rodríguez y Nosiglia en la jura del ministro Dujovne no alcanza.
Un reconocido columnista y observador político refiere que desde el radicalismo se sostiene que Cambiemos se probó con suerte como frente electoral y parlamentario pero resta consolidarse como frente político con una conducción orgánica.
Esto deberá merecer el máximo de atención en todos los niveles, Nación, provincias y municipios si se aspira a obtener buenos resultados en este año electoral.
Oscar Rodolfo Peretti DNI 4.973.732
TRIBUNA DEL LECTOR
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