COMISERÍA DE LA MUJER Y LA FAMILIA LOCAL
En los últimos dos años se triplicaron las denuncias por violencia de género
La titular de la dependencia especializada en esta temática confirmó, además, que en el 90% de los casos es la víctima la que concurre a pedir ayuda, y en el 10% restante suele ir un allegado. Afirman que hay “mucha violencia en el noviazgo, en chicos de 15, 16 o 17 años”. Se trabaja en la prevención desde la secundaria. Remarcan la importancia de la concientización y la visualización.
Son las 10 de la mañana de un día hábil. Marcela está sentada en el hall de entrada de la Comisaría de la Mujer y la Familia de Junín, en una silla que está apoyada en una pared en la que hay pintada una leyenda que dice “ámate tanto que cuando alguien te trate mal te des cuenta enseguida”. Allí, la joven relee la denuncia que acaba de hacer contra su pareja.
“Es la tercera vez que lo denuncio, ya sabe que la próxima va preso” dice casi sin levantar los ojos del papel esta muchacha de 21 años que enseguida se pasa la mano por la cintura y se queja por “los dolores de espalda” que le quedaron de los golpes recibidos.
Después de firmar el acta, el gabinete multidisciplinario hará su intervención sobre la víctima que ya concurrió otras veces a esta dependencia.
El caso de Marcela (no es este su verdadero nombre) es uno de los tantos que se acumulan cada vez más y más en los archivos de la comisaría.
Es que en los últimos dos años se triplicaron las denuncias en la Comisaría de la Mujer y la Familia local. Así lo señala su titular, Daniela Felker, quien sostiene que “esto no significa que haya más hechos, sino que hay más gente que reconoce que está envuelta en una situación de violencia, porque esta es una problemática ancestral, siempre pasó, pero no se identificaba”.
La máxima autoridad de la Comisaría de la Mujer alerta por el hecho de que en la actualidad hay “mucha violencia en el noviazgo, en chicos de 15, 16 o 17 años, que incluso son padres y tienen que ver quién cuida al hijo al tiempo que también quieren salir porque son jóvenes, es decir, diferentes circunstancias que generan conflictos que a veces llegan a situaciones extremas”.
Asimismo, Felker remarca que este tipo de hechos de agresiones se dan “en todos los contextos sociales”, dado que “es un tema que atraviesa de manera transversal a toda la comunidad”. Sí sucede que, en los sectores de menos recursos, la Comisaría de la Mujer y la Familia es el primer espacio al que suelen acudir porque es el que sienten como propio. “En otras situaciones, tal vez van a un juzgado o directamente solicitan el divorcio mediante su abogado y así se disuelve el vínculo”, agrega la comisario.
Además, de acuerdo a los datos de la dependencia especializada en esta temática, en el 90% de los casos es la víctima la que concurre a pedir ayuda, mientras que en el 10% restante suele ir un familiar, amigo o vecino. Cuando sucede que el denunciante es un allegado a la damnificada, se interviene inmediatamente de oficio y luego se evalúa si debe accionar el Juzgado de Familia, el Servicio Local o la fiscalía.
Salida al territorio
Al hacer un balance de este 2016 que está terminando, Felker comenta que fue un año “de mucho trabajo, de mucha salida a la comunidad, de presencia en el territorio para hacer prevención, para que las personas que están viviendo vínculos violentos puedan darse cuenta en un estadío temprano y no llegar al delito o al riesgo”.
Esto se organizó a través de visitas a las escuelas, principalmente en secundarias, aunque a partir de noviembre comenzaron a incursionar en edades más bajas, ya en sexto grado, en donde se dan charlas en el marco de la materia Educación Sexual Integral, ya que una de las unidades de esa asignatura es violencia de género.
“Nosotros vamos preparando las charlas por edades –continúa Felker– estamos más acostumbradas a hablarles a los chicos de secundario, sobre todo en los últimos años, pero ahora ha bajado la edad en la que empiezan a tener relaciones de pareja. E inclusive, lo que se busca es la prevención desde una perspectiva que alerte cuando no se está viviendo bien el amor, cuando hay control, dominio y violencia”.
De acuerdo a su experiencia, afirma que los chicos “son más permeables para entender esas cosas”, porque a esa edad viven como iguales sin importar diferencias a la hora de jugar o relacionarse, pero después empieza a abrirse una brecha “en la que el varón es el fuerte y la mujer más sumisa”.
Trabajo diario
Aun cuando en la Comisaría de la Mujer aumentaron las denuncias en los últimos dos años, en el mismo tiempo el personal que allí se desempeña decreció. Actualmente trabajan 19 efectivos policiales de diferente rango y un gabinete interdisciplinario formado por una abogada, una psicóloga y una asistente social.
Una vez que se toma la denuncia y se asiste a la víctima, hay algunos casos en donde se hace un seguimiento específico, ya que no cuentan con los recursos suficientes como para hacerlo en todos. Para ello se eligen los que consideran de mucho riesgo, que una medida es quebrantada permanentemente, o que hay desobediencia por parte del agresor.
Felker asevera que los casos en los que el violento transgrede reiteradamente las restricciones “son los menos”. Y agrega: “En general se llaman al orden porque transgredir esta demanda judicial significa entrar en una desobediencia y por eso puede ir aprehendido. Por eso nos hace más ruido en los casos donde hay transgresiones continuas y son los que les hacemos un seguimiento especial”.
En tanto, también se trabaja en red con otras instituciones, como el Servicio Local, el Juzgado de Familia, las fiscalías, el Centro de Asistencia a la Víctima del Ministerio Público Fiscal, y la UFIJ N° 6, una fiscalía que desde el 5 de septiembre comenzó a trabajar específicamente sobre casos de violencia de género, violencia sexual y conflictiva social reiterada.
La importancia de la concientización
Desde la Comisaría de la Mujer sostienen que ahora hay más concientización sobre esta problemática y que para que esto haya sucedido tuvieron y tienen una gran influencia los medios de comunicación “porque cuando se visibiliza un hecho de estos la mujer puede ver que a ella también le puede pasar”.
También destacan las charlas que se hacen en las escuelas “porque se captan muchas consultas y denuncias desde allí”, ya que, a partir de lo que escuchan, hay quienes se dan cuenta de que “lo que están viviendo no es normal, no es sano”.
Del mismo modo, las marchas #NiUnaMenos también resultaron un factor importante para visibilizar estas situaciones. Así como la condena a Esteban Serenelli (ver recuadro), que hace diez días recibió 12 años y 6 meses de prisión por haber sido encontrado culpable del delito calificado “Tentativa de Homicidio doblemente calificado”, por haber mantenido el autor con la víctima una relación de pareja y por ser el autor hombre y la damnificada una mujer.
“En el caso de la víctima –explica Felker–, estos hechos funcionan como espejo, es decir, que se ve como que puede llegar a estar ahí. Cuando hay una situación de agresividad de este tipo, la violencia siempre va escalando en un espiral que nunca baja, es continuamente más y más”.
Para la comisaria, "el violento ve a la mujer como un objeto, como algo de su propiedad, entonces el pensamiento es que si no es una persona, si es una cosa, puede hacer uso y abuso. Por eso en la Comisaría de la Mujer trabajamos en la concientización, para que las mujeres puedan ver esto".
Y el objetivo es, entonces, que se siga visualizando esta problemática: “Que las mujeres sigan tomando conciencia de que están en franco riesgo todos los días, todas las horas de sus días cuando viven un vínculo violento, nunca se sabe cómo va a terminar una situación violenta, un zamarreo puede derivar en la fractura de una vértebra, un golpe en la cabeza puede terminar con la vida o la capacidad de una persona. Y siempre les pedimos que piensen en sus hijos, en general son mujeres que están como adormecidas y envueltas en esa situación, pero si no ‘despiertan’ es muy probable que sus hijos vayan a repetir esta historia y no va a haber felicidad en esos vínculos”.
Felker es consciente de lo difícil de la situación porque “estamos formados como sociedad en esto de que el varón domina y la mujer es sumisa”. Y concluye: “Nosotros somos feministas pero no planteamos una perspectiva ‘mujerista’, sino que enfatizamos la igualdad, celebramos las diferencias, pero ninguno debe cercenar la autodeterminación ni la libertad de la otra persona”.
Refugios
La comisario Felker subraya, además, que “debería haber un refugio para que estas mujeres puedan tener un lugar hasta que le salga la exclusión del hogar a la otra parte cuando es un grupo conviviente, porque si bien estas medidas son inmediatas, se le da un tiempo de 24 o 48 huras para cumplirla y es en ese tiempo en que deben estar protegidas”.
“Es la tercera vez que lo denuncio, ya sabe que la próxima va preso” dice casi sin levantar los ojos del papel esta muchacha de 21 años que enseguida se pasa la mano por la cintura y se queja por “los dolores de espalda” que le quedaron de los golpes recibidos.
Después de firmar el acta, el gabinete multidisciplinario hará su intervención sobre la víctima que ya concurrió otras veces a esta dependencia.
El caso de Marcela (no es este su verdadero nombre) es uno de los tantos que se acumulan cada vez más y más en los archivos de la comisaría.
Es que en los últimos dos años se triplicaron las denuncias en la Comisaría de la Mujer y la Familia local. Así lo señala su titular, Daniela Felker, quien sostiene que “esto no significa que haya más hechos, sino que hay más gente que reconoce que está envuelta en una situación de violencia, porque esta es una problemática ancestral, siempre pasó, pero no se identificaba”.
La máxima autoridad de la Comisaría de la Mujer alerta por el hecho de que en la actualidad hay “mucha violencia en el noviazgo, en chicos de 15, 16 o 17 años, que incluso son padres y tienen que ver quién cuida al hijo al tiempo que también quieren salir porque son jóvenes, es decir, diferentes circunstancias que generan conflictos que a veces llegan a situaciones extremas”.
Asimismo, Felker remarca que este tipo de hechos de agresiones se dan “en todos los contextos sociales”, dado que “es un tema que atraviesa de manera transversal a toda la comunidad”. Sí sucede que, en los sectores de menos recursos, la Comisaría de la Mujer y la Familia es el primer espacio al que suelen acudir porque es el que sienten como propio. “En otras situaciones, tal vez van a un juzgado o directamente solicitan el divorcio mediante su abogado y así se disuelve el vínculo”, agrega la comisario.
Además, de acuerdo a los datos de la dependencia especializada en esta temática, en el 90% de los casos es la víctima la que concurre a pedir ayuda, mientras que en el 10% restante suele ir un familiar, amigo o vecino. Cuando sucede que el denunciante es un allegado a la damnificada, se interviene inmediatamente de oficio y luego se evalúa si debe accionar el Juzgado de Familia, el Servicio Local o la fiscalía.
Salida al territorio
Al hacer un balance de este 2016 que está terminando, Felker comenta que fue un año “de mucho trabajo, de mucha salida a la comunidad, de presencia en el territorio para hacer prevención, para que las personas que están viviendo vínculos violentos puedan darse cuenta en un estadío temprano y no llegar al delito o al riesgo”.
Esto se organizó a través de visitas a las escuelas, principalmente en secundarias, aunque a partir de noviembre comenzaron a incursionar en edades más bajas, ya en sexto grado, en donde se dan charlas en el marco de la materia Educación Sexual Integral, ya que una de las unidades de esa asignatura es violencia de género.
“Nosotros vamos preparando las charlas por edades –continúa Felker– estamos más acostumbradas a hablarles a los chicos de secundario, sobre todo en los últimos años, pero ahora ha bajado la edad en la que empiezan a tener relaciones de pareja. E inclusive, lo que se busca es la prevención desde una perspectiva que alerte cuando no se está viviendo bien el amor, cuando hay control, dominio y violencia”.
De acuerdo a su experiencia, afirma que los chicos “son más permeables para entender esas cosas”, porque a esa edad viven como iguales sin importar diferencias a la hora de jugar o relacionarse, pero después empieza a abrirse una brecha “en la que el varón es el fuerte y la mujer más sumisa”.
Trabajo diario
Aun cuando en la Comisaría de la Mujer aumentaron las denuncias en los últimos dos años, en el mismo tiempo el personal que allí se desempeña decreció. Actualmente trabajan 19 efectivos policiales de diferente rango y un gabinete interdisciplinario formado por una abogada, una psicóloga y una asistente social.
Una vez que se toma la denuncia y se asiste a la víctima, hay algunos casos en donde se hace un seguimiento específico, ya que no cuentan con los recursos suficientes como para hacerlo en todos. Para ello se eligen los que consideran de mucho riesgo, que una medida es quebrantada permanentemente, o que hay desobediencia por parte del agresor.
Felker asevera que los casos en los que el violento transgrede reiteradamente las restricciones “son los menos”. Y agrega: “En general se llaman al orden porque transgredir esta demanda judicial significa entrar en una desobediencia y por eso puede ir aprehendido. Por eso nos hace más ruido en los casos donde hay transgresiones continuas y son los que les hacemos un seguimiento especial”.
En tanto, también se trabaja en red con otras instituciones, como el Servicio Local, el Juzgado de Familia, las fiscalías, el Centro de Asistencia a la Víctima del Ministerio Público Fiscal, y la UFIJ N° 6, una fiscalía que desde el 5 de septiembre comenzó a trabajar específicamente sobre casos de violencia de género, violencia sexual y conflictiva social reiterada.
La importancia de la concientización
Desde la Comisaría de la Mujer sostienen que ahora hay más concientización sobre esta problemática y que para que esto haya sucedido tuvieron y tienen una gran influencia los medios de comunicación “porque cuando se visibiliza un hecho de estos la mujer puede ver que a ella también le puede pasar”.
También destacan las charlas que se hacen en las escuelas “porque se captan muchas consultas y denuncias desde allí”, ya que, a partir de lo que escuchan, hay quienes se dan cuenta de que “lo que están viviendo no es normal, no es sano”.
Del mismo modo, las marchas #NiUnaMenos también resultaron un factor importante para visibilizar estas situaciones. Así como la condena a Esteban Serenelli (ver recuadro), que hace diez días recibió 12 años y 6 meses de prisión por haber sido encontrado culpable del delito calificado “Tentativa de Homicidio doblemente calificado”, por haber mantenido el autor con la víctima una relación de pareja y por ser el autor hombre y la damnificada una mujer.
“En el caso de la víctima –explica Felker–, estos hechos funcionan como espejo, es decir, que se ve como que puede llegar a estar ahí. Cuando hay una situación de agresividad de este tipo, la violencia siempre va escalando en un espiral que nunca baja, es continuamente más y más”.
Para la comisaria, "el violento ve a la mujer como un objeto, como algo de su propiedad, entonces el pensamiento es que si no es una persona, si es una cosa, puede hacer uso y abuso. Por eso en la Comisaría de la Mujer trabajamos en la concientización, para que las mujeres puedan ver esto".
Y el objetivo es, entonces, que se siga visualizando esta problemática: “Que las mujeres sigan tomando conciencia de que están en franco riesgo todos los días, todas las horas de sus días cuando viven un vínculo violento, nunca se sabe cómo va a terminar una situación violenta, un zamarreo puede derivar en la fractura de una vértebra, un golpe en la cabeza puede terminar con la vida o la capacidad de una persona. Y siempre les pedimos que piensen en sus hijos, en general son mujeres que están como adormecidas y envueltas en esa situación, pero si no ‘despiertan’ es muy probable que sus hijos vayan a repetir esta historia y no va a haber felicidad en esos vínculos”.
Felker es consciente de lo difícil de la situación porque “estamos formados como sociedad en esto de que el varón domina y la mujer es sumisa”. Y concluye: “Nosotros somos feministas pero no planteamos una perspectiva ‘mujerista’, sino que enfatizamos la igualdad, celebramos las diferencias, pero ninguno debe cercenar la autodeterminación ni la libertad de la otra persona”.
Refugios
La comisario Felker subraya, además, que “debería haber un refugio para que estas mujeres puedan tener un lugar hasta que le salga la exclusión del hogar a la otra parte cuando es un grupo conviviente, porque si bien estas medidas son inmediatas, se le da un tiempo de 24 o 48 huras para cumplirla y es en ese tiempo en que deben estar protegidas”.