Nada grave ha sucedido en la República, simplemente ha muerto en paz un ciudadano ejemplar, un abogado de lucha, un profesor a conciencia, un juez que recorrió el camino del bien común y la virtud.
Cuando recuperada la democracia Raúl Alfonsín -en la dura experiencia histórica- piensa en integrar la Corte Suprema, naturalmente el nombre de Carlos Fayt es propuesto para asumir la más excelsa de las misiones humanas.
No es del caso citar su docencia ciudadana desde el libro, la cátedra o la sentencia. Solamente diremos que es un orgullo para los argentinos haber tenido como juez durante más de treinta años a un hombre de derecho con fe en la libertad, sin la cual no hay justicia, ni paz.
Honor a mi profesor de Derecho Político en La Plata; es reconfortante pensar que su ejemplo es para los jóvenes. Meta es, en sus acepciones latina y griega, sucesivamente, el término de una carrera y el más allá. Por ello debemos hablar de un nuevo comienzo de Carlos Fayt. Por los tiempos será faro y guía en la lucha por el derecho. Que se sepa.
Juan Horacio Fay
LE 4.965.049
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