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EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL

Levantan prohibición de usar celulares durante la tarea educativa en las aulas

Los alumnos podrán llevar sus propios teléfonos, tablets y notebooks para emplearlos como parte del proceso pedagógico. Emilse Marini, jefa de Inspección Distrital en Junín, valoró la medida y dijo el uso de esos aparatos “ha potenciado la enseñanza”.

Se terminó la prohibición y el uso “clandestino”. Desde el viernes último, la utilización de teléfonos celulares, tablets, notebooks y computadoras personales está permitida dentro de las aulas de los colegios primarios y secundarios, públicos o privados, de la provincia de Buenos Aires.
Así lo decidió la Dirección General de Cultura y Educación al levantar la prohibición que pesaba sobre estos dispositivos tecnológicos y anticipó que se generará una plataforma online de contenidos educativos para niños y docentes.
“Traé tu propio dispositivo al aula”, se llama la iniciativa oficial por medio de la cual la cartera educativa que conduce Alejandro Finocchiaro procura saltar de la escuela del siglo XIX a la del siglo XXI.
En Junín, la jefa de Inspección Distrital, Emilse Marini, valoró la medida y dijo que el uso de esos aparatos contribuyó de manera favorable a la labor pedagógica.
“El uso del celular en las aulas ha ido creciendo e instalándose paulatinamente. El celular es hoy una herramienta imprescindible en nuestras vidas, así que no hacerlo partícipe de los procesos de enseñanza sería negar la realidad”, afirmó Marini.
A continuación expresó: “Nuestros alumnos son sujetos digitales, conectados a las nuevas tecnologías, en ocasiones con un buen uso de las mismas y en otros no tanto. Como docentes debemos apropiarnos de las herramientas digitales y aprender a sacar provecho de las mismas. El celular puede ser una  herramienta pedagógica potente en una clase para ser utilizada por los alumnos y docentes. Para ello es necesario atravesar miedos, prejuicios  reformular nuestro posicionamiento como  docentes en el aula, planificar nuestras clases, interrogándonos sobre qué lugar y  qué uso darle al celular. Tenemos vastos ejemplos que dan cuenta que su uso ha potenciado procesos de enseñanza aprendizaje a través de la búsqueda de información, lectura de textos y muchos otros  usos posibles”.
“Si repensamos nuestras prácticas y podemos formular acuerdos de trabajo con los alumnos diría que el problema se diluye. Es necesario empezar a pensar bajo otro paradigma, la tiza y el pizarrón dejaron de ser organizadores de la tarea en el aula; hoy las tecnologías ocupan ese lugar y debemos interrogarnos para producir nuevos modos de enseñar acordes a los tiempos actuales”, aseguró.

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