Se encuentra recorriendo la región con otros referentes de la Unión Cívica Radical, como el diputado Ricardo Alfonsín y su compañero en el Senado bonaerense Gustavo De Pietro, en la antesala de las internas del partido. ¿Cómo evalúa hasta el momento esta actividad?
-Estamos trabajando en el fortalecimiento del radicalismo y, en ese sentido, es habitual que recorramos el distrito y hablemos con los dirigentes. Es para nosotros un cable a tierra, para tomar contacto con la realidad.
-¿Cómo cree que está la Provincia actualmente?
-Ha habido una caída en términos generales de la actividad, producto de la devaluación, pero este año se vio un pequeño repunte en el consumo, que indica que se tocó un piso y lo que viene es la etapa de crecimiento.
Macroeconómicamente, se tomaron algunas medidas que permitirán reactivar la economía. Hay dos variables que van a permitir la reactivación del consumo: la baja abrupta de la inflación, que empieza a ser una realidad, y un dólar equilibrado, como ocurrió este año y seguramente se va a sostener el año próximo.
-¿Cuál es la realidad de los municipios después de los primeros diez meses de gobierno de Cambiemos?
-Es cierto que venían muy castigados de años anteriores. La mayoría de los nuevos intendentes asumieron con deudas importantes, que se han ido normalizando durante este último tiempo, con el aporte fundamental de la Provincia en obras de infraestructura.
La inyección de recursos en obra pública será una de las claves para levantar un sector muy golpeado, como es el de la construcción, que fue el primero en retraerse, pero que ya muestra indicios evidentes de que vuelve a ponerse en marcha.
-Hablando puntualmente de la economía, ¿se puede pensar en el corto o mediano plazo de salarios que superen el nivel de inflación?
-Los salarios han sufrido el impacto de los fuertes índices inflacionarios de este año. Ya con la inflación en baja, podemos esperar un crecimiento del salario real a partir de ahora. Hubo decisiones duras que debieron tomarse como consecuencia de una situación heredada. Ahora, cabe avizorar un horizonte distinto, a partir de algunas variables que se muestran más alentadoras.
-Algunos informes, sin embargo, advierten sobre el aumento de la pobreza desde que gobierna Cambiemos y el recrudecimiento de la inseguridad, ¿cuál es su posición al respecto?
-Los índices de pobreza van a mejorar, por lo que ya se ha dicho sobre la reducción de la inflación.
El Estado está haciendo un esfuerzo enorme de contención, principalmente en el Conurbano, donde la pobreza es más alarmante.
Hay un trabajo intenso del Ministerio de Desarrollo Social, con incrementos en las asignaciones familiares y en los recursos destinados a los comedores escolares. Ojalá fuera todo más rápido y más eficiente, pero no es posible.
Sabemos que a mayores niveles de desigualdad, aumentarán los niveles de inseguridad. A todo ello hay que agregarle la penetración del narcotráfico en Argentina, que cuenta con la connivencia de la Policía en muchos casos también.
Anualmente, se denuncian 750 mil ilícitos en la Provincia, según datos oficiales de la Procuración de la Suprema Corte bonaerense.
Está claro que había que meter mano en una fuerza de seguridad como la Policía Bonaerense, que está compuesta por 90 mil hombres, y estaba fuera de control. El gobierno avanzó en una renovación importante y eso ha traído consecuencias: amenazas a la gobernadora María Eugenia Vidal, a los ministros, asaltos a intendentes, y demás.
El delito es un fenómeno complejo y requiere atender varios frentes. Es un problema que no se resuelve en seis meses o en un año. Quienes digan que tienen una solución mágica, mienten.
Hemos pasado de mano blanda a mano dura, aumentado las penas, las cárceles están llenas de presos y se han transformado en universidades de la delincuencia. Hay que invertir fuertemente en mejorar las fuerzas de seguridad y la Justicia. Todo esto se resume en un concepto: política de seguridad.
Estamos hablando de uno de los problemas más graves de la Argentina y no podemos pensar en menos de una década de trabajo intenso para resolverlo. De otra forma, es imposible.
-Estamos trabajando en el fortalecimiento del radicalismo y, en ese sentido, es habitual que recorramos el distrito y hablemos con los dirigentes. Es para nosotros un cable a tierra, para tomar contacto con la realidad.
-¿Cómo cree que está la Provincia actualmente?
-Ha habido una caída en términos generales de la actividad, producto de la devaluación, pero este año se vio un pequeño repunte en el consumo, que indica que se tocó un piso y lo que viene es la etapa de crecimiento.
Macroeconómicamente, se tomaron algunas medidas que permitirán reactivar la economía. Hay dos variables que van a permitir la reactivación del consumo: la baja abrupta de la inflación, que empieza a ser una realidad, y un dólar equilibrado, como ocurrió este año y seguramente se va a sostener el año próximo.
-¿Cuál es la realidad de los municipios después de los primeros diez meses de gobierno de Cambiemos?
-Es cierto que venían muy castigados de años anteriores. La mayoría de los nuevos intendentes asumieron con deudas importantes, que se han ido normalizando durante este último tiempo, con el aporte fundamental de la Provincia en obras de infraestructura.
La inyección de recursos en obra pública será una de las claves para levantar un sector muy golpeado, como es el de la construcción, que fue el primero en retraerse, pero que ya muestra indicios evidentes de que vuelve a ponerse en marcha.
-Hablando puntualmente de la economía, ¿se puede pensar en el corto o mediano plazo de salarios que superen el nivel de inflación?
-Los salarios han sufrido el impacto de los fuertes índices inflacionarios de este año. Ya con la inflación en baja, podemos esperar un crecimiento del salario real a partir de ahora. Hubo decisiones duras que debieron tomarse como consecuencia de una situación heredada. Ahora, cabe avizorar un horizonte distinto, a partir de algunas variables que se muestran más alentadoras.
-Algunos informes, sin embargo, advierten sobre el aumento de la pobreza desde que gobierna Cambiemos y el recrudecimiento de la inseguridad, ¿cuál es su posición al respecto?
-Los índices de pobreza van a mejorar, por lo que ya se ha dicho sobre la reducción de la inflación.
El Estado está haciendo un esfuerzo enorme de contención, principalmente en el Conurbano, donde la pobreza es más alarmante.
Hay un trabajo intenso del Ministerio de Desarrollo Social, con incrementos en las asignaciones familiares y en los recursos destinados a los comedores escolares. Ojalá fuera todo más rápido y más eficiente, pero no es posible.
Sabemos que a mayores niveles de desigualdad, aumentarán los niveles de inseguridad. A todo ello hay que agregarle la penetración del narcotráfico en Argentina, que cuenta con la connivencia de la Policía en muchos casos también.
Anualmente, se denuncian 750 mil ilícitos en la Provincia, según datos oficiales de la Procuración de la Suprema Corte bonaerense.
Está claro que había que meter mano en una fuerza de seguridad como la Policía Bonaerense, que está compuesta por 90 mil hombres, y estaba fuera de control. El gobierno avanzó en una renovación importante y eso ha traído consecuencias: amenazas a la gobernadora María Eugenia Vidal, a los ministros, asaltos a intendentes, y demás.
El delito es un fenómeno complejo y requiere atender varios frentes. Es un problema que no se resuelve en seis meses o en un año. Quienes digan que tienen una solución mágica, mienten.
Hemos pasado de mano blanda a mano dura, aumentado las penas, las cárceles están llenas de presos y se han transformado en universidades de la delincuencia. Hay que invertir fuertemente en mejorar las fuerzas de seguridad y la Justicia. Todo esto se resume en un concepto: política de seguridad.
Estamos hablando de uno de los problemas más graves de la Argentina y no podemos pensar en menos de una década de trabajo intenso para resolverlo. De otra forma, es imposible.
COMENTARIOS