JÓVENES DE MUNICIPIOS VECINOS EN LA UNNOBA

Estudiantes de Chacabuco obtienen subvención para ampliar la residencia universitaria en Junín

La Municipalidad otorgó un aporte económico al centro estudiantil para construir un baño en la casa que Chacabuco adquirió en Junín. En total, viven allí catorce jóvenes.

El Centro de Estudiantes de Chacabuco en Junín (Cechj) recibió un subsidio por parte del municipio chacabuquense, que será destinado a refacciones necesarias para la residencia universitaria que la ciudad posee en Junín.
El aporte, según confirmaron a Democracia desde el Cechj, fue de 37.500 pesos, que permitirán construir un baño y reacondicionar el lavadero de la casa estudiantil, ubicada en Lavalle 465.
"El subsidio se venía gestionado ya durante el último tramo de la gestión de (el ex intendente Mauricio) Barrientos y se concretó finalmente este mes, ya con Víctor Aiola como jefe comunal", contó Ángel Coronel, presidente del Cechj, desde hace dos años.
Según describió el joven, que estudia para contador público en la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (Unnoba), la residencia que la Municipalidad de Chacabuco posee en Junín está compuesta por tres inmuebles ubicados en el mismo terreno.
En el fondo, un departamento monoambiente en el que viven dos chicas. Luego, otro departamento central en el que viven otros tres estudiantes. Pero el problema está en la casa, situada en el frente de la propiedad, ya que allí habitan unos nueve universitarios que comparten un único baño.
"El dinero que recibimos nos va a permitir construir un sanitario más y así solucionar parte del inconveniente", confió Coronel, de 27 años, quien además de su actividad en el Cechj es militante del espacio Nuevo Encuentro.

Un premio al esfuerzo

Además de la casa mencionada, que el municipio compró el año pasado y en la que viven en total catorce jóvenes, hay otra residencia, en este caso alquilada, que aloja a otros trece estudiantes.
Cada fin de año, el Cechj difunde una convocatoria para aquellos jóvenes que cursan el último año del secundario y desean estudiar una carrera universitaria pero no cuentan con recursos suficientes para afrontar un alquiler.
Una vez que se presentan las solicitudes, una asistente social las evalúa y entrega un informe al Cechj, que es el que finalmente decide a quiénes se les concede las vacantes.
"Normalmente recibimos entre diez y doce solicitudes al año, tratamos de acomodarnos para que nadie se quede sin lugar", aseguró Coronel, y agregó que en la vivienda hay estudiantes de múltiples carreras, desde el Profesorado de Música, hasta el Profesorado de Teatro, Abogacía, Ingeniería y Enfermería.
Pero una vez que ocupan la residencia, los estudiantes deben demostrar al Centro que se han esforzado en las cursadas para continuar viviendo allí.
"Cada vez que termina el ciclo lectivo, los chicos deben presentar al centro un certificado analítico en el que se detalla el rendimiento académico. El requisito es que al menos tengan la mitad de las cursadas aprobadas", finalizó Coronel.