La advertencia del titular del gremio de trabajadores aceiteros, Daniel Yofra, quien días atrás dijo que el precio del aceite podría triplicarse a partir de agosto, despertó el pánico en la población y en pocas horas las góndolas de los supermercados del país quedaron al borde de agotarse.
El secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores de Algodón (Ftada) señaló el miércoles pasado que el valor promedio del litro pasaría de 30 a 90 pesos porque el gobierno eliminará un fideicomiso privado, que desde 2008 subsidia el precio interno del producto.
Las palabras del sindicalista retumbaron con fuerza también en Junín. Según pudo averiguar Democracia en una recorrida por los principales supermercados de la ciudad, a partir aquel día, pero principalmente durante el fin de semana último, tuvo lugar un boom de compras de botellas de aceite, aunque desde ayer el escenario comenzó a normalizarse.
Aún así, el incremento repentino de la demanda obligó a las firmas comerciales a limitar la cantidad de unidades habilitadas para la compra por cliente. De allí que en las estanterías de los supermercados, junto con las etiquetas que indican el precio de las unidades de aceite, se incluyeron otras que dicen: “Sólo para consumo familiar”.
Tras consultar con los responsables de las compañías, Democracia pudo confirmar que sólo se están vendiendo hasta dos unidades por cliente. “Empezamos permitiendo un límite de cuatro botellas por compra, pero nos vimos obligados a reducir a dos, porque de lo contrario tarde o temprano se iban a vaciar las góndolas”, confió un supervisor de un importante comercio de la ciudad, aunque reconoció que “en los últimos días se calmó un poco todo”.
Esta última apreciación fue confirmada por los consumidores con los que pudo hablar este diario, a medida que se acercaban a los estantes de aceite. “Llevo aceite como llevo otros productos que necesito, no por una razón en particular”, expresó Rosana, empleada doméstica, antes de tomar una botella de un litro y medio de una de las primeras marcas.
Por su parte, Raúl, 50 años, también empleado, coincidió en que sólo se dirigió al estante donde se encuentra el aceite “por casualidad”, porque, en realidad, “buscaba otro producto”, pero se detuvo a indagar en el precio de las botellas de un litro y un litro y medio.
En promedio, las de la primera medida rondaban los 20 pesos, mientras que los de la segunda orillaban los 35. “Es razonable”, reflexionó el comprador, y aclaró que no cree que el precio se dispare a partir de la semana que viene, como anticipó Yofra.
La misma conclusión sacó María Inés Bruno, ama de casa, con siete hijos. “Está en precio”, calculó, mientras colocaba una botella de un litro y medio en el changuito, que a esa altura ya formaba una montaña junto con otros productos.
Evitar la “psicosis del aceite”
En las horas siguientes a las declaraciones de Yofra, voceros del gobierno nacional, consultores y hasta empresas fabricantes de aceite llamaron a la población a recuperar la calma e intentaron desmentir que el precio en la góndola se irá por las nubes.
El titular del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (Indecom), Miguel Ángel Calvete, declaró que se había intentado instalar una “psicosis sobre la falta de aceite”, pero que la misma no era tal y que la discusión formaba parte un simple conflicto salarial.
Al mismo tiempo, reconoció que la suba del precio es inminente porque “el aceite es el sector que más retrasado estaba”, aunque aclaró que “no en un 300%”, estimación a la que definió como “una locura”.
Por su parte, Víctor Fera, presidente de la firma Marolio, que en su cartera de productos incluye el aceite, llegó a aconsejar a los consumidores que desistieran de ir a comprar “hasta que el precio del litro baje”. El empresario agregó que las palabras del gremialista habían dado lugar a "una estampida de locura" de manera innecesaria.
También desde el gobierno salieron a aclarar la situación. En principio, en las últimos horas se firmó un acuerdo con la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) a partir del cual la suba de la botella a partir de la semana entrante se establezca en un rango que va del 4% al 6%. Sin embargo, según se aclaró, el convenio incluye sólo a la industria y no al sector de distribución, por lo que el precio final del producto dependerá del comercio que lo venda.
OMIC advirtió sobre “prácticas ilegales” de venta
En medio del revuelo generado por la incertidumbre sobre el precio del aceite en la víspera de agosto, numerosos medios provinciales informaron sobre quejas de muchos compradores, a los cuales se les habría condicionado la compra de aceite a la adquisición de otro producto de manera simultánea.
Esta práctica, que perseguía el objetivo de enfriar la demanda de un producto en particular pero sin resignar rentabilidad, está prohibida por la Ley de Defensa de la Competencia (Nº 25.156), que en su artículo 2º establece, entre otras disposiciones, que está prohibido “subordinar la venta de un bien a la adquisición de otro o a la utilización de un servicio, o subordinar la prestación de un servicio a la utilización de otro o a la adquisición de un bien”.
Frente a ello, la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de Junín recordó que la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor realizará controles “en todas las jurisdicciones del país” para certificar y llegado el caso sancionar las prácticas de ventas que la normativa considera fraudulentas.
TEMOR POR POSIBLE DISPARADA DE PRECIOS
Limitan compra de aceite en supermercados de Junín para evitar que se agote el stock
Aparecieron carteles en las góndolas que autorizan sólo dos unidades por comprador. Fuentes de los comercios confirmaron a Democracia que hubo un aluvión de ventas la semana pasada, pero la situación regresa de a poco a la normalidad.
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