VEJEZ Y SALUD

El asma en la tercera edad

Algunos ancianos tuvieron asma en su niñez o adolescencia y en esta etapa reaparece; otros lo desarrollan en la vejez.

La aparición de las alergias en los adultos mayores es menos frecuente que en personas más jóvenes; sin embargo, el asma se puede presentar en cualquier edad.

Síntomas
Los cambios en la estructura pulmonar asociados al envejecimiento suelen aumentar los síntomas del asma, dificultando su diagnóstico de otros trastornos, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Los síntomas son similares a los ataques de asma a cualquier edad: dificultad para respirar y sensación de ahogo, ruidos o silbidos en el pecho, jadeos, sensación de falta de aire, tos prolongada (que puede acompañarse de expulsión de moco) y opresión en el pecho.
El asma en la tercera edad suele ser encubierta por otros padecimientos, por ejemplo, un resfriado crónico, pobre percepción de falta de aire, bronquitis, enfisema pulmonar o algún otro trastorno respiratorio. Por esto mismo, muchos adultos mayores no demandan asistencia médica.
Los desencadenantes del asma son iguales a cualquier edad así como la prevención y estrategias de tratamiento. Sin embargo, en los adultos mayores los cambios que se dan por el envejecimiento suelen complicar el diagnóstico y tratamiento del asma, por ejemplo en los casos de que haya enfermedades cardiacas o pulmonares (ya que los adultos mayores ingieren más medicamentos pues suelen padecer más problemas de salud) es necesario prestarles especial atención en el tratamiento del asma.

Tratamiento
El manejo del asma y las alergias en la tercera edad requieren del trabajo en conjunto del alergólogo, el médico familiar y el geriatra. Juntos deben ser conscientes de los efectos de los medicamentos para sus otros padecimientos y las interacciones entre ellos.
Algunos medicamentos, como los beta bloqueantes utilizados para la hipertensión arterial y cardiopatías leves pueden tener efectos importantes en los pacientes asmáticos, así como los fármacos sedantes que ayudan a conciliar el sueño al adulto mayor, pueden empeorar el asma pues tienen el efecto de hacer la respiración más lenta y menos profunda dificultando su tratamiento. Por lo tanto, es de vital importancia que el alergólogo sepa qué tratamientos farmacológicos está utilizando, no suspenda ninguno ni baje la dosificación, sin antes consultarlo con su médico.

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