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MARKETING APLICADO

La trampera de Facebook

Del perfil personal a la página profesional.

Esta semana nos encontramos con la novedad de que muchos perfiles digitales de negocios locales desnudaron los nombres de sus titulares obligándolos a mutar de perfil personal a página comercial. Es que de a poco Facebook impone las reglas de juego que tenía preparadas obligándonos a aprender e invertir. Lo que iniciamos como un juego es ahora una potente herramienta de difusión y comercialización.

Libre y gratuito
Desde sus comienzos, la red social se presentó como una herramienta para compartir contenidos con “amigos”. Después la invitación se hizo extensive para nuestros emprendimientos, empresas o comercios y en ese contexto jugamos al publicist abriendo un perfil personal para nuestros objetivos comerciales: hasta que un día nos marcaron la cancha.
La realidad es que hoy muchos negocios no logran hacer pie. Lejos de desarrollar contenidos auténticos mediante los cuales las personas sientan escuchar al dueño del negocio, muchos la siguen utilizando como un depósito de chistes, posturas políticas, grandes comilonas y salidas de pesca. En el medio, el producto o servicio: venta de autos, artesanías, tartas o una inmobiliaria que exhibe la panza feliz de su titular. No faltan los amigos que siempre están, apoyando con el “jajajJAja” y con eso, estamos tranquilos, estamos haciendo “la publicidad”.
En la dulce espera siguen los clientes, quienes entienden que si un negocio abre un perfil es para atender las consultas; nada de eso, el juego continúa y la sensación de entrar a un negocio y que no haya nadie para atenderlo se re-configura en el ámbito digital.

Hacia la profesionalización
No sólo se trata de cuestiones estilísticas (uso estético del lenguaje) sino de alcance y potencia de la herramienta. Hoy la efectividad de las publicaciones orgánicas, es decir aquellas que se logran sin promoción (con dinero) reducen su campo obligando caso a un contenido relevante, original, pertinente y estético. Es decir, sólo hay dos caminos, desarrollar mensajes interesantes y/o pagar por difusión. En el medio quedará la administración comercial amateur, como un balsam que dejará tranquilos por un tiempo más a quienes crean que de esa forma están haciendo algo por su negocio.
El recorrido es claro, nos mostraron el queso, lo probamos y nos emocionamos con su sabor. Hoy estamos obligados a cambiar el foco, la red nos atrapó y no queremos dejar de estar pero debemos aceptar las nuevas reglas de juego: buenos contenidos, diseño cuidado y promoción con dinero mediante.

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