Hace 120 años nacía Mingorance, uno de los comercios más emblemáticos de Junín
UNA FIRMA QUE ACOMPAÑÓ A LA CIUDAD EN SU DESARROLLO

Hace 120 años nacía Mingorance, uno de los comercios más emblemáticos de Junín

El negocio fue inaugurado en 1895, en la calle Mendoza –que luego pasó a llamarse Roque Sáenz Peña-, y con el paso de los años se fue convirtiendo en un ícono dentro del rubro indumentaria.

Aquel fungi marrón que cantaba el tango, aquel que estaba acompañado del botín enterizo y del cuello con brillo, aquel con el que un domingo bailaron el tango. Aquel fungi marrón tenía en Junín un lugar donde se elegía, donde el sombrero se fabricaba a medida: la calle Mendoza, que a los pocos años cambió su nombre por Sáenz Peña.

La casa se llamaba Mingorance, fundada  hace 120 años, en 1895, como un negocio de venta y fábrica de sombreros para hombres.

Don Francisco Mingorance creó la tienda que, con el correr de los años, se fue convirtiendo en casa de ropa para hombres, siempre en el mismo lugar, en la misma dirección que hoy luce moderna, actualizada.
Recién llegada de España, la familia Mingorance eligió Junín para radicarse y, con mucha visión,  pensó que la calle principal de esta población sería la que surgía desde la estación de trenes. Aún corría el siglo diecinueve y esa arteria sólo mostraba unas pocas casas y hasta una pequeña laguna en lo que es hoy la esquina de Naldo Lombardi.


Un clásico de Junín

Desde esos tiempos, Mingorance es uno de los nombres comerciales más afamados de la ciudad y su relación con el buen vestir es instantánea, no sólo en Junín sino también en una amplia región.
El fundador fue seguido por su hijo Enrique, acompañado por sus hermanos Luis y Ángel, quienes luego de muchos años de actividad pasaron la posta a Enrique hijo, al cual todos en Junín conocieron como “Tito”.
Desde principios de los cincuenta, Tito Mingorance continuó el legado familiar acompañando a su padre y a uno de sus tíos, para luego liderar por más de 40 años un negocio que se supo actualizar y transformar frente a los cambios de la moda y las nuevas tendencias comerciales que, en estas últimas décadas, fueron más que notorios.

“Que el cliente encuentre las mejores marcas en un solo local, sin tener que viajar a las grandes ciudades y sus shoppings, es nuestra clave”, solía afirmar con satisfacción Tito Mingorance tras haber reciclado a nuevo su local, uniéndose a la transformación que Junín estaba realizando con el nuevo diseño de calle Sáenz Peña.



Las mejores marcas

Como mínimo seis generaciones de juninenses se han vestido en Mingorance y su permanencia, sin dudas, está asegurada.

Hijos y primos de Tito continúan su camino siempre acompañados por marcas que lideran las tendencias de la moda y el buen vestir.

Junto a Lacoste, Dior, Levis, Perramus o Columbia, marcas como Giesso, Northland, Daniel Hetcher, Rochas, Wrangler y La Martina potencian la propuesta de un local poco frecuente de encontrar en ciudades del interior del país.

Junto a la moda de hombres, Mingorance presenta determinadas y puntuales prendas para damas, como los abrigos de Perramus o Giesso, que realmente marcan diferencia.

Las mejores promociones con cada una de las tarjetas de crédito generan un atractivo permanente y las clásicas cuentas personales tienen en Mingorance transferencia hereditaria, que se transmite de padres a hijos con décadas y décadas de vigencia. Cientos de familias juninenses y de localidades vecinas así lo atestiguan.


El comercio con mayor antigüedad

Con 120 años de trayectoria, Mingorance es el negocio de mayor trayectoria de la ciudad, pero su permanencia tiene un secreto mayor: la actualización constante y el saber siempre hacia dónde se dirige la tendencia.
A través de su historia, Mingorance fue mutando sus propuestas junto a una moda que hace cuatro o cinco décadas se desprendió de los formalismos y posicionó para todas las edades a la denominada ropa sport.
Sin dejar de pensar que lo clásico jamás desaparece, hoy Mingorance convive junto a lo último para los más jóvenes y las mejores líneas en el buen vestir,

Aquellos trajes que hacían historia en los grandes bailes de Junín, eran de Mingorance.

Y los gloriosos tangos, de aquel fungi marrón de los inicios, hacían lucir más aún ese estilo inconfundible, estilo que en estos tiempos Mingorance y todo su equipo de trabajo sabe actualizar para seguir siendo cada vez mejor, como dicen siempre sus mensajes publicitarios.

Hoy, en cada fiesta, ya sea de casamiento o de egresados, los ajustados trajes “Slim fit” también tienen de referencia a Mingorance.

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