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LA ENSEÑANZA EN JUNÍN

El debate por la calidad educativa: ¿Escuela pública o escuela privada?

Desde el sector no estatal juninense dicen que la matrícula en sus colegios viene creciendo por factores como la oferta extracurricular y el aspecto disciplinario, mientras que desde el ámbito público aseguran que no disminuyó la cantidad de alumnos.

Hay debates que no por cíclicos y repetidos dejan de ser interesantes, sobre todo si tienen que ver con un tópico tan sensible como la educación. Y dentro de ese gran tema, la calidad de la oferta que se pone a disposición de los niños y jóvenes es siempre un disparador de puntos de vista que no suelen ser coincidentes ni mucho menos. Así termina renaciendo el viejo debate: ¿La escuela privada es mejor que la pública? ¿Dónde radica la diferencia? ¿Existe en realidad una migración de alumnos desde un ámbito al otro como consecuencia de esos factores que permiten considerar a un establecimiento no estatal superior a otro que sí lo es?  
En Junín, las respuestas a esos planteos son divergentes.
Por un lado, Nancy Tridone, secretaria general en Junín del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), dijo que “a principios de año hubo un incremento en la matrícula de las escuelas privadas y, por la tendencia que se observa, seguirá aumentando el año que viene, porque si bien la inscripción todavía no comenzó, en algunos colegios los padres ya han reservado lugares para sus hijos”.
Por el otro, Fernando Balbi, inspector jefe de educación a nivel distrital, aseguró que “no hay un corrimiento” de estudiantes desde las escuelas públicas a las privadas y agregó que, en los últimos años, las estatales mantuvieron la cantidad de inscriptos.  

Más inscriptos en las privadas

Para Tridone, que haya subido el número de chicos que concurren a los colegios privados “en algunos casos tiene que ver con la oferta extracurricular que se le brinda a los alumnos y, en otros, con la orientación religiosa de los papás”.
En cuanto a los prejuicios que pueden existir respecto de los contenidos que se brindan en las escuelas públicas o privadas, dijo que “eso está relacionado con la calidad de cada una de las instituciones y no con el hecho de que sean estatales o no”.  
“En realidad todas las escuelas tienen que cumplir con la política educativa que emana del Estado nacional, lo que puede hacer la diferencia puede ser una mayor oferta en lo idiomático, en la parte deportiva o en la faz artística. Además, el personal docente de las escuelas privadas por lo general es el mismo que se desempeña en establecimientos de gestión estatal”, indicó.
Más adelante señaló que en referencia “a los planes de estudio hay un diseño curricular con un conjunto de contenidos que comparten todas las escuelas, privadas y estatales. Lo que tienen las privadas es la posibilidad de agregar a ese esquema obligatorio otra área (deportiva, de lenguaje, religiosa, entre otras)”.
Con respecto a la incidencia de la disciplina en las aulas, marcó que en comparación con las escuelas públicas “lo que sí se ve es que los padres tienen un poco más de compromiso respecto de la educación de sus hijos”.
“El reglamento de escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires, que comprende tanto a las estatales como a las privadas, en alguno de sus artículos fija la obligatoriedad de poder construir entre todos los miembros de la comunidad educativa acuerdos de convivencia que es donde se establece la organización institucional desde el punto de vista pedagógico, pasando por las relaciones vinculares y hasta el comportamiento dentro del establecimiento. Por ahí en las privadas hay una mirada un poco más humanística y centrada en los valores, cosa que quizás no se ve tanto en las escuelas estatales laicas”, señaló.      

Balbi: “No hay diferencias”
Mientras tanto, Fernando Balbi inició su alegato señalando que desde hace ya varios años que existe la misma matrícula en las escuelas públicas del distrito, que “paradójicamente ronda los mil alumnos en los diferentes cursos”.
“Sí hay un descenso en el nivel medio, pero eso no implica que se hayan pasado a la privada, ya que muchos van a las escuelas de adultos o realizan el programa de finalización escolar”, explicó.
Por otro lado marcó que en la actualidad ya no se observan trayectos educativos lineales. “Con esto me refiero a que seguramente nosotros empezamos primer año en una escuela y terminamos quinto o sexto en el mismo establecimiento, mientras que ahora hay muchos más cambios, que para mí son producto de la abundante oferta educativa que hay en la actualidad. Porque en el 80 había cinco escuelas secundarias y hoy hay veintidós estatales y cinco privadas”, manifestó.
Puesto a analizar la calidad de la educación en ambos espacios, el estatal y el privado, el jefe de inspectores sostuvo que “no existen diferencias” y que tanto un estudiante que pasa de un colegio privado a uno público como otro que realiza el recorrido inverso “pueden adaptarse perfectamente a su nuevo lugar de cursada”.  

Tamarit: “Lo público tiene que estar como primera opción”

En diálogo con Democracia, el rector de la Universidad Nacional del Noroeste (Unnoba), Guillermo Tamarit, afirmó que la migración de los alumnos del sistema de gestión estatal al privado obedece a varias cuestiones. “Una de ellas es que hay más sectores con ingresos que les permiten tomar esa opción, en primer lugar”, dijo la máxima autoridad de esta casa de altos estudios.
“En otro sentido, lo que nosotros hemos podido constatar es que los padres trabajadores, no de ingresos muy altos, sino medios o medios bajos, también empiezan a probar esta opción de la escuela privada por el hecho de evitarse la recurrencia de paros y dónde dejar a los chicos cuando no hay actividad en la escuela pública”, señaló el rector, quien subrayó que la tendencia actual los “preocupa enormemente” ya que “lo público tiene que estar tanto como primera opción por su calidad y como primera responsabilidad del Estado”.
En cuanto a los rendimientos, Tamarit dijo que de los alumnos que llegan a la Universidad –es decir, finalizaron el secundario y quieren seguir estudiando– no podrían diferenciar a los chicos que vienen de la enseñanza privada o la pública. “Lo que vemos es una merma en la calidad de los recursos con que llegan los chicos a la Universidad pero que no se discrimina por el origen de su experiencia secundaria”, afirmó.
A su vez, el rector afirmó que en los informes internacionales sobre el nivel de la educación en cada país, como lo son las pruebas PISA, no aparecen diferencias entre un tipo de gestión y otra. Y ante la consulta de este diario sobre si el contexto social en el que está situada una escuela y las situaciones que esos chicos pueden vivir en su casa influyen en el nivel en el aula, dijo: “Por ejemplo, en nuestra región o Junín, muy particularmente, la escuela privada además es confesional en una buena proporción y es imposible distinguir de la actividad pública. Me parece que es una sensación que tenemos todos –agregó el rector–. No tiene un carácter muy distinto la experiencia que puede tener otro chico de Junín en la mayoría de los secundarios. Hay secundarios de la región que tienen algunos contextos particulares pero de ninguna manera eso expresa lo que es la educación pública”, señaló.
En ese sentido, dijo que la calidad de enseñanza que puede recibir un alumno “tiene más que ver muchas veces por las experiencias personales y no tanto por la institución”, dijo. Y añadió: “Esto es lo que también tenemos que plantear. Estos chicos con padres profesionales, biblioteca en la casa, con una experiencia, un concepto cultural determinado, si está en una pública o privada es indistinto. Le saca mucha ventaja a un chico que este en una pública o privada sin ese contexto cultural”. 

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