El estado de salud del papa Francisco, hospitalizado desde hace 24 días, siguió ayer “estable”, después de que el último parte médico informara que el jesuita argentino de 88 años respondía bien al tratamiento contra una neumonía bilateral.
“Los doctores confirmaron que la situación es la misma que la del sábado”: se encuentra “estable” tras una “leve mejoría”, aunque su cuadro clínico sigue siendo “complejo”, indicó la oficina de prensa del Vaticano en la noche.
Al mediodía, el pontífice había dado las gracias al personal médico en su mensaje dominical del Ángelus, que por cuarta semana envió por escrito en lugar de pronunciarlo desde el Palacio Apostólico en la plaza de San Pedro.
“Hermanos y hermanas, en mi prolongada hospitalización, también yo experimento el esmero en el servicio y la ternura en el cuidado, especialmente por parte de los médicos y de los operadores sanitarios, a quienes doy las gracias de corazón”, escribió.
El líder espiritual de 1.400 millones católicos en el mundo fue internado el 14 de febrero en el hos pital Gemelli de Roma por una bronquitis, que derivó en una neumonía bilateral.
Desde entonces, ha sufrido varias recaídas.
El último parte médico, difundido el sábado por la noche por la Santa Sede, informó que Francisco muestra una “buena respuesta” al tratamiento, con una “gradual y leve mejoría”.
Los médicos se dieron algunos días todavía para confirmar los progresos, por lo que su pronóstico sigue siendo “reservado”, aunque la última crisis respiratoria fue el pasado lunes.
Desde entonces, una mascarilla de oxígeno lo ayuda a respirar durante la noche, mientras que durante el día se la cambian por cánulas nasales de alto flujo, un soporte más ligero.
Los doctores no se han pronunciado sobre cuánto durará la hospitalización ni tampoco sobre el tiempo que podría tomar la convalecencia de Jorge Bergoglio, en pleno “Año Santo” con miles de peregrinos en Roma.
Ayer, Francisco no pudo presidir la multitudinaria misa con motivo del Jubileo del Mundo del Voluntariado, a la que asistieron miles de peregrinos con sus trajes de servicio de colores vivos.
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