Activistas se manifiestan en silencio contra el proyecto de presupuesto para frenar el cambio climático.
Activistas se manifiestan en silencio contra el proyecto de presupuesto para frenar el cambio climático.
CUMBRE DEL CLIMA

Mucho ruido y pocos avances contra el cambio climático

Les pidieron a países ricos que contribuyan con 250.000 millones de dólares anuales a las finanzas climáticas de los países en desarrollo. Pero hubo críticas y rechazos.

La presidencia azerbaiyana de la COP29 planteó ayer que los países ricos contribuyan con 250.000 millones de dólares anuales a las finanzas climáticas de los países en desarrollo, en un proyecto de acuerdo criticado por oenegés y rechazado por varios países. A falta de consenso, la conferencia anual de la ONU sobre cambio climático entró en prórroga oficialmente y las negociaciones continuarán hoy. 

La cantidad propuesta es más de dos veces superior al compromiso actual de 100.000 millones de dólares para el periodo 2020-2025, pero no está a la altura de las demandas formuladas durante las negociaciones. 

El proyecto incluye el ambicioso objetivo de obtener un total de 1,3 billones de dólares al año para 2035, destinados a los países en desarrollo, en el que se contaría la contribución de los países ricos y de otras fuentes de financiación, como fondos privados o nuevas tasas. 

Cualquier acuerdo debe adoptarse por consenso de los 200 países. 

 

“Un escupitajo a la cara” 

“Los 250.000 millones de dólares ofrecidos por los países desarrollados son un escupitajo a la cara para naciones vulnerables como la mía”, reaccionó el negociador de Panamá, Juan Carlos Monterrey Gómez, en la red X. 

La propuesta “es totalmente inaceptable”, declaró el negociador keniano, Ali Mohamed, presidente del grupo africano. 

Marina Silva, ministra brasileña de Medio Ambiente, admitió que esa cifra es “insuficiente”, pero consideró que constituye “una buena base para seguir hablando”. Silva propuso una contribución de los países desarrollados de 300.000 millones de dólares anuales para 2030 y de 390.000 millones para 2035; cantidades que serían una “palanca” para alcanzar el objetivo de 1,3 billones de dólares. 

“No podemos seguir atrasando de COP en COP temas objetivos”, apremió la brasileña, cuyo país acogerá la COP30 el año próximo en la localidad amazónica de Belém. “Para [discutir sobre] regulaciones, estructuras (...) hemos tenido las últimas tres décadas”, apostilló. 

 

“Este es el momento” 

Sin embargo, un alto funcionario estadounidense que pidió el anonimato señaló que alcanzar una contribución de 250.000 millones de dólares requerirá un esfuerzo “extraordinario”, y aludió a la reticencia de Washington a comprometerse a aportar una suma superior. 

En los pasillos del estadio de la capital azerbaiyana, se escucharon críticas de negociadores y oenegés por la gestión de la conferencia, en la que participan unos 200 países, tras casi dos semanas de encuentros. 

“Es la peor COP de la historia reciente”, apuntó Mohamed Adow, de Climate Action Network. 

El dilema radica en establecer cómo financiar la ayuda climática destinada a los países en desarrollo, para que construyan centrales solares, inviertan en irrigación o protejan ciudades contra las inundaciones.  Pero ¿hasta qué punto están dispuestos a comprometerse los países ricos, históricamente más contaminantes y, por ende, responsables del cambio climático? Para Diego Pacheco, negociador jefe de Bolivia, la solución “tiene que salir ahora, este es un tema que ya se ha postergado varios años, este es el momento”. 

“El flujo es de país desarrollado a país no desarrollado, el marco del Acuerdo de París”, dijo Pacheco. “Esa es la opción: financiación pública, porque lo otro, lo privado, no se sabe qué es, dónde está”. 

 

Dependencia del norte 

Eduardo Giesen, director para América Latina de la Campaña Global para Exigir Justicia Climática (DCJ, por sus siglas en inglés), consideró que “los países del Sur, e incluyo a nuestros gobiernos de América Latina, tampoco han estado realmente a la altura”. 

“No solo por no ponerse de acuerdo entre sí, sino [porque] siguen aferrados a un modelo de dependencia respecto del Norte”, indicó. 

En paralelo, los países ricos negocian medidas para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, pero se topan con la oposición de los productores de petróleo, como Arabia Saudita. El grupo de Estados árabes advirtió que rechazará cualquier texto “que apunte contra las energías fósiles”. 

El año pasado, en la COP28 de Dubái, se firmó un acuerdo que llama a acelerar la transición hacia un mundo sin energías fósiles.

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