La familia real británica es objeto de críticas por la falta de transparencia sobre su patrimonio e ingresos después de que informes de prensa revelaran que Carlos III y Guillermo reciben dinero de organismos públicos, estando exentos de ciertos impuestos.
No es de conocimiento público el alcance exacto de las posesiones y detalles de contratos, como los arrendamientos de alquiler, celebrados por los ducados de Lancaster, que pertenece al soberano Carlos III, y de Cornualles, propiedad del príncipe heredero Guillermo.
Pero una investigación del Canal 4 y del Sunday Times publicada en los últimos días los ha sacado a la luz por primera vez.
Según estos medios, los dos ducados han obtenido millones de libras en ingresos procedentes de lucrativos contratos de alquiler de terrenos al NHS, el sistema de salud pública, actualmente en crisis tras años de falta de financiamiento, a otros ministerios u organizaciones benéficas.
Al mismo tiempo, los dos ducados, que poseen tierras, propiedades y otros patrimonios en Inglaterra y Gales, no pagan impuestos de sociedades ni de plusvalías.
Para Norman Baker, exdiputado del centrista Partido Liberal Demócrata y crítico de la familia real desde hace mucho tiempo, esto confirma que los miembros de la monarquía están “estafando al pueblo”. “Estas son tierras de la corona que pertenecen al pueblo (...). Todo este dinero debería ir al ‘Crown Estate’-el patrimonio de la corona cuyos ingresos van al Tesoro Público desde una ley que data de 1760-”, se quejó.
Según esta ley, el 15% de los beneficios del “Crown Estate” van en una asignación anual (la subvención soberana) a la familia real para el mantenimiento de su patrimonio y remunerar a los más de 500 empleados de los Windsor. El año que viene, esta dotación ascenderá a 132 millones de libras (171 millones de dólares).
La familia real asegura que los beneficios de los ducados de Lancaster y de Cornualles financian las actividades públicas, caritativas y privadas del soberano y su heredero. Estos dos ducados habían sido excluidos del acuerdo de 1760 porque en ese momento generaban muy pocos ingresos. Pero más de dos siglos después, están valuados en alrededor de 1.800 millones de libras (2.330 millones de dólares) y el año pasado obtuvieron 50 millones de libras (65 millones de dólares) en beneficios, según su informe anual.
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