El rey Carlos III saludó a multitudes de seguidores bajo las velas de la Ópera de Sídney, en el cierre público de su visita a Australia, la primera gira internacional que realiza desde que fue diagnosticado con cáncer.
El soberano de 75 años recorrió Sídney en el último día completo de actividades, al visitar proyectos de vivienda, asistir a un asado comunitario y acudir a un centro de tratamiento de cáncer.
Miles de personas se congregaron afuera de la Ópera para tratar de ver al monarca, quien formalmente es el jefe de Estado de Australia.
“Me siento bien. No voy a lavar esta mano por un tiempo”, declaró el policía retirado Brian Webb, de 69 años, después de saludar al rey. La policía detuvo a un hombre de 60 años afuera de la Ópera por considerar que se comportaba “de manera abusiva y amenazante”.
Carlos III también tomó un barco para inspeccionar una flotilla de destructores de miles y naves antiminas. Posteriormente presenció el vuelo de una flota de helicópteros y aviones de combate sobre el muelle, mientras una banda de metales tocaba “Dios salve al rey”.
Los salvavidas de la playa Bondi de Sídney miraron al rey asar las salchichas sobre una parrilla humeante.
“Es un deleite especial ver y oler toda esta comida aquí”, dijo Carlos a la multitud en la playa, elogiando especialmente el aguacate y el vino cabernet sauvignon, ambos de producción local. “Así que gracias a todos por venir a acompañarnos en esta ‘barbie’ (barbacoa)”, agregó el monarca inglés, que también ejerce de jefe de Estado australiano.
Carlos comenzó su jornada en el suburbio popular de Redfern, lugar de origen de uno de los principales movimientos australianos por los derechos indígenas.
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