Bíperes utilizados por miembros de la guerrilla libanesa Hezbolá explotaron casi simultáneamente en Líbano y Siria, y mataron a por lo menos nueve personas, incluida una niña de 8 años, además de dejar unos 2.800 heridos. Hezbolá y el gobierno libanés culparon a Israel de lo que pareció ser un sofisticado ataque a distancia.
Entre los heridos está el embajador de Irán en Líbano. El misterioso incidente se produjo en medio de crecientes tensiones entre Israel y Hezbolá, que han intercambiado disparos en la frontera entre Israel y Líbano desde el ataque del 7 de octubre por parte de Hamás en suelo israelí que desencadenó la guerra en Gaza.
Los bíperes (o buscapersonas) que explotaron habían sido adquiridos recientemente por Hezbolá después de que el líder del grupo ordenara a sus miembros que dejaran de usar celulares, advirtiendo que podrían ser rastreados por la inteligencia israelí. Un funcionario de Hezbolá informó que los dispositivos eran de una marca nueva que el grupo no había usado antes.
Alrededor de las 15.30 horas de ayer, mientras la gente compraba alimentos, se sentaba en los cafés o conducía sus autos y motocicletas en el tránsito de la tarde, los bíperes que llevaban en las manos o en los bolsillos empezaron a calentarse y luego explotaron.
Las explosiones se registraron sobre todo en zonas donde Hezbolá tiene una fuerte presencia, en particular un suburbio al sur de Beirut y en la región de Becá, pero también en Damasco, la capital de Siria, de acuerdo con funcionarios de seguridad libaneses y uno de Hezbolá.
Las explosiones se produjeron horas después de que la agencia de seguridad interna de Israel dijera que había frustrado un intento de Hezbolá de matar a un exfuncionario de seguridad israelí con un dispositivo explosivo que podía detonarse a distancia.
En Washington, el vocero del Departamento de Estado Matthew Miller afirmó que Estados Unidos “no sabía de esto con anterioridad” y que no estuvo involucrado. “En este momento estamos recabando información”, indicó.
Algunos expertos señalaron que las explosiones de los bíperes apuntan a una operación planeada desde hacía tiempo, posiblemente llevada a cabo mediante la infiltración en la cadena de suministro y la manipulación de los dispositivos con explosivos antes de su entrega en Líbano.
El operativo tuvo como blanco una extraordinaria cantidad de personas con cientos de pequeñas explosiones -todas al mismo tiempo, sin importar dónde estuviera el portador del bíper- que mutilaron a algunas personas. Un video que circula en internet muestra a un hombre en un supermeracado cuando la bolsa que lleva en su cadera explota; él cae al suelo y la gente que está cerca huye.
El ministro de salud del Líbano, Firas Abiad, dijo a la cadena qatarí Al Jazeera que al menos nueve personas murieron por las explosiones, incluida una niña de 8 años, y aproximadamente otras 2.800 resultaron heridas, 200 de ellas de gravedad. La mayoría presentaba heridas en la cara, la mano o alrededor del abdomen.
Hezbolá dijo en un comunicado que dos de sus miembros estaban entre los muertos. Uno de ellos es Mahdi Ammar, hijo de un miembro del grupo guerrillero en el parlamento, mientras que dos hijos de otras figuras prominentes resultaron heridos.
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