La vicepresidenta Kamala Harris aventaja al magnate Donald Trump en tres Estados clave de cara a las elecciones de noviembre en Estados Unidos, según nuevas encuestas divulgadas el sábado, aparentemente revirtiendo la distancia que el expresidente había logrado allí el año pasado.
Las encuestas de intenciones de voto realizadas por The New York Times y Siena College mostraron que la candidata demócrata supera al republicano Trump por un margen idéntico de 50% a 46% en Michigan, Pensilvania y Wisconsin.
Bajo el sistema de votación del colegio electoral en Estados Unidos, esos tres Estados populosos de la región Medio Oeste son considerados clave para apuntalar la victoria de cualquiera de los candidatos de ambos partidos el próximo 5 de noviembre.
Los datos revierten las encuestas en esos Estados que durante casi un año habían mostrado a Trump empatado o ligeramente por delante del presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden, quien abandonó la carrera el mes pasado y designó a Harris en su lugar.
De todas formas, puede cambiar mucho el panorama en los casi tres meses antes de las elecciones de noviembre. La encuesta mostró que los votantes todavía prefieren a Trump en los temas clave de la economía y la inmigración, aunque Harris tenía una ventaja de 24 puntos cuando se les preguntó en quién confían en el caso del aborto legal.
Los demócratas, en cualquier caso, llegan alentados por el entusiasmo que despertó la acelerada candidatura de Harris, pues muchos expresaron alivio después de que Biden, de 81 años, se hiciera a un lado forzado por crecientes críticas tras un pobre desempeño en el primer debate televisivo en junio contra el expresidente Trump (2017-2021).
En un comunicado, el equipo de campaña del candidato republicano cuestionó la fiabilidad de estas encuestas publicadas, según él “con la evidente intención y objetivo de reducir el apoyo al presidente Trump”.
“Peligro para la seguridad”
En tanto, el presidente Biden afirmó en una entrevista difundida ayer en televisión que Trump representa un “peligro real para la seguridad de Estados Unidos” en caso de ganar las elecciones del 5 de noviembre.
“Escúchenme atentamente. Si (Trump) gana (...) estas elecciones, miren lo que sucederá. Es peligroso. Es un peligro real para la seguridad de Estados Unidos”, dijo a la cadena CBS News el gobernante.
“Estamos en un punto de inflexión en la historia mundial... y la democracia es la clave”, resaltó Biden, quien ha mantenido perfil bajo tras su retiro luego de que su flojo desempeño en el primer debate televisivo contra Trump en junio reflotara temores por su edad y capacidad mental, lo cual desató reclamos de que diera un paso al costado entre los demócratas.
En la breve entrevista televisiva, grabada en la Casa Blanca la semana pasada, Biden apareció con semblante frágil pero coherente, admitiendo nuevamente que fracasó en el debate, aunque enfatizó que en términos de salud no tiene “ningún problema serio”.
Al explicar su salida, dijo que otros políticos del Partido Demócrata que se postulaban para la reelección temían que se complicaran sus posibilidades y agregó que su única prioridad era evitar que Trump regresara al poder.
Tres semanas después de ese debate, Biden anunció el 21 de julio que no se presentaría a las elecciones del 5 de noviembre y que Harris seguiría en su lugar.
“Una cuestión crítica para mí sigue siendo –y no es broma– mantener esta democracia”, sentenció Biden.
Inusual caso de sincronía
En este marco, los candidatos siguen de campaña. Harris prometió trabajar para eliminar los impuestos sobre las propinas que reciben trabajadores de restaurantes y otros empleados del sector de servicios, igualando una promesa que hizo su rival, Donald Trump, en los comicios de noviembre, en un inusual caso de sincronía entre los dos bandos.
Harris hizo su anuncio en un mitin en el campus de la Universidad de Nevada, Las Vegas, donde la economía depende mucho de las industrias hostelera y de entretenimiento.
Trump prometió prácticamente lo mismo en su propio mitin en la ciudad en junio, aunque sea improbable que ni él ni Harris pudieran cumplir esa promesa por completo sin la intervención del Congreso.
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