Detuvieron en Francia a un espía ruso por sospechas en los Juegos Olímpicos

Detuvieron en Francia a un espía ruso por sospechas en los Juegos Olímpicos

La policía francesa detuvo a un presunto espía ruso sospechoso de planear actos de “desestabilización a gran escala” en los Juegos Olímpicos, según informó el miércoles la fiscalía de París, a pocos días del comienzo del evento deportivo.

Según el diario Le Monde, que se basó en la información de varias agencias de inteligencia europeas, las autoridades habían encontrado una tarjeta de identidad del hombre ruso que sugería que era un espía del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en inglés), el organismo sucesor de la KGB.

El hombre, un chef de 40 años, fue detenido el domingo después de que la policía allanara su domicilio por un pedido del Ministerio del Interior y está en prisión preventiva, según informó la fiscalía en un comunicado.

Las pruebas halladas en su domicilio hacían temer “su intención de organizar actos susceptibles de provocar desestabilización durante los Juegos Olímpicos”, indicó. Este martes, se abrió una investigación judicial en su contra por compartir “inteligencia con una potencia extranjera con miras a provocar hostilidades en Francia”, un delito punible con 30 años de prisión.

Le Monde informó que los servicios de inteligencia habían escuchado una llamada hace dos meses entre el individuo y un responsable de los servicios de inteligencia rusos en la que el sospechoso había afirmado que “los franceses van a celebrar una ceremonia de apertura como nunca antes”.

El hombre, identificado con una inicial (“K”) por Le Monde, es un “chef privado” -así se presenta en su currículum- que vive hace 14 años en Francia, que participó en programas de cocina en Rusia y que publica tutoriales de cocina en las redes sociales. Antes había sido socio de un fondo de inversión en Moscú y trabajó en financieras.

“K” estudió cocina en París desde principios de 2010, a fines del año siguiente se mudó a Courchevel, una estación de esquí popular entre la élite rusa, donde trabajó en un restaurante con estrella Michelin, y luego volvió a París desde marzo de 2012. Hasta el momento, no se proporcionaron detalles sobre la naturaleza de la supuesta conspiración para desestabilizar los juegos aunque no era terrorista, al no haber sido encomendado el procedimiento a la Fiscalía Nacional Antiterrorista, según Le Monde.

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