España canceló este viernes un premio taurino anual, lo que provocó una reprimenda de los conservadores por una reacción violenta contra una tradición centenaria que ven como una forma de arte, pero que se ha topado con una creciente preocupación por el bienestar animal.
Las corridas de toros al estilo español, en las que el animal suele terminar asesinado con una espada lanzada por un matador con atuendo brillante, son para sus partidarios una tradición cultural que debe preservarse, mientras que los críticos lo llaman un ritual cruel que no tiene cabida en la sociedad moderna. El Ministerio de Cultura dijo que basó su decisión de abolir el premio en la "nueva realidad social y cultural en España", donde las preocupaciones por el bienestar animal han aumentado mientras que la asistencia a la mayoría de las plazas de toros ha disminuido.
"Creo que ese es el sentimiento de una mayoría de españoles que cada vez pueden entender menos por qué se practica la tortura animal en nuestro país..., y mucho menos por qué esa tortura se premia con dinero público", dijo el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en X.
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