Por primera vez en sus más de dos siglos de historia, Estados Unidos ha empezado a juzgar este lunes a un ex presidente en un proceso penal que puede acabar con el ex mandatario en la cárcel. Donald Trump, que es también el virtual candidato del Partido Republicano a las elecciones de noviembre -además del favorito en las encuestas- va a pasar las próximas semanas en un juzgado de Manhattan en un caso por la presunta violación de la regulación de las campañas electorales y falsedad documental que puede conllevarle a 20 años de cárcel.
La clave es la ocultación por Trump de sus pagos a la actriz pornográfica “Stormy” Daniels y a la modelo erótica de “Playboy” Karen McDougal, a cambio de que mantuvieran en secreto durante la campaña electoral de 2016 el hecho de que habían tenido relaciones sexuales con él. Al no declarar ese dinero (130.000 dólares, unos 122.000 euros, en el caso de Daniels) como gasto de campaña, Trump, según la Fiscalía, violó la legislación electoral estadounidense. A eso se suma la presunta falsificación de documentos para ocultar los pagos. En total, el ex presidente se enfrenta a un máximo de 20 años de cárcel.
La sesión del lunes se ha centrado en la selección de los miembros del jurado que determinará si Trump es inocente o culpable. Las preguntas que abogados y fiscales hicieron a las más de 500 personas preseleccionadas para ser parte del jurado son extraordinariamente significativas del clima político envenado y proclive a la violencia en el que vive una parte de Estados Unidos, al menos cuando se toca el tema de Donald Trump.
Trump, fiel a su tradición, ha criticado el proceso. A su entrada a los juzgados se ha dirigido brevemente a las cámaras de televisión y ha declarado que el proceso es “un asalto a nuestro país” y “un ataque a un oponente político”.
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