Cuando Evens habla con su padre le pregunta en broma si su madre lo alimenta bien, pero también sobre la situación en Haití. Le aterra no poder hacer nada desde México si su familia estuviera en peligro. Aunque soñaba con vivir en Estados Unidos, las barreras para llegar a ese país lo llevaron a optar por el “Mexican dream”, un término acuñado por activistas para definir la decisión de miles de migrantes de quedarse en México ante la imposibilidad de cruzar la frontera.
En una videollamada desde un parque cercano al cuarto que alquila, Evens Luxama, de 34 años, parece más preocupado por la situación de sus familiares que por contarles sobre su vida en Ciudad de México. “Ya sabés, hijo, muchos problemas”, resume su papá desde el empobrecido país caribeño.
Evens sabe de qué habla: en enero de 2023 una pandilla secuestró a una prima y a la hermana de su novia, que fueron liberadas tras pagar un rescate. Ese episodio precipitó su huida a México, donde trabaja como editor en una productora de video.
Oportunidad
Evens es una de las 141.000 personas que pidieron refugio en México en 2023, una cifra sin precedentes. La mayoría fueron migrantes de Haití, Honduras y Cuba que trabajan especialmente en los sectores de la construcción y el comercio, a menudo mal pagos.
Decidió probar suerte en México porque era la única embajada abierta en Puerto Príncipe para tramitar una visa y porque, a su juicio, es “el país que ofrece una oportunidad como ningún otro en este momento”.
Muchos de sus compatriotas también llegaron escapando de la criminalidad, que aumentó tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021.
Con casi 5.000 víctimas (4.789), el número de homicidios en Haití aumentó un 119,4% en 2023, mientras que el de secuestros subió un 83%, según un informe de la ONU, que en octubre autorizó el envío de una misión internacional para pacificar el país.
“A veces tu familia te llama y te pide algo (...), se sienten amenazados, y vos estás acá y no podés hacer nada”, dijo.
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