La activista iraní Narges Mohammadi, actualmente encarcelada en su país, criticó ayer el “régimen religioso tiránico y misógino” de Irán en un discurso leído por sus hijos, que aceptaron el Nobel de la Paz en su nombre en Oslo.
Mohammadi, que protesta contra el uso obligatorio del velo para las mujeres y la pena de muerte en Irán, fue detenida y condenada varias veces en las últimas décadas. Desde 2021 está presa en Teherán, por lo que no pudo recibir el galardón en persona. Sus mellizos de 17 años, Ali y Kiana, aceptaron el premio en un acto en la alcaldía de Oslo y leyeron un discurso que logró transmitir desde la cárcel. “Soy una mujer de una región que, aunque es heredera de una rica civilización, actualmente está atrapada en la guerra y presa de las llamas del terrorismo y el extremismo”, afirmó.
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